TOMA DE POSESIÓN DE LA PARROQUIA JESÚS DE NAZARETH.

Colinas del Cimatario, 20 de agosto de 2019.

El día 20 de agosto de 2019, se hizo la Toma de Posesión de la Parroquia Jesús de Nazareth, ubicada en Cerro del Peñón 13, Colinas del Cimatario, por el Pbro. Gabriel Álvarez Hernández, como Nuevo Párroco de esta comunidad parroquial, Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, fue quien presidio la Santa Misa y le entró los lugares litúrgicos así como las llaves de la Parroquia simbolizado también la entrega de sus fieles, en esta ocasión Mons. Faustino destaco la entrega el Sagrario diciendo: “en algún momento el padre, el nuevo párroco, se postrará, abrirá el Sagrario y se encontrará con Jesús vivo, con Jesús Eucaristía, para hacer un momento de oración, como un signo de lo que tiene que hacer él y la comunidad, porque allí está la clave de todo el Ministerio Sacerdotal, ahí está el centro decía San Juan Pablo II, en torno al cual gira toda la parroquia;  el Sagrario, el Santísimo Sacramento, padre Gabriel, si nosotros de manera constante estamos ante el Sagrario, de manera permanente, no solamente le hablamos a Dios, sino que escuchamos a Dios, escucharemos las suaves y confortadoras palabras de quién quiere lo mejor para ti y de quién te ha puesto al frente de esta comunidad para que seas ejemplo con tu vida, de tal manera que en ti vean a Jesús el Buen Pastor”.

Concelebraron esta Misa el Pbro. Carlo Magno Yáñez Torrez y algunos otros sacerdotes de la Diócesis que acompañaron al padre Gabriel, así como familiares y amigos.

En el Momento de la Homilía Mons. Faustino les compartió diciendo: “Queridos hermanos de esta comunidad parroquial Jesús de Nazaret,  saludo con la alegría por esa toma de posesión del nuevo párroco de esta comunidad y agradezco al padre Carlo Magno, por su servicio en este breve tiempo que ha estado con ustedes, en el cual se ha entregado de manera generosa para realizar su ministerio sacerdotal en esta comunidad, buscando hacer la voluntad de Dios, buscando crecer en su identidad sacerdotal, buscando también recorrer un camino de santidad sacerdotal, agradezco la disponibilidad del padre Gabriel Álvarez para asumir  este oficio parroquial, que sin duda siempre será un desafío, porque estando en la comunidad, como servidores, la entrega de todos los días y en todo momento, cómo lo prometimos de nuestro ordenación sacerdotal, y acompañar con una espiritualidad cada vez más profunda y sólida, con una oración creciente, con una formación permanente sacerdotal consistente y sólida para qué, puedan servir mejor a su comunidad, de otra manera se corre el riesgo de no realizar con plenitud esa identidad sacerdotal y esa entrega  a la comunidad y todavía más, de no ser coherente entre lo que se hace y lo que se enseña.

Hoy al escuchar la Palabra de Dios, nos queda claro cómo Dios siempre responde, siempre que nosotros nos acercamos a Él, nos responde, destaco en la lectura de la primera narración podemos  ver la experiencia de todos aquellos personajes que en su momento tuvieron una tarea coyuntural de liderazgo, nunca estuvieron solos, dos cosas les acompañaron:  la paciencia de Dios y la confianza que Dios pone en ellos, como Dios con grande paciencia, con la presencia del ángel explica, le dice lo que tiene que hacer, pero también se lo dice confiando en la persona; el reto era grande para vencer al enemigo, sin embargo, Dios le dice: “yo te voy a acompañar”.

En nuestros días ser sacerdote es un gran desafío padre Gabriel; sin embargo hoy que se te entrega esta parroquia y los lugares litúrgicos que se te van a entregar, hay uno que quisiera resaltar:  el Sagrario, en algún momento el padre, el nuevo párroco, se postrará, abrirá el Sagrario y se encontrará con Jesús vivo, con Jesús Eucaristía, para hacer un momento de oración, como un signo de lo que tiene que hacer él y la comunidad, porque allí está la clave de todo el Ministerio sacerdotal, ahí está el centro decía San Juan Pablo II, en torno al cual gira toda la parroquia;  el Sagrario, el Santísimo Sacramento, padre Gabriel, si nosotros de manera constante estamos ante el Sagrario, de manera permanente, no solamente le hablamos a Dios, sino que escuchamos a Dios, escucharemos las suaves y confortadoras palabras de quién quiere lo mejor para ti y de quién te ha puesto al frente de esta comunidad para que seas ejemplo con tu vida, de tal manera que en ti vean a Jesús el Buen Pastor, al cual nuestro pueblo quiere seguir para orientar su familia, para orientar su vida, para llenar su corazón, delante de su Sagrario, delante de Jesús vivo, tenemos muchas cosas que decir, pero también muchas que escuchar, por eso escuchar a Dios es fundamental la vida sacerdotal.

No podemos tomar de ninguna manera una tarea tan delicada y tan sagrada como un trabajo más, sino que es un llamado de Dios a vivir de manera permanente con Él, para santificar a la comunidad y santificarla a nombre de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo; si la espiritualidad sacerdotal está sólida todo lo demás dará fruto, en el momento en el cual convocará al pueblo, tocando las campanas, con la fe de que Dios es el que llama, en el momento en el cual tú bautizas a los nuevos cristianos católicos sabiendo que Dios es lo que lo hace, en el momento que frecuentemente te sientes para escuchar en confesión en el Sacramento de la Reconciliación, nos dice el Papa Francisco: “es lo más evangelizador qué podemos hacer”, en el momento en el cual te revistas con las vestiduras sacerdotales, mostrándote, e  identificándote en el pueblo como otro Cristo qué besa el altar y que celebrar los sagrados misterios;   las llaves de la parroquia se te darán, no solamente esas llaves que abren una puerta, sino también esas llaves de la gracia de Dios que abra el corazón de los hombres, porque no somos nosotros los que provocan la conversión del corazón, sino que es Dios a través de nosotros, por eso la tarea sacerdotal sigue siendo desafiante, delicada y sagrada.

Que Dios te ayude y que la oración de todos tus fieles y que esta Palabra de Dios que hemos escuchado donde se nos insiste también en el Evangelio, que la fe solamente hay que ponerla en Dios; los apegos siempre nos desvían del camino, de la verdad, los apegos nos hacen esclavos y no nos dejan ser libres para el servicio. Qué seas testimonio de vida sacerdotal en este decanato, qué los sacerdotes hermanos que te acompañen hoy, que seas para ellos un hermano que siempre construya una Iglesia cada vez más oxigenada, cada vez más evangelizada y cada vez más llena de Dios.

Que este año jubilar Mariano también sea una oportunidad para que esta comunidad crezca en el amor a María, al celebrar los 50 años de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, como patrona de nuestra Diócesis, que la preocupación por ganar la indulgencia plenaria nos ayude también a vivir cada vez más libres de todo aquello que nos ata para entregarnos juntos por la comunidad más a Dios, que la Virgen María interceda por ustedes, que siempre les lleve ella, con su intercesión al encuentro de Jesús de Nazaret. Que así sea”.

Posteriormente al terminar la celebración el Nuevo Párroco el padre Gabriel dirigió unas palabras a sus nuevos feligreses diciendo:

“Buenas tardes a todos, muchas gracias a mi Señor Obispo, Don Faustino, por qué ha tenido confianza en mí, para encomendarme esta misión, lo ha pensado, lo ha repensado, así que muchas gracias, porque él piensa que, con la ayuda de