Alimento, necesidad del peregrino

XVIIIDOMINGO ORDINARIO
Mt. 14, 13-21

La intención de Jesús es estar a solas, sin embargo la gente quiere estar con Él; al ver a la multitud y su estado, Jesús siente una profunda conmoción interior que revela el corazón misericordioso de Dios.

Es interesante recordar cómo este pasaje de la multiplicación de los panes que subraya la misericordia del Señor es recordado por la comunidad cristiana y es plasmado en todos los evangelios, manifestación del profundo aprecio por el mensaje sobre la propia vida de Jesús y sobre la Eucaristía.

Algunos elementos a destacar:

1.   Jesús se compadece de la gente: aparece lleno de bondad y solidaridad por quienes sufren alguna enfermedad o cansancio, por los agobiados y marginados, y no se limita a un mero sentimiento de compasión o lástima, sino que  realiza un gesto concreto a favor de los más necesitados. Es importante resaltar que el Señor se acerca a aquella multitud donde la necesidad está presente en alguna enfermedad, y en esta ocasión por el hambre de los hermanos; nos se aleja ni evade los vacíos de los demás, sino que actúa buscando encontrar una solución, que inicialmente no es entendida por sus discípulos.

2.   Hace referencia a la Iglesia, a la propia vida de la comunidad, y aparece con claridad el papel que desempeñaban los discípulos. Ellos son invitados a dar de comer al gentío. Es muy natural que la tarea les parezca imposible al principio, y que sientan la tentación de despedir a la multitud que se ha congregado en torno a ellos. Sin embargo la enseñanza de Jesús no se hace esperar, comprometiéndolos a compartir, a colaborar,  a hacerlo extendiendo la mano en el nombre de Cristo, pues fue él quien se los da para que lo repartieran. La tarea es de colaboración, es el Señor el que las impulsa y donde podemos encontrar el rumbo de solución, si eso es lo que esperamos.

Buscar un pretexto para dejar sola a la multitud fue la tentación, y hubiera sido el argumento para desentenderse del compromiso, sin embargo la propuesta del Señor sigue siendo que el amor no es “buscar buenas razones” para encontrar “mi” solución, sino en traducir lo que se cree en obras.

3.   Es un relato que nos recuerda la institución de la Eucaristía, de tal manera que los detalles de “tomar los panes”,  «pronunció la bendición”, “los partió”, “se los dio a sus discípulos”, hace que el pasaje nos manifieste que, lo que Jesús ofrece, es el Banquete del Reino. El  alimento es necesario, y sin duda el creyente, en algunos momentos experimenta los vacíos en su interior que pueden ser saciados cuando nos acercamos a quien nos da de sobra (“recogieron lo que sobró y llenaron doce cestos”).

Somos peregrinos en la vida y es indispensable el alimento; que la invitación de Jesús a acercarnos diariamente a Él, que nos fortalece y sacia sea una necesidad y correspondida diariamente por nosotros. ¡No podemos vivir sin alimento!

† Faustino Armendáriz Jiménez
IX Obispo de Querétaro