Discurso en la ceremonia de entrega de certificados de la Universidad Vasco de Quiroga

Discurso en la ceremonia de entrega de certificados a la primera generación de alumnos del Seminario que obtendrán el grado académico de licenciatura en Filosofía por parte de la Universidad Vasco de Quiroga

Teatro del Seminario Conciliar de Querétaro, Hércules, Qro.,  a 24 de octubre de 2013.

Annus Fidei – Año de la Pastoral Social – Año Jubilar Diocesano

 

Lic. Raúl Martínez Rubio, Rector de la Universidad Vasco de Quiroga.

Ing. José Manuel Ortiz Rodríguez, Coordinador del Sistema Abierto.

Lic. Florentino Medina Arriola, Director de La Faculta de Filosofía.

Pbro. Lic. José Luis Salinas Ledesma, Rector del Seminario Conciliar de Querétaro.

Alumnos y profesores de esta honorable Institución:

 

1. Me complace poder saludarles a cada uno de ustedes en esta tarde, en la cual nos hemos reunido para formalizar el término de los estudios académicos de la Licenciatura en Filosofía de estos 23 alumnos de nuestro seminario. Hoy, es un día histórico para ellos y para el Seminario Conciliar de Querétaro, pues de esta manera se ve reflejado el deseo de la Iglesia de seguir ofreciendo pastores con los elementos científicos y profesionales para dialogar con la cultura y con la sociedad contemporánea.

2. Los esfuerzos que se han hecho con la Universidad Vasco de Quiroga se ven reflejados no en el hecho de obtener un grado académico, sino  en el anhelo de tomar conciencia que es necesario responder con parresia y con seriedad a las exigencias culturales y sociales de nuestro tiempo. Como Institución necesitamos proponer y ofrecer solidez en la formación humanística y filosófica en la vida de nuestro seminario, así el contacto con la realidad, como evangelización de la cultura e inculturación del evangelio se verá fortalecido.

3. Es necesario que los futuros pastores entren en contacto con el corazón de las culturas de los pueblos a los que van a servir, y no con la mera superficie o con fragmentos de una realidad mediada y modificada por las ciencias positivas. Estas ciencias se fundan en paradigmas operativos que no buscan llegar al ser profundo de las cosas sino que trabajan sobre su modo de operar. La imagen que ofrecen de la realidad es proyección de un deseo de dominio fragmentario y multiplicado.

4. En cambio, para entrar en contacto con la realidad viva del corazón de los hombres y de los pueblos es necesaria una sólida formación en las ciencias humanas, haciendo especial hincapié en todo lo que permite una visión histórica, simbólica y ética, que enmarque las dimensiones más analíticas del saber científico.

5. En lo humanístico me animaría a decir que la piedra de toque está en que el formando se vaya convirtiendo en un pastor que aprecia cada vez más la sabiduría de los pueblos, allí donde ésta se conecta, simbólica y místicamente, con la unidad de la naturaleza y con el misterio trascendente de Dios, expresado en el respeto por la sagrado y en la devoción por lo Santo y por los santos. Este camino de inculturación del Evangelio y de evangelización de la cultura implica un caminar junto con el pueblo fiel, aprendiendo de él a rezar y a amar al Dios Vivo y Verdadero. Es camino de discipulado en comunión siempre más incluyente; todo lo contrario de esas búsquedas intelectuales de círculos elitistas y auto-referenciales, que se complacen en discutir «cuestiones disputadas» en vez de alimentar al rebaño con comida sólida.

6. Al mismo tiempo, para que las ciencias enriquezcan la formación y puedan aportar sus saberes específicos —que hoy en día han crecido y se han especializado tanto— es necesaria una sólida formación filosófica, que abra las mentes al misterio del Ser y de sus propiedades trascendentales. Así como la solidez de la apertura a la Revelación tiene como objeto el Misterio de Cristo, que nos abre al Misterio del Dios Trino y Uno, así, la solidez de la apertura filosófica tiene como objeto el misterio del ser y de cada una de sus propiedades trascendentales. Por eso, en lo filosófico es necesaria una formación que abra a los formando a las propiedades trascendentales del ser, allí donde la verdad, el bien y la belleza, en su unidad, están siempre abiertas al Bien, a la Verdad y a la Belleza divinas. Es necesario buscar el fundamento trascendente de la realidad, allí donde las preguntas últimas del hombre no chocan en la oposición de los distintos sistemas categoriales, siempre en pugna unos con otros, sino que permiten el diálogo fecundo con todos los pensamientos que buscan auténticamente la verdad. A esto se refiere la Optatam Totius cuando habla de un conocimiento sólido del hombre, del mundo y de Dios. «Las disciplinas filosóficas se han de enseñar de suerte que los alumnos se vean como llevados de la mano, ante todo, a un conocimiento sólido y coherente del hombre, del mundo y de Dios, apoyados en el patrimonio filosófico perennemente válido teniendo también en cuenta las investigaciones filosóficas de los tiempos modernos, sobre todo las que más influyen en la propia nación, y el progreso más reciente de las ciencias, de forma que los alumnos, conociendo bien la índole de la época presente, se preparen oportunamente para el diálogo con los hombres de su tiempo» (OT 15).

7. Como dice Von Balthasar: «Se puede decir en general, que la relación habitual entre filosofía y teología, considerada durante mucho tiempo en la Iglesia católica como preparación para la teología, se ha modificado últimamente luego de un vasto declinar de la filosofía escolástica. En la actualidad, la teología busca más bien enraizarse, de modos variados, en alguna de las teologías así llamadas “fundamentales”. O si no, presupone las “ciencias humanas”, muchas de las cuales, sin embargo, carecen por completo de medios para introducir a la teología. (…) De aquí resulta un positivismo (teológico) difuso, que alcanza también, un poco por todos lados, a la pastoral. Se ofrece, entonces, al pueblo fiel consideraciones de origen sociológico que son en realidad de un nivel inferior a su piedad “no iluminada”, mientras que los predicadores “iluminados” piensan que han superado desde hace mucho tiempo esas “viejas ideologías” y naturalmente no pueden reprimirse y no meter su nueva sabiduría en la catequesis de los jóvenes y también de los adultos». (cf. H. U. von Balthasar, Regagner une philosophie a partir de la theologie, en: Pour une philosophie Chretienne, Lethielleux, Paris, 1983 págs. 175 ss).

8. Para abrirse a la totalidad del misterio de Cristo es necesario superar ese positivismo difuso que campea muchas veces en la teología (y que en América Latina  y el Caribe a veces está incluso desfasado en el tiempo, ya que se reeditan ideologías ya superados en otras partes como si fueran una gran novedad). Para ello es necesario «volver a ganar una filosofía cristiana a partir de la teología».

9. Agradezco a las autoridades académicas de la Universidad Vasco de Quiroga su disposición para sumarnos a esta obra, que es obra de la Iglesia y permitirnos ofrecer estos elementos formativos a los futuros sacerdotes de nuestra Diócesis. Gracias a los padres del Seminario que se han preocupado de favorecer los elementos necesarios para hacer posible esta gran iniciativa.

10. A los alumnos, les animo a no desaprovechar todos estos esfuerzos y a valorar las iniciativas en pro de su formación y de la Nueva Evangelización que tanto necesitamos.

Muchas Gracias!!!

† Faustino Armendáriz Jiménez
Obispo de Querétaro