FIESTA PATRONAL, Parroquia de Nuestra Señora del Rosario y San Martin Caballero, Col. Loma Linda.

 

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Av. Monte Cristo, Col. Loma Linda, Santiago de Querétaro, Qro. 9 de Octubre de 2016.

La Comunidad parroquial, de Nuestra Señora del Rosario y San Martín Caballero, ubicada en la Col. Loma Linda, recibió con gozo la visita del Excmo. Sr. Obispo, Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, quien además de Presidir la Sagrada Eucaristía, con motivo de la Fiesta Patronal, en honor a Nuestra Señora del Rosario, y dentro de la celebración ungió a un grupo de 94 hermanos nuestros con el Sacramento de la Confirmación, el Sr. Cura, Pbro. Julián Reséndiz Hernández, presento a Mons. Faustino, a los candidatos a la Confirmación, quienes acompañados de sus respectivos padrinos y familiares, participaron de la Santa Misa, así mismo, como toda la comunidad parroquial. Al inicio de la celebración Eucarística el Sr. Obispo los exhortó diciendo:

«En esta Comunidad, en nuestras familias, también se hable del Santo Rosario, dirigido como un habito de reconocimiento a la Santísima Virgen; Vamos a dirigir nuestra oración por todas nuestras necesidades, también por todos los enfermos». Ya en la homilía, Mons. Faustino, expresó:

«Comparto la alegría de esta comunidad en la Fiesta Patronal, de las familias que se hacen presentes donde se hace una celebración especial y hoy en el marco de ella, se acercan para que reciban el Espíritu Santo, mediante un camino previo en el cual las y los catequistas, mediante su tarea pastoral comparten su fe y, hagan conciencia en estos niños y jóvenes, de que ¿porque se Confirman?.

La confirmación, viene a ser, como la Palabra Dominical, de confirmar la fe de nuestro Bautismo; esa presencia del Espíritu Santo. Es decir, la fe nos da las gracias especiales y demos testimonio. No solamente, con nuestra presencia en Misa, haciendo alguna oración, o cumpliendo con algunos preceptos, si no que, tenemos que mejorar, haciendo actos con Dios en nuestra vida.

Y, tenemos muchos ejemplos, en nuestra comunidad, de familias que se dedican a evangelizar a otras familias, los catequistas y las catequistas, -que todos recordamos a alguna que nos formó-, y debemos ser agradecidos, por dar su tiempo, porque aman a Dios; por tanto, tú debes actuar según el Espíritu Santo. Y, cuando lo hacemos, se nos nota a través de las obras, y por eso, debemos preguntarnos ¿cómo lo estoy haciendo? ¿Cómo doy mi testimonio de mi identidad de Cristiano Católico? Y, es que, les debemos seguir acompañando, no solo en este momento ustedes, papás y padrinos a estos niños y jóvenes.

Por eso, la Parroquia se compromete a seguir dándoles formación, sea para la Primera Comunión, o lo que necesite para su crecimiento, nadie puede quejarse de que nuestra Iglesia Católica no de formación, es cuestión de que nosotros queramos ahondar en las cosas de Dios. Y, sin duda, tenemos mucho que aprender todos, no solamente los niños.

Hoy, se nos remarca en el Evangelio y en la Palabra de Dios, dice: “Que el hombre tiene para recibir las bendiciones de Dios, los regalos de Dios”. Hay muchísimas persona que se acercan a un servidor para darme su testimonio de lo que Dios ha hecho en su vida, no solamente alguien que ha sido curado cáncer, o alguna enfermedad del corazón, sino, también, como Dios los ha convertido, porque se encontró con Dios atreves de la Santísima Virgen María, y, ¡Cómo ese encuentro, ese paso de la Virgen por su vida, en una de tantas peregrinaciones que tenemos en Querétaro lo trasforma! y Dios hace el milagro, por intercesión de la Virgen María.

Hermanos, Dios sigue haciendo milagros, en el Evangelio y la primera lectura, se nos menciona, como aquel general, Naamán, se acerca a través de Eliseo; porque, sabe que es de parte de Dios, sabe que está lleno de Dios. Que hermoso seria, que fueran a tu casa, porque actúas a través Dios, para escucharte a ti hablar de Dios, para escucharte a ti joven, a ti familia, a ti matrimonio, porque hablas de Dios, porque, simplemente alguien necesita de un consejo; aquel general, fue a la casa de Eliseo, porque se había enamorado de Dios, no porque hacía muchos milagros y el Profeta Eliseo, le dice, que va a ser curado por Dios, si obedece sus indicaciones, con la gracia de Dios.
No porque sea algo mágico, sino, aquel hombre sigue las indicaciones del profeta y queda sanado de su lepra; la lepra es una enfermedad deplorable, la lepra se puede comparar, con esas enfermedades de ahora, que tanto temen ser adquiridas. Cualquiera que sea, que prácticamente a través de Ciencia son curadas, pero con la acción de Dios, el Señor sigue sanando y lo sigue haciendo.

Hoy, es el mismo Jesús, es el que está en el Sagrario, allí, hay que ir -que no se te olvide-, y así, como en tiempos de Jesús, -nos dice el Evangelio- Jesús iba caminando y cuando iba caminando le gritan a Jesús los leprosos y le dice “ten compasión de nosotros” Es el mismo Jesús, que está vivo en el Sagrario al que tenemos que pedirle que nos sane, no solamente del cuerpo, sino, aquello que nos destroza la vida, aquello, que nos corrompe el corazón y eso, se llama pecado y, él dejo la soluciones.

Hoy por hoy, en el Sacramento de la Reconciliación, basta que nosotros le digamos a Jesús, ten compasión de nosotros. Tú sabes lo que hay en tu vida, tú sabes las lepras del odio y las lepras del pasado, recordarte que ya tienes al Espíritu Santo, aprovéchalo desde el Bautizo y en la Confirmación, tú puedes ser un hombre salvado ya desde hoy, un hombre liberado de toda lepra.

Pidámosles a Señor, que como aquellos leprosos, también nos sane en el camino, a través de los sacerdotes, pero también recordemos, que es una gran responsabilidad, ser agradecidos y de venir al Sagrario siempre y decirle: ¡Señor, gracias porque me has sanado!

Que la Virgen María, en su advocación del Rosario, sane nuestra vida, sane nuestra comunidad y, que nos inspire a ser ejemplo en nuestra diócesis, en el rezo del Santo Rosario,- yo quiero suponer que esta comunidad reza todos los días el Rosario- y entre todos aprenden a rezarlo en familia.

La Santísima Virgen María, bendiga a las familias que rezan el Santo Rosario y a toda esta comunidad«. Concluyó.
Al término de la celebración el Sr. Cura, dijo:

Damos gracias a Dios, por su presencia en esta comunidad Señor Obispo y de igual manera agradezco por la presencia del Padre Israel, el Padre Enrique, y también agradeceremos a las catequistas que se han preocupado por la formación de estos niños. Dios los Bendiga». E Inmediatamente después, Mons. Faustino, Impartió la bendición sobre la asamblea.