ASAMBLEA DECANAL. Decanato de Ntra. Sra. de los Remedios.

San Miguel de Palmas, Peñamiller, Qro., 12 de febrero de 2018.

El día 12 de febrero de 2019, Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, visitó el Decanato de Nuestra Sra. de los Remedio (Sierra de Guanajuato), para llevar a cabo la Asamblea Decanal,  que tuvo como cede la Parroquia de San Miguel, ubicada en San Miguel Palmas, Peñamiller, Qro., a la que asistieron todos los representantes de los distintos Consejos Parroquiales que lo conforman, para entregar su evaluación 2018 y su programación 2019,  acompañados de  los Señores Párrocos y presbíteros que les acompañan en el caminar pastoral en las distintas parroquias, Santuario  y templos que conforman dicho decanato.

La Asamblea dio inicio con la bienvenida,  posteriormente se presentaron las programaciones de las parroquias que conforman este Decanato y que son:   Santuario de Nuestra Señora de los Remedios,  Parroquia Los Siete Dolores de María Santísima, Parroquia El Divino Salvador, Parroquia del Espíritu Santo,   Parroquia de San Miguel, Parroquia de San José, Parroquia de Santo Tomás Apóstol,  Parroquia de San Juan Bautista, Parroquia de San Francisco de Asís, Parroquia de Santa Catarina, y  Parroquia de Nuestra Señora del Carmen,  el  Pbro. Rogelio Olvera Vargas, Vicario Episcopal de la Diócesis así como el Señor  Obispo dieron sus puntualizaciones, para concluir con la Sagrada Eucaristía y una convivencia fraterna, para después regresar cada quien a sus lugares de origen.

En la Eucaristía y en el momento de la Homilía Mons. Faustino les compartió diciendo:   «La misión de Jesús era hacer la voluntad de su padre, y la voluntad de su padre es, que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad; es decir que Jesús tuvo la audacia de venir a quedarse entre nosotros a encarnarse, en todo igual a nosotros menos en el pecado y la tuvo porque fue enviado por su padre, a realizar una misión por eso le llamamos nuestro salvador, nuestro Señor.

Nuestro salvador estuvo pocos años entre nosotros, pero en estos pocos años realizo una tarea que está plasmada en los Evangelios y seguramente hizo muchas cosas más, dice el evangelista San Juan a nosotros nos basta esto, que nosotros podemos leer en los Santos Evangelios  y descubrir con claridad la misión de Jesús, si estamos aquí, es porque queremos colaborar con la misión de Jesús, si estamos aquí, es porque seguimos a Jesús, porque amamos a Dios, porque amamos a la Iglesia.

Cada uno de nosotros tiene una responsabilidad en la Iglesia, desde el que está delante del Sagrario orando, en la Adoración Nocturna, en la cofradía del Santísimo Sacramento, el sacerdote que preside, que administra los sacramentos, los agentes de pastoral que tienen tanta actividad en la comunidad parroquial y lo hemos visto reflejado en las programaciones que se han presentado, donde el sacerdote  está a la cabeza y también anda con un dinamismo siempre importante y creciente en la comunidad parroquial.

Esto es lo que tenemos que hacer,  sin embargo en el tiempo de Jesús había personas que observaban muy bien la ley y hacían lo que la ley decía, iban al templo, estaban  en los sacrificios, estaban en las principales celebraciones recordando aquellos grandes prodigios que Dios hizo por su pueblo, rememorando todas aquellas acciones que Dios había hecho y trataba de agradarle. El judío observando las tradiciones de sus padres, sin embargo a pesar de todo ese activismo, Dios vio conveniente acercarse a la humanidad a través de su Hijo Jesucristo, porque se dio cuenta de que hacían muchas cosas, observaban las tradiciones, realizaban lo que pedía el Antiguo Testamento y eran rigurosos al grado de que el Antiguo Testamento, decía que había que dar la ofrenda al templo, sin embargo se descuidaban algunos detalles.

Hoy pone un ejemplo Jesús, como das la limosna u  tu ofrenda al templo, sin antes ver por tus papás, que se están muriendo de hambre; les dice Jesús, si das lo que tienes, no vas a poder  atender y honrar a tus padres dándoles lo que en este momento quizá por una enfermedad necesiten? -y lo que quiere resaltar Jesús, es que el fariseo, el seguidor de la ley tiene que poner atención a algo que ha descuidado, el mandamiento del amor; es decir, primero están las personas, primero esta su prójimo, que observar las tradiciones y solamente agradar a Dios. San Juan llega a decir:  “Aquel que ama a Dios y no ama a su hermano es un mentiroso”, por tanto hoy,  creo que el Señor nos invita a poner mucha atención en esto que el describe como el mandamiento del amor, que es prácticamente la centralidad de todo lo que nosotros creemos y de todo lo que nosotros celebramos.

