PROT. N° 32/2012 CIRCULAR Nº 16/2012/
A los hermanos Presbíteros,
a los miembros de la Vida Consagrada,
y a todos los fieles de la Diócesis de Querétaro:
En el mes de mayo, mes de María. La Iglesia nos invita a crecer en el amor y devoción a la Santísima Virgen. Pues su misión maternal mueve al Pueblo Cristiano a dirigirse con filial confianza a Aquella que está siempre dispuesta a acogerlo con afecto de madre y con eficaz ayuda de auxiliadora (Cf. Exh. Ap. Marialis Cultus 57).
Ella nos ayuda a enfatizar el discipulado y la misión permanentes, por lo que, les pido aprovechemos este tiempo para cultivar en el Pueblo de Dios el amor y la devoción filial a la madre de Nuestro Redentor, para que procuren acoger y guardar dentro del corazón las luces que ella envía desde lo alto. Les recomiendo:
1. Organizar el rezo del Santo Rosario en la comunidad parroquial con todas las familias, los niños y los jóvenes; pues rezando el Rosario obtenemos gracias abundantes, recibiéndolas de las mismas manos de la Madre del Redentor. (Cf. DA 271).
2. Durante el rezo del Rosario que los niños ofrezcan flores a María como muestras de cariño y devoción a la Santísima Virgen.
3. Promover el rezo del Rosario en todos los sectores y comunidades de las Parroquias y que se rece en todas las capillas.
4. Encomendar a la intercesión de María a todas las mamás y recordándolas con cariño en su día.
5. Exhortar a orar con el Angelus todos los días al medio día, especialmente en familia, porque La familia que reza unida, permanece unida; podemos aprovechar los lugares de trabajo, la escuela, la oficina para detenernos un momento y orar con esta hermosa oración.
Queridos hermanos agradezco su empeño generoso en ayudar a que se incremente en el pueblo de Dios la saludable devoción mariana, que tiene un indudable provecho para la Iglesia y para nuestra sociedad. Los encomiendo a su intercesión y ruego les obtenga la gracia del discipulado misionero.
En la Sede Episcopal de Santiago de Querétaro, a los 17 días del mes de abril del 2012.
Fraternalmente en Cristo y María.
Pbro. Dr. Jorge Hernández Nieto Canciller