La misericordia de Jesús nos alcance

II DOMINGO DE PASCUA
Jn 20, 19-31

En este domingo de la Misericordia, nombrado así por el Beato Juan Pablo II por ser un domingo caracterizado por el perdón, es Jesús quien nos pone la muestra de como debe ser el verdadero perdón hacia el prójimo; debe olvidar todo resquicio de dureza y rencor. El mejor ejemplo es el de Jesús, que cuando necesitó de sus discípulos estos le fallaron y lo abandonaron cuando más los necesitaba, sin embargo, ahora que Cristo aparece resucitado, notamos la ternura y la misericordia de su trato. Ahora les da seguridad diciéndoles: La paz esté con ustedes.

Quien se encuentra con Jesús, se encuentra con la paz misma, la cual brota del conocimiento del Señor y de seguirlo incondicionalmente, de esta manera tú puedes ser un constructor de la paz, en tu casa, con tu familia, en tu trabajo, en todos los lugares donde te desenvuelvas puedes promover la paz, la cual viene siempre acompañada de perdón y de amor. Este perdón que lo encontramos primeramente en Dios, en el sacramento de la reconciliación; la pascua es también un buen momento para acercarse al confesionario si es que en cuaresma no lo hiciste. Por otro lado, si tienes alguna rencilla con alguien busca el perdón en nombre de Jesús, pídele que te ayude a perdonar como el perdona y a amar como él hasta el extremo, solo de esta manera la paz estará contigo y reinará en nosotros.

En este evangelio nos encontramos también con Tomás el cual duda del testimonio de sus compañeros, él quiere demostraciones tangibles de que el Señor resucitado ha estado con ellos; por una parte vemos la emoción por ver al Señor, pero por otro lado notamos la debilidad del hombre de que sólo en el encuentro con el Señor vivo es capaz de exclamar: “Señor mío y Dios mío”; proclamación de fe que manifiesta, su adhesión total como discípulo del Señor. Nuevamente Jesús interviene diciendo “tú crees porque me has visto, dichosos los que creen sin haberme visto”, de esta manera Jesús bendice a los que creen sin verlo; una llamada de atención para nosotros los que decimos creer en Jesús ya que no solo es esto, sino creerle a Jesús, lo cual significa estar movidos a ser sus discípulos a ser sus pregoneros y anunciar la buena nueva de la cual nosotros somos partícipes, porque “la paz está con nosotros”.

Animados por este testimonio de amor de Jesucristo sigamos nuestro camino pascual en un ambiente de regocijo por el Señor resucitado el cual nos invita a manifestar a cada uno de nuestros hermanos, las maravillas que ha hecho en nosotros. Que Jesús les abrace y que la paz esté en sus hogares y en cada corazón de su familia.

† Faustino Armendáriz Jiménez
IX Obispo de Querétaro