FIESTA PATRONAL. PARROQUIA DE LOS SIETE DOLORES DE MARÍA SANTÍSIMA, EL CAPULIN, GTO.

El Capulín, San José Iturbide, Gto. 15 de septiembre de 2019

Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, Obispo de la Diócesis de Querétaro, visito la Parroquia de los Siete Dolores de María Santísima, ubicada en El Capulín, San José Iturbide, Gto. para presidir la Santa Misa en honor de Nuestra Señora de los Dolores. Al inicio de la celebración, Mons. Faustino les compartió diciendo: “Oremos por todos, especialmente por estos niños y Jóvenes que se van a confirmar y que han recibido ya este sacramento. Oremos también para que cese la violencia y halla seguridad en nuestras comunidades, para que todos aquellos que sufren por el secuestro o la pérdida de un ser querido encuentren en María una intercesora y un consuelo, pidamos pues por la paz, la paz en nuestras comunidades y la paz en nuestros corazones”,

Durante la homilía les dijo: “Muy queridos hermanos los saludo a todos con afecto al señor cura el padre Adrián, al padre Miguel vicario parroquial, al padre Ledesma que sin duda los acompañó a lo largo de 15 años como párroco y a cada uno de los sacerdotes, algunos originarios de aquí de esta comunidad.

Saludó a los niños, a las niñas y jóvenes que hoy viven este encuentro, en la persona del Espíritu Santo, con Dios, sabiendo que este regalo es de Dios, que vienen acompañados por sus papas y padrinos que sin duda no es algo para hoy nada más, sino que el día de hoy establecen los padrinos un vínculo espiritual y un compromiso de acompañarles a lo largo de toda su vida cristiana, que sea una oportunidad para todos nosotros estas confirmaciones para renovar nuestro compromiso y conciencia del regalo de Dios que todos tenemos con el cual podemos ser más fuertes espiritualmente, con el cual podemos tener la inspiración para pedirle a Dios lo que conviene y hacer también su voluntad; esta celebración y está solemnidad de Nuestra Señora de los Dolores que cada año celebramos en esta comunidad, se enmarca en una celebración muy especial qué es el Año Jubilar Mariano con motivo de los 50 años de la proclamación como patrona de nuestra diócesis de Querétaro a Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, un gesto que en aquel tiempo Monseñor Don Alfonso Toriz Cobián, ilustrísimo predecesor, realizó por amor a la Virgen y sobre todo también como expresión del amor a nuestra Señora de los Dolores de toda la comunidad diocesana, seguiremos impulsando esta presencia de María, de Nuestra Patrona diocesana a lo largo y ancho de toda nuestra diócesis de Querétaro, afortunadamente son muchas las advocaciones que tenemos, sin embargo, Dios ha querido que sea Nuestra Señora de los Dolores de Soriano quien fuera proclamada patrona hace 50 años y ese es el motivo de nuestra alegría y también la oportunidad para que ella nos bendiga recorriendo como peregrina a todas las parroquias de nuestra diócesis de Querétaro a lo largo de este año y sin duda ustedes, que la han recibido con tanta alegría y con tanto amor, sin duda han sido bendecidos en sus familiares, hoy pedimos y seguiremos pidiendo su intercesión para que ella intervenga en aquellos desafíos que tiene la comunidad y uno de ellos pedirle a Dios por su intercesión por la paz, para que no haya violencia, para que no haya muerte, para que no haya hermanas o hermanos lastimados por ningún motivo; al celebrar a nuestra Señora de los Dolores nos dejamos iluminar por la palabra de Dios de hoy, en el libro de las Lamentaciones expresamos la manifestación de un pueblo que sobre sus mejillas ruedan las lágrimas de dolor por qué Israel y Jerusalén han sido devastadas y ante la devastación y angustia, ante el desconsuelo, y ante la destrucción el pueblo dice “quiero recurrir al Señor” y eso es lo que hace y eso es lo que hacemos cuando las lágrimas también recorren nuestras mejillas como familia, como comunidad, como persona acudamos a Dios, que seguramente nos liberará como lo ha hecho a lo largo de la historia ocupándose de nosotros, a pesar de nosotros, a pesar de nuestros pecados, decía hoy en la mañana el Papa: “a pesar de que seamos muy pecadores, a pesar de que le hayamos ofendido, tanto Dios nunca nos va a abandonar”; la mejor manifestación de arrepentimiento es las lágrimas y sin duda estas lágrimas también se las mostramos a María uniéndonos a ella sabedora que ella es nuestro consuelo; en el Evangelio encontramos la certeza de esa presencia de María en la vida de todos nosotros cuando desde la Cruz le dice a San Juan Bautista y nos