HOMILÍA EN LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA CON MOTIVO DEL CL ANIVERSARIO DE FUNDACIÓN DE LOS  MISIONEROS DE ÁFRICA, (PADRES BLANCOS).

Templo Parroquial de la Parroquia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, Col. Lomas de Casa Blanca, Querétaro, sábado 23 de febrero de 2019.

Año Jubilar Mariano

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Muy estimados sacerdotes y diáconos,

Queridos Misioneros de África,

Estimado Padre Syriac Mounkoro, Superior de los Misioneros de África en México,  

Hermanos y hermanas todos en el Señor:

  1. Con alegría y con profunda gratitud celebramos esta tarde la santa Misa, con la cual, unidos al jubileo de los Misioneros de África en el mundo, queremos dar gracias a Dios por la misericordia que ha tenido para con su Iglesia al regalarnos el carisma que inspiró a Monseñor Lavigerie y poder así fundar la Sociedad de Misioneros de África, hace 150 años, con el deseo de anunciar el Evangelio a todos, haciéndose «todo a todos» (cf. 1Co 9,22), especialmente en la misión ad gentes.

  1. A lo largo de todos estos años, han sido muchos los gozos y las esperanza que, incluso con dolor y sufrimiento, un sin fin de misioneros han sembrado la semilla del evangelio en el corazón de tantos hombres y mujeres del continente africano, animándoles con su testimonio a recibir la fe por el Bautismo y poder así, vivir como hijos de Dios.

  1. En este contexto la palabra de Dios nos ofrece, algunos elementos que nos permitan a todos poder celebrar esta feliz efeméride y así, retomar el camino para los próximos 150 años. En primer lugar hemos escuchado un trozo de la Carta a los Hebreos (11, 1-7), en el cual se nos enseña que “Por la fe sabemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios. Por la fe Abel ofreció un sacrifico más perfecto que el de Caín; por la fe Henoc fue trasladado sin pasar por al muerte; por la fe Noé construyó una arca para salvarse por su familia”. En pocas palabras, por la fe de unos cuantos hasta llegar a Jesús, es como la historia de la humanidad se ha ido entretejiendo como historia de salvación, de tal forma que la Palabra hecha Carne, es el principio y fundamento de todos y de todo.

  1. Reinterpretando el texto sagrado podríamos decir entonces que por la fe Monseñor Charles Lavigerie, siendo arzobispo de Argel, en 1868 fue guiado por el Espíritu para fundar la Sociedad de los Misioneros de África (Padres Blancos), y luego la Congregación de las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de África (Hermanas Blancas). La trata de esclavos en África le llevó a emprender una vasta campaña contra la esclavitud de 1888 a 1889 en Europa. Quiso por lo tanto que quienes interpelados pro este carisma fuesen enviados a proclamar que todos podemos vivir juntos, amarnos y apreciarnos en el respeto a las diferencias. En medio de este mundo globalizado, que ha convertido este mundo en una aldea común, quiso que su vocación les impulsara a predicar con la propia vida, la fraternidad en nombre de ese Dios Padre que nos quiere. Hacer un mundo más humano y más fraterno forma parte esencial de su carisma misionero.

  1. Por otra parte, san Marcos el evangelista, nos refiere en el evangelio que Jesús se llevó a Pedro, Santiago y Juan a una montaña alta y se transfiguró delante de ellos, y sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, «como no puede dejarlos ningún batanero del mundo» (cf. Mc 9,2-10). La liturgia nos invita hoy a fijar nuestra mirada en este misterio de luz. En el rostro transfigurado de Jesús brilla un rayo de la luz divina que él tenía en su interior. Esta misma luz resplandecerá en el rostro de Cristo el día de la Resurrección. En este sentido, la Transfiguración es como una anticipación del misterio pascual.

  1. Esta narración a manera de profecía, nos permite descubrir que es desde Jesús y desde la contemplación de su rostro, desde donde los discípulos obtienen las fuerzas para continuar con la misión en la historia y en el mundo. En este sentido los Misioneros de África están llamados a seguir el ejemplo de Pedro, Santiago y Juan: dejarse interpelar por la belleza del rostro de Dios y por la blancura de su vestiduras, de tal forma que a partir de esta experiencia, tras bajar de aquel monte, ellos mismos puedan irradiar en sus vida y con su testimonio lo que han visto y oído. Especialmente cuando nos damos cuenta que inmensa niebla invade la tierra. Hoy es importante y muy necesario ser conscientes que hay lugares donde se necesita que el “Carisma de los Padres Blancos” siga irradiando la “blancura de su hábito”, como un signo de esperanza. El mundo necesita que irradien la luz de aquel que es la Luz. La blancura de Aquel que ningún batanero del mundo puede ofrecer. El Papa Francisco en el discurso que ha dirigido a los Padres Blancos, en la Sala Clementina, el pasado 08 de febrero,  les ha dicho: «Por lo tanto, les aliento a mantener sus ojos fijos en Jesucristo, para no olvidar nunca que el verdadero misionero es ante todo un discípulo. Cultiven el vínculo particular que les une al Señor, mediante la escucha de su Palabra, la celebración de los sacramentos y el servicio a los hermanos, para que sus acciones puedan manifestar su presencia, su amor misericordioso, su compasión por aquellos a quien el Espíritu les envía y les conduce. ¡Que la celebración de su jubileo les ayude a convertirse en “nómadas del Evangelio”, hombres y mujeres que no temen ir a los desiertos de este mundo y buscar juntos los medios para acompañar a los hermanos al oasis que es el Señor, para que el agua viva de su amor apague cualquier tipo de sed tengan! ».

  1. Nuestra Iglesia diocesana de Querétaro, se siente muy agradecida porque desde hace 36 años, los Misioneros de África han estado aquí presentes, de manera muy especial aquí en esta Parroquia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, como obispo quiero agradecerles su servicio y su cercanía. Les animo para que nunca dejen de sentirse iglesia, buscando estar siempre en estrecha comunión eclesial, asumiendo el Plan Diocesano de Pastoral y los procesos misioneros que aquí se están impulsando. Ustedes por naturaleza son misioneros. Enséñenos como serlo también nosotros. Queremos aprender de ustedes.

  1. ¡Muchas felicidades por estos 150 años!

  1. Que Nuestra Señora de san Juan de los Lagos, interceda por cada uno de nosotros para que siempre seamos conscientes de la misión y tarea a la que nos ha llamado el Señor. Amén.

 

+ Faustino Armendáriz Jiménez

IX Obispo de Querétaro