Y creo que un ejemplo claro es nada más cuando nosotros comulgamos, si nosotros celebramos la Santa Misa, pero nuestro comportamiento es como el de los fariseos, dice Jesús, bueno les dice Jesús muchas cosas y les hace señalamientos incluso en el Evangelio de hoy “cuantas cosas ustedes practican pero descuidan amar a los hermanos”. Hoy hermanos creo que descuidar el mandamiento del amor, se traduce en nuestra falta de sensibilidad para quienes sufren, se traduce en descuidar el mandamiento del amor, en destruir a los hermanos, quizá no los matamos con una agresión física pero a veces los destruimos con nuestras críticas, y somos tan cobardes que hablamos de los demás y destruimos a los demás y no tenemos la capacidad de hacer una corrección fraterna.

Descuidar el mandamiento del amor, es estar muy ocupados en las cosas de Dios y no tener la capacidad para ver a Dios en el hermano;  en el hermano que sufre,  en el hermano que quizá se sienta solo, descuidar el mandamiento del amor es: decirme muy religioso y tener muchas prácticas en mi vida religiosa, sin embargo cuando se trata de atender a mi familia, a mis seres queridos, a mis padres, tengo el cinismo de dejarlos solos, cuando se trata de visitar a un enfermo, sea mi amigo o no sea mi amigo,  pero yo sé que allí está, necesitado de una oración, eso es descuidar el mandamiento del amor, creo que el Papa ha sido claro cuando nos dice hablar de los demás es acción terrorista, donde tiras una bomba y destruyes a muchos, eso es descuidar el mandamiento del amor.

Hoy el Señor nos invita a centrar nuestro ser y nuestro quehacer pastoral, nuestro ser y nuestro quehacer como cristianos,  siguiendo a Jesús con el deseo de imitarlo,  los fariseos, nos dice el Evangelio  seguían a Jesús a donde quiera que iba, pero lo seguían para destruir sus enseñanzas, para criticar cualquier acción que Él realizaba, que nuestro seguimiento de Jesús sea un seguimiento sincero, donde el camino de conversión se note en nuestras actitudes, donde nuestros esfuerzos que no son fáciles, vivir una vida en constante conversión se manifieste en hechos, de palabra, de obra y de omisión, porque de eso pecamos y de eso  nos confesamos, casi de manera automática, al principio de cada mes.  Que nos hagamos más conscientes teniendo como referencia el hacer un examen de conciencia, ¿cómo estoy viviendo el mandamiento del amor? -y ¿eso me hace parecerme a un fariseo?, -fariseo en griego significa payaso, es decir; aquel que  muestra una cara, pero la realidad es que tiene otras o muchas más, fariseo es aquel que dice una cosa y hace otra, es aquel que te saluda de una manera, pero cuando tu no estas te destruye, fariseo es aquel falso seguidor de Jesús, sea quien sea. Que nos ayude este  Evangelio de hoy a hacer conciencia y ver si realmente nuestro actuar va de acuerdo al mandamiento del amor.

El padre Mauro tiene una frase que lo identifica a él y es también un slogan que dice “servir es amar y amar es ser transparente” creo que esa frase nos puede ayudar a fortalecer también nuestro servicio y ¿porque lo estamos haciendo?, ¿lo hacemos por amor a Dios?, ¿lo hacemos por amor a la Iglesia?, mucho más allá de cualquier protagonismo.

Que el Señor nos ayude y que la Santísima Virgen María, siga inspirando nuestras acciones ella como verdadera discípula, como gran misionera, ella en su advocación de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano siga inspirando nuestra vida cristiana. Dejémonos que el Evangelio nos cuestione, que el Evangelio nos interpele, pero dejemos también que la presencia maternal de María, nos acerque a su Hijo Jesús para seguirle con honestidad y realmente como Él quiere, imitando sus obras. Que así sea.

Al  terminar la celebración Eucarística pasaron a un momento de convivencia fraterna, y como signo de espiritualidad de la comunión.