dice a todos nosotros: “he ahí a tu madre” y a María le dice: “he ahí a tu hijo”; hermanos esta palabra de Dios nos da pauta para que nosotros también renovemos nuestra fe renovemos esa seguridad que tenemos qué Dios nos ha dejado a una madre, a una madre comprensiva que nos socorre, qué es remedio para nuestra vida y nosotros lo constatamos y los sabemos porque de cada uno de estos calificativos hay una evocación y tenemos Madre del Perpetuo Socorro y tenemos Nuestra Señora de los Remedios y tenemos tantas advocaciones que no hacen otra cosa más que expresar lo que nosotros hemos experimentado, porque hemos experimentado el consuelo, hemos experimentado de ella la esperanza, hemos experimentado de ella también el remedio de nuestras enfermedades; qué celebrar a María en este día sea una oportunidad también para contemplarla, en la imagen de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano encontramos un rostro que sufre, un rostro que mira, un rostro qué tiene la fuerza para decirle a Dios, aun  en medio del dolor, “hágase tu voluntad”, por eso mirar su rostro y mirar el de muchos de nuestros hermanos podemos decir que en medio de cualquier desafío, de cualquier problema, de cualquier necesidad familiar o personal, como María, nosotros podemos dirigirnos a nuestro padre Dios y decirle “Señor apiádate de mí, perdónanos, ayudarnos a seguir adelante”; hermanos y hermanas María siempre ha estado con nosotros, por eso al recordar a Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, y  tener su bendita imagen delante de nosotros, no podemos dejar de recordar la historia, cómo a principios del siglo XVII se hace presente en Hidalgo y después en Maconi y desde ahí, como misionera, llega a Santo Domingo, en la Comunidad de Soriano, y ahí se queda, pero no se queda estática, sino que continúa esta tarea de evangelizadora y misionera recorriendo en su imagen nuestros hogares, nuestras comunidades, por eso María además de enseñarnos tanto, también nos quiere decir que todos tenemos que hacer lo que ella hace, ir a los demás, a consolar a los otros, a llevarles la palabra de Dios, a llevarles esperanza y toda parroquia tiene una alternativa única, como lo estamos haciendo en toda la diócesis de Querétaro, llevar el amor de Dios a los hogares a través de la misión permanente, sin duda esta parroquia no es la excepción cuando hablamos de este desafío y de esta tarea, ir casa por casa, hablando y diciendo que Dios nos ama, que Dios es capaz de retirar aquel muro que nos aparta de él a través del pecado, a decirle a los demás que Dios ya nos has salvado, a decirle a los demás que Dios se queda con nosotros y se queda en comunidad, por eso hemos impulsado un proceso inspirados en María, inspirados en el Evangelio, en Jesús, en el cual queremos realizar lo que Dios nos pide: “vayan por todo el mundo y anuncien el Evangelio”, no solamente a través de Misas, a través de celebración de sacramentos, sino también literalmente recorriendo las calles de nuestra diócesis llevando el Evangelio, tenemos muchos ejemplos y sin duda aquel que hemos nombrado patrono de la misión permanente, San Junípero Serra, que todos ya conocemos; el quehacer en nuestras comunidades diocesanas es grande, solamente así, realizando una tarea evangelizadora y misionera y difundiendo la palabra de Dios podemos encontrar lo que nosotros queremos, podemos encontrar la paz, podemos encontrar la unidad de nuestras familias, podemos encontrar la paz en nuestros corazones y podemos quitar todo aquello que a veces se manifiesta a través de adicciones, vicios y muerte; pidámosle al Señor para que nuestra realidad sea afrontada con la responsabilidad de cada uno de nosotros, María nos ayuda, María nos da ejemplo, María intercede por nosotros, no le demos más Dolores a María, ya tiene muchos, démosle nosotros satisfacciones, con nuestra actitud, haciendo lo que su hijo Jesucristo nos dice como ella lo pide en las bodas de Caná; hermanos oremos unos por otros, oremos por las comunidades que conforman esta gran parroquia, oremos por cada una de las familias y hoy, oremos por estos niños y jóvenes que van a ser confirmados y en la mañana han sido confirmados, para que sean los nuevos testigos, mejores que nosotros, del amor de Dios en la comunidad, se lo pedimos a Dios por la intercesión de Nuestra Patrona Diocesana, Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, decimos todos, amen.”

Al terminar la celebración el Sr. Cura le dio las gracias a Mons. Faustino por su visita y los allí reunidos le brindaron un fuerte aplauso.