MISA DE CLAUSURA DEL CONGRESO NACIONAL DE SINODALIDAD CATEQUÍSTICA.

Seminario Conciliar de Querétaro, jueves 24 de junio de 2021.

Mons. Fidencio López Plaza, X Obispo de la Diócesis de Querétaro, presidió, la Eucaristía de Clausura del Congreso Nacional de Sinodalidad Catequística, el día 24 de junio de 2021, en el Seminario Conciliar de Querétaro.

Palabras del mensaje de Mons, a los catequistas: «La misión del profeta catequista es no hablar a nombre propio, sino a nombre de Dios y es cuestionar los sistemas que se oponen al Espíritu Santo, y defender a los pobres para apoyarlos en desesperanzas negativas, el catequista es sólo un vocero, la voz al servicio de la palabra».

En el momento de la homilía Mons. Fidencio les compartió diciendo: “Hermanas y hermanos catequistas de México la paz esté con ustedes, la Eucaristía es Sacramento de la iglesia sinodal, vivir la Eucaristía como de partida y como de llegada de nuestro congreso, nos ayuda a entender que el camino sinodal de la iglesia se dibuja y se alimenta en la Santa Eucaristía”.

“Ella es la cumbre a la cual tiende la actividad de la iglesia, al mismo tiempo la fuente y centro donde manda toda su fuerza es cumbre de la vida cristiana porque los trabajos apostólicos se ordenan a que una vez hechos hijos de Dios por la fe y el bautismo todo se reúnan alaben a Dios en medio de la iglesia, participan en el sacrificio”.

“Y por eso lo que más da sentido a nuestra vida, lo más bello que podemos experimentar es, que después de recibir la sagrada comunión podamos decir que somos eucaristía, es poder decir tomen y coman todos este es mi cuerpo, qué será entregado por ustedes. En este contexto eucarístico, más que celebrar la clausura del Congreso Nacional de sinodalidad catequística, la Palabra de Dios nos pide más bien celebrar la apertura de una nueva etapa evangelizadora y catequística marcada por la alegría y la belleza de caminar juntos”.

“Caminar juntos, siendo catequistas, siendo Eucaristía a la manera de Jesús, el paralelismo de la sinodalidad y de Juan Bautista, su precursor sobre esto les comparto tres sencillas reflexiones».

«Primera reflexión: “su nombre será Juan”, en Israel como también ocurre entre nosotros era costumbre poner a los recién nacidos el nombre de sus padres o sus abuelos, para asegurar a los vivos la continuidad con el pasado, pero según el evangelio que hemos escuchado Isabel, se opuso a que le pusieran a su hijo Zacarías, y este recobro el habla y reconoció a Dios una vez que escribió en una tablilla su nombre será Juan, con esto queda claro que el hijo de Zacarías e Isabel no tendrá la mirada dirigida hacia el pasado, sino al futuro».

«Juan Bautista fue hijo de un mudo, qué significa un pueblo en silencio y de una mujer estéril, que significa que es fruto del espíritu santo, que no se siguió el sacerdocio paterno qué significa renunciar a los privilegios de la herencia, tres aspectos que nos ayudan a valorar la memoria histórica y a tener claros los desafíos presentes, y a ver el futuro con esperanza». 

Segunda reflexión: “su identidad, soy la voz del que clama en el desierto”.

«Ante el acoso de su identidad, ¿Quién eres tú? eres Elías, eres el profeta, ¿Quién eres tú? Juan el Bautista pudo aprovechar la confusión, sin embargo respondió fácilmente con dos frases llenas de luz y muy útil, sobre este acontecimiento que estamos celebrando, primera frase «yo no soy el mesías» yo soy la voz que grita en el desierto enderecen los caminos del señor, dos frases que encierran lo que ahora podríamos llamar el paradigma del catequista, sencillamente de lo que ha visto oído y palpado, nosotros los catequistas no somos los mesías, sencillamente instrumentos, no somos la palabra, sencillamente somos su voz, nuestra misión es, “ser testigos del amor de la misericordia de Dios, para su pueblo”, catequistas que despiertan el deseo de Jesús y hace creíble su mensaje, catequistas que con su experiencia personal, su espíritu y palabra facilitan el encuentro con Jesucristo muerto y resucitado».

«Tercera reflexión: “Juan Bautista como hemos dicho pudo haber aprovechado la confusión y presentarse como el mesías, como Elías o un profeta”, sin embargo sencillamente se reconoció como la voz, Cristo era la palabra que se hizo carne, como dice hermosamente San Agustín, si su prima es la palabra que es la voz donde falta la idea no hay más que un sonido, la voz sin palabra llega al oído pero no llega al corazón, observemos el desarrollo interior de nuestras ideas mientras reflexionó sobre lo que voy a decir».

«La palabra está dentro de mí, pero sí quiero hablar contigo Busco el modo de llegar a tu corazón, lo que ya está en el mío al Buscar cómo hacerlo, llegar a ti y cómo introducir esta palabra recurro a la voz y con su ayuda te hablo el sonido de la voz conduce a tu espíritu, la inteligencia de una idea mía y con el sonido vocal que ha llegado a la comprensión de la idea, se desvanece y pasa, pero la idea que se transmitió  permanecen, sin haber dejado de estar en mí, hermosa descripción en nuestro ministerio, instrumento sencillamente de la palabra».

«Finalmente, hermanas y hermanos preparar el camino del Señor, no va hasta el cambio interior, el camino y los senderos hacen referencia a algo que tiene relación con todos, con el exterior, la misión del profeta catequista es no hablar a nombre propio, sino a nombre de Dios y es cuestionar los sistemas que se oponen al Espíritu Santo, y defender a los pobres para apoyarlos en desesperanzas negativas, el catequista es sólo un vocero, la voz al servicio de la palabra».

«Que nuestra querida madre en su advocación de Guadalupe, que nuestro querido padre el señor San José, y su querido hijo que se hizo palabra, nos cobijen y acompañen por la alegría y la belleza de caminar juntos«. Concluyó.

Al terminar se dieron algunos reconocimientos a los que hicieron posible, este congreso, y en agradecimiento, por su servicio prestado de diversasmanera, viviendo la sinodalidad, y Mons. Fidencio les dio la bendición en el nombre de Dios.