XXV Aniversario de Ordenación Sacerdotal del Pbro. Juvenal Hernández García

El 18 de septiembre en Huimilpan, Qro., el señor obispo D. Faustino Armendáriz Jiménez se unió a la alegría de la comunidad parroquial de San Miguel Arcángel para dar gracias a Dios en la Eucaristía por veinticinco años de vida sacerdotal de su señor cura Pbro. Juvenal Hernández García, acompañó en la Santa Misa Mons. Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Tuxtla Gutiérrez Chiapas, un nutrido grupo de sacerdotes de la Diócesis participaron en la celebración. La liturgia fue en honor de la Santísima Virgen de Guadalupe pidiéndole para que todos seamos verdaderos hermanos.

El IX obispo de Querétaro inició diciendo: “Hermanos y hermanas nos unimos al gozo de la comunidad y del padre Juvenal que hoy celebra su aniversario sacerdotal que sin duda es un regalo para esta comunidad y para la comunidad diocesana de Querétaro. Agradezcámosle al Señor el don del sacerdocio y de su sacerdocio ejercido de manera fiel y con un ardor y celo por las almas, vamos a elevar nuestra oración junto a Dios”.

Monseñor Armendáriz en la homilía expresó: “Les exhorto a cada uno de ustedes hermanos y hermanas, de manera especial a ti Padre Juve, hoy que das gracias por 25 años de ministerio, a no perder nunca de vista los que significa este don puesto en tus manos, es necesario abrirse a la acción continua del Espíritu, entregándote por Dios y por los hermanos. Dice el papa Benedicto XVI: “’el ministerio de la evangelización es fascinante y exigente: requiere amor al anuncio y al testimonio, un amor total que puede verse marcado incluso por el martirio’”.

El padre Juvenal se dirigió a la asamblea con estas palabras: «Primero, gracias a Dios por permitirme estar aquí, celebrando y recordando lo que hace veinticinco años dio inicio en mi vida, agradezco la presencia del señor obispo Don Faustino Armendáriz Jiménez, al señor arzobispo Rogelio Cabrera y a todos mis compañeros sacerdotes, agradezco al equipo formador que me acompañó durante mi estancia en el seminario, gracias al grupo de seminaristas que representan a esta institución que me acogió durante catorce años, a mis padres y a todas las personas que de una u otra manera siempre me apoyaron, gracias a cada una de las parroquias que con cariño me acogieron y permitieron que compartiera mis sacerdocio con ellas, Tequisquiapan, Atarjea, Purísima de Arista, y ahora en Huimilpan».

“Lo que sentí aquel 18 de septiembre se los puedo expresar en este sencillo pensamiento: Un día me miraste como miraste a Pedro, no te vieron mis ojos pero sentí que el cielo bajaba hasta mis manos, que lucha de silencios libraron en la noche tu Amor y mi deseo. Un día me miraste y todavía siento la huella de ese llanto que me abrazó por dentro, aún voy por los caminos soñando ese encuentro, un día me miraste como miraste a Pedro. Y hoy veinticinco años después puedo decir que aún recuerdo aquella mirada y que voy por los caminos soñando aquel encuentro. Me sigo encomendando a sus oraciones, que Dios los bendiga y gracias”.

Antes de entregarle un ramillete espiritual de parte de la comunidad parroquial, los jóvenes le dijeron: “Padre Juve en este día tan especial solo nos resta decirle gracias, felicidades y que Dios le bendiga siempre. No existe en el mundo una persona más paciente que usted, para todos siempre ha tenido una palabra de aliento, una sonrisa, un consejo, y porque no cundo lo hemos merecido un regaño. Nos ha enseñado que para servir a Dios, la humildad es el mejor de los dones y que para realizar nuestra misión aquí en la tierra solo es necesario poner nuestra voluntad y lo que sabemos hacer, de lo demás se encarga el Señor y que sólo hay que hacer lo que nos toca. Usted con su ejemplo nos ha enseñado que siempre debemos compartir bueno o malo, poco o mucho. Padre Juve en el corazón de cada uno de los fieles de la Parroquia de San Miguel Arcángel de Huimilpan usted tiene un lugarcito especial, gracias por ser una bendición para nuestra parroquia, lo queremos mucho y muchas felicidades”.

Al concluir la santa Misa, los obispos, sacerdotes y fieles compartieron la comida para festejar al P. Juve en estos 25 años de sacerdocio.