Mensaje: Por el jubileo áureo por los 50 años de la Erección Canónica de la Parroquia de San José, Pinal de Amoles, Qro.

Prot. Op. N. 41/2019/M.

Nos,

Faustino Armendáriz Jiménez

por la Gracia de Dios y de y de la Sede Apostólica

IX Obispo de Querétaro

A  los hermanos Presbíteros,

Pbro. Eugenio López Magaña (Párroco) y

Pbro. Saúl Ramírez  Mendoza (Vicario Parroquial),

a los miembros de la Vida Consagrada,

a los miembros del Consejo Parroquial de Pastoral,

a los miembros de los diferentes Movimientos  y Asociaciones apostólicas y

a todos los fieles laicos de la Parroquia de San José, Pinal de Amoles, Qro.

  1. Motivados por la alegría y el júbilo de celebrar el jubileo áureo por los 50 años de la Erección Canónica de esta comunidad parroquial, quiero dirigirme a cada uno de ustedes con estas palabras tomadas del evangelio según san Juan: «Yo soy la vid, ustedes los sarmientos el que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer». (Jn 15, 5). Con la esperanza que resuenen en sus oídos, con tal fuerza que queden grabadas en lo más íntimo de su corazón y puedan así, hacer germinar el ardor y la certeza de saberse miembros amados de la viña del Señor, de tal manera que ésta feliz efeméride, sea la oportunidad para cada uno de ustedes —pastores y fieles— de continuar con la tarea y la misión que el Señor Jesús dejo a su Iglesia.

  1. Me gustaría que en esta feliz circunstancia cada uno de ustedes, hijos amados de esta comunidad parroquial, se sintiese dichoso de poder ser y formar parte de la Viña del Señor, a tal grado que su ser y su quehacer, les impulse a tiempo y a destiempo, a proclamar las maravillas del Señor, especialmente a quienes aún no lo conocen o se han alejado de esta familia.

  1. Esta celebración jubilar también es una oportunidad muy hermosa para reconocer lo que Dios ha hecho en ustedes, especialmente valorando y reconociendo el esfuerzo y la misión de tantos y tantos hombres, que surcaron los campos de la historia, sembrando la semilla del evangelio. Recordemos por ejemplo al primer párroco el muy estimado Mauro Hernández Moreno. Quien con el vigor y la fuerza propias de la juventud, puso los cimentos para que hoy estuviesemos nosotros aquí. Hoy son otras las realidades y los desafíos  a los cuales se enfrenta la misión de la Iglesia, especialmente cuando las nuevas tecnologías y la era digital, avanzan a pasos agigantados, por ello, este es el tiempo que a ustedes toca. Nadie lo hará por ustedes, por ello les animo y les exhorto para que asuman el compromiso de ser una “comunidad de comunidades” (DA, 170-180) donde todos encuentren las herramienta necesarias para salvarse.

  1. “Que todos sean santos” es el objetivo. Para ello cuentan con el auxilio del Espíritu; para ello cuentan con la intercesión San José, su patrono principal; para ello cuentan con la fuerza, el impulso y el estupor de haberse encontrado con el Señor resucitado. El ser llamados es ya la primera recompensa: poder trabajar en la viña del Señor, ponerse a su servicio, colaborar en su obra, constituye en sí un premio inestimable, que recompensa de todo cansancio. Pero lo comprende sólo quien ama al Señor y a su Reino; quien, por el contrario, sólo trabaja por el salario nunca se dará cuenta del valor de este tesoro inestimable.

 

  1. La misión permanente es la metodología y el camino que el Señor hoy les ofrece, con la firme esperanza que todos puedan escuchar y conocer su mensaje de salvación. No duden en ir a los más alejados física o espiritualmente.

 

  1. Deseando que, ahora y siempre, el Señor les bendiga y acompañe, me uno de buen grado a cada uno de ustedes en este aniversario y que la que celebración de los cincuenta años que tendrán a bien conmemorar con gozo el próximo el 10 de marzo, redunde en frutos de santidad para todos ustedes.

  1. La Santísima Virgen María Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, principal patrona celestial de nuestra diócesis, es sarmiento perfecto de la viña del Señor. De Ella brotó el fruto bendito del amor divino: Jesús, nuestro Salvador. Que Ella les ayude a responder siempre y con alegría a la llamada del Señor y a encontrar su felicidad para poder cansarse por el Reino de los cielos. Que el Año Jubilar Marino les ayude a obtener las gracias y las bendiciones necesarias para seguir siendo en el mundo: “discípulos misioneros de su Hijo”.

Muchas felicidades.

Dado en la Ciudad episcopal de Santiago de Querétaro, Qro., a los siete días del mes marzo del año del Señor  2019.

Año Jubilar Mariano

Con mi paternal  bendición.

+ Faustino Armendáriz Jiménez

IX Obispo de Querétaro