CELEBRACIÓN DEL DÍA DEL PADRE,  SANTA IGLESIA CATEDRAL.

Santa Iglesia Catedral, ciudad episcopal de Santiago de Querétaro, Qro., 18 de Junio de 2017.

El Movimiento de SChoenstatt, asistió  a la Santa Iglesia Catedral, el día 18 de Junio de 2017, para participar en la Solemne celebración Eucarística  del Domingo XI del tiempo Ordinario, presidida por Mons., Faustino Armendáriz Jiménez, dentro de esta celebración se realizó la Acción de gracias por todos los Papás, en el marco de los festejos del día del Padre. En esta celebración Mons., Faustino, saludó  al inicio de su homilía a todos los presentes y agradeció a los papás por la  tarea de entrega y manifestación de amor que realizan como padres de familia y como esposos, les dijo:

“Muy estimados hermanos, le saludo con afecto, estimados miembros del Movimiento de SChoenstatt, muy queridos papás, hermanos y hermanas todos en el Señor, hoy  agradecemos a Dios el testimonio de la presencia de cada uno de ustedes  al celebrar el día del Padre, en nuestra pueblo mexicano,  lo hacemos como un reconocimiento a esta tarea de entrega y manifestación de amor  a una familia,  a una esposa, a unos hijos.

Sin duda las experiencia de cada  familia son  diferentes, sin embargo hoy también pedimos por aquellos papás que seguramente con la intención de hacer de sus hijos hombres y mujeres de bien,  ciudadanos comprometidos, pero también hijos de Dios, que vayan creciendo en el amor y la enseñanza de Dios; agradecemos la tarea que ellos hacen, porque todos como hijos tenemos una misión  de parte del Padre y dentro de todas estas obligaciones tienen ustedes el esfuerzo de preocuparse por un familia, pero también  reconocer sus limitaciones. saludo  también a quienes conforman este movimiento de  SChoenstatt, que como  todos los movimientos de nuestra Diócesis de Querétaro, quieren contribuir a la comunión  y esta  es la mejor contribución  a formar una  iglesia que enarbole proyectos de evangelización en la unidad, de otra manera  no se podría sanamente recorrer estos camino  de la evangelización en nuestra iglesia particular, continúen realizando esta tarea  que sin duda es la que  el  Señor nos dice hoy en el evangelio.

Mons. Faustino, en su homilía  continúo  su exhortación sobre como “JESÚS ES LA RESPUESTA a nuestras preguntas, diciendo:

La actividad misionera de Jesús consistía  en enseñar, anunciar la Buena Noticia y curar. Es un resumen de los capítulos anteriores donde San Mateo ha presentado a Jesús anunciando el Reino de Dios y haciéndolo presente a través de su enseñanza y de sus signos. Las palabras de Jesús relatadas ponen de manifiesto la situación en que se encuentra Israel: “como ovejas sin pastor”. Un pueblo cansado y abatido que inspira compasión y hace evidente la necesidad de pastores que le anuncien la liberación y le saquen de su postración.

Presenta además la necesidad de rogar al dueño de la mies, lo cual subraya que esta tarea no depende exclusivamente de nosotros, sino que es obra de Dios; aquí Mateo invita a la comunidad a contemplar la misión desde la perspectiva y los criterios de Dios, y a orar antes de emprender la tarea de anunciar el evangelio.

Esta tarea misionera, a la cual Jesús envía a los apóstoles,  está precedida de una conmoción personal de Jesús, de una constatación de la realidad de la gente y de una oración. Tres elementos que unidos levantan la pasión de Jesús por su pueblo. No es el pueblo el que le pide evangelizadores. La solución o respuesta a la necesidad viene del mismo Jesús. Ve mejor el Señor la necesidad de la comunidad que el mismo pueblo. Tiene Jesús la respuesta antes de que el pueblo se plantee la pregunta.

Esta respuesta la da Jesús eligiendo a sus discípulos para que estuvieran con él y enviarlos a predicar; los doce discípulos que llama y envía simbolizan el nuevo pueblo de Dios. A la cabeza se nombra a Simón, al que ya el evangelista llama Pedro y que tendrá un lugar especial en el evangelio de San Mateo y en las primeras comunidades cristianas. Jesús entrega a este grupo su misma autoridad para expulsar espíritus y curar. De esta manera la misión de los discípulos es continuación de las del Maestro. Son delegados de su mismo poder y proclaman con palabras y con signos su mensaje: la llegada del reino de los cielos.

Hoy nos ha elegido a nosotros los bautizados como sus discípulos y nos toca seguir el ejemplo de Jesús para “ver”, para “rogar” al Señor de la mies y para “enviar” misioneros y adelantarnos a las necesidades de abandono que padecen tantos hermanos.

Ver la necesidad del otro y sentirla como misión es la clave de la dinámica de la evangelización. Ver la necesidad del otro es un acto de fe que nace en el corazón del discípulo que hace oración. Sin seguidores y hombres de fe tocados por la oración será difícil tener repuesta para los demás, para los desafíos del mundo. Desde allí podremos experimentar la pasión que vivió Jesús por su pueblo necesitado, desde la oración de rodillas.

La gran tentación está en acostumbrarnos a ver las necesidades de nuestro pueblo como algo normal de todos los días, y llenarnos de argumentos para no conmovernos sin buscar experimentar las necesidades del otro, del más pobre y vulnerable. Solo con oración hay conmoción y prontitud de respuesta ante las necesidades de los otros.

El seguidor de Jesús que recorra los caminos de la misión, se le exige un corazón compasivo y que se enternezca ante las necesidades del hermano, y desde allí replicar la misma pasión que Jesús tiene por su pueblo. Hoy nos ha elegido a nosotros, y ese es el reto, en medio de la mies que es mucha y los obreros pocos.