CONFIRMACIONES Y FIESTA PATRONAL EN HONOR A SANTA LUCIA.

Santa Lucia, San Juan del Río, Qro., 13 de diciembre de 2018.

El día 13 de diciembre del 2018 Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, Obispo de la Diócesis de Querétaro,  visitó la Parroquial de Santa Lucía,  en San Juan del Río para presidir la Santa Eucaristía en la cual  156 niños y jóvenes recibieron en  el Sacramento de la Confirmación, en el marco  de la Fiesta Patronal, en honor a Santa Lucia, quienes  fueron presentados por el Párroco Pbro.  Silverio Soto Rojas, para recibir  el don del Espíritu Santo, Mons. Faustino les invito a seguir el ejemplo de su Santa Patrona Santa Lucia, modelo para lo jóvenes y para todos los que profesan la fe católica,  a mantenernos alertas y fortalecidos en la fe hasta  dar la vida por defenderla.

Al inicio de la celebración Mons. Faustino les dijo: “Bienvenidos hermanos, a esta celebración de la parroquia de Santa Lucía, bienvenidos todos los niños y jóvenes que viven en esta parroquia y en  comunidad se acercan para celebrar el Sacramento de la Confirmación, niños y jóvenes que se han formado en esta parroquia y que los sacerdotes conocen el itinerario de su formación y le han dado seguimiento,  bienvenidos papás preocupados por la formación de sus hijos, de su formación cristiana aquí, pero también en sus casas, porque tienen la tarea vital de acompañar a estos niños, dándole buen ejemplo, pero sobre todo con su palabra, vamos a ofrecer la santa misa por todos estos pequeños y también por las familias de esta comunidad; dentro del triduo que estamos ofreciendo por los difuntos de Fuentezuelas, todos nos unimos y pedimos también por los que han fallecido en estos días”.  

Y el momento de la Homilía les compitió diciendo: “Saludó a los padres y sacerdotes,  al padre Silverio, que tiene esta responsabilidad como pastor y Párroco de esta comunidad de Santa Lucía, al padre Carlomagno a quién le damos las gracias por todo el trabajo que ha realizado en esta comunidad, a los padre que nos visitan el padre Mauro y a todos los sacerdotes que concelebran con nosotros, saludó a las catequistas y los catequistas porque tienen una gran responsabilidad, ayudar a los papás a formar a sus hijos, porque la principal formación de ellos la hacen en casa, los hijos somos lo que hemos visto en la casa, los hijos hablamos lo que hemos oído en nuestra casa, los hijos actuamos tratando de imitar a quienes son responsables nuestros a los papás; y si las conductas son conductas que les ayudan a crecer  vamos a crecer, si no, ellos no realizarán esta maduración normal de un niño,  por eso la formación y el conocimiento de Dios también es parte de lo que tienen que escuchar en casa, no solamente en el tema,  por eso mi gratitud a los papás, por su preocupación para que esta formación que reciben en casa, la completen en la parroquia. Y  a los padrinos que hoy les acompañan para que también se responsabilicen y ayudar en el presente y futuro a ser mejores cristianos.

Sin duda en Santa Lucía se respira un ambiente de Piedad, pero hay muchas cosas que hay que corregir siempre, y de esto nos habla la primera lectura en el marco de este tiempo de Adviento, ya vamos en la segunda semana de Adviento y la Palabra de Dios nos invita a tratar de hacer un examen de conciencia en nuestra vida y a corregir lo que tengamos que corregir,  y se compara hoy en la primera lectura con un desierto, donde no crece las plantas Pero cuando Dios está presente ese desierto puede florecer,  y eso es  lo que nos puede pasar a nosotros cuando interiormente somos como un desierto donde no se ven los frutos con claridad, si nos abandonamos en Dios es posible, que haya un cambio en el corazón del esposo, de la esposa, de los hijos y de la familia; porque dice la Palabra de Dios nada hay imposible para Dios, lo único imposible para Dios es que tú no quieras recibirlo y ahí si Dios no puede ir en contra de tu voluntad y es donde entras en otra dimensión donde el maligno manda y estas son las situaciones de pecado, pero siempre tenemos la oportunidad de corregir el camino, de confesar nuestros pecados y regresar a la vida de gracia.

Todo esto se hace con esfuerzo,  por eso el Reino de Dios, nos dice Jesús en el Evangelio, es esfuerzo y quiere que todos los días estemos atentos y  la Palabra de Dios también la podemos leer todos los días, nos va a mantener vigilantes, alguien que se queda dormido no sabe lo que pasa y puede haber muchas cosas negativas y no nos damos cuenta, por eso qué gran responsabilidad nos da el Señor cuando nos dice que, seamos discípulos seguidores suyos y el seguidor y discípulo de Jesús tiene que tomar la cruz cada día, la cruz de su responsabilidad para difundir el Reino de Dios, ¿Cómo una mamá puede difundir el Reino de Dios en su familia? -estando atenta a sus hijos, desde que nacen, hasta que crecen y ellos asumen responsabilidades en otros lugares, por ejemplo un niño ahorita lo pueden orientar y acercarlo a las cosas de Dios y sembrar la semilla del Evangelio, si lo hacen ahorita será más fácil que cuando sea adolescente y cuando sean jóvenes, pero recordando que esa semilla del Evangelio no solamente se siembra enseñando cosas a los niños, sino también dándoles el ejemplo de vida, que ellos necesitan para que actúe y caminen por el sendero recto y si el papa es amable el niño lo va a hacer, si la mamá anda mal en su carácter el niño lo va a repetir y esas cosas no son del Reino de Dios, cuando hay bondad, amabilidad, cordialidad, cuando hay paz en un hogar ahí está Dios, cuando hay resentimiento, odio  y división ahí está el maligno. Por esto difundir el reino de Dios nos toca a todos y también a ustedes papas que son las bases en la vida de familia, si queremos que esta sociedad poco a poco se vaya transformando, la familia se tiene que ir transformando, pero nunca se puede transformar  la familia por si sola, se tiene que ir transformando y por lo tanto tenemos que acudir a Dios, para que por él sea conducida e ir haciendo su voluntad.

Ciertamente el ejemplo de los santos es para nosotros un desafío, aquí veneramos a Santa Lucía y Santa Lucía murió siendo una jovencita, y en el tiempo que vivió  había una persecución religiosa,  hace como 17 siglos, y  prácticamente ser religioso era un pecado y proclamar la fe también, hoy podemos proclamar la fe y podemos decir que somos cristianos libremente, aprovechemos esta paz que tenemos, Santa Lucía no la tenía y por ser cristiana católica murió virgen y mártir,  tenía una fe sólida, si a nosotros nos preguntarán ¿quién de ustedes está dispuesto a dar la vida y confesar soy cristiano, aunque me elimines de esta tierra?, -quién sabe qué responderíamos,  pero Santa Lucía estaba firme a pesar de su corta edad, tenía una fe sólida, la idea de venir a misa, de recibir formación, la idea de consolidar nuestra fe; cuando vemos a alguien que no viene a misa, que no hace oración, esa fe está débil para afrontar desafíos y por eso a veces en muchos lugares de nuestro país llegan de otras profesiones religiosas e incluso de sectas y nos arrebatan la fe, porque no la tenemos sólida y Santa Lucía nos  enseñan a consolidar cada vez más nuestra fe, para que esté a prueba de lo que sea, a prueba de todo aquello que quiera desviarnos del camino.

Por eso ¡felicidades! porque tienen una gran Santa y una Santa que es modelo para todos los jóvenes, para todos nosotros que profesamos la misma fe, de Santa Lucía, que la Virgen María siempre interceda por nosotros, a ella la hemos celebrado el día 8 con la Purísima Concepción,  el día de ayer con Nuestra Señora de Guadalupe y ella quiere seguir  acompañándonos,  en este tiempo de Adviento, de tal manera que lleguemos a celebrar la Navidad con Cristo, en nuestro hogar y con María acompañándonos siempre por el camino,  decimos todos Amen”.

Al terminar la celebración se procedió a la convivencia fraterna y el Sr. Cura agradeció la visa del Sr. Obispo y la comunidad le brindo un aplauso como muestra de cariño y agradecimiento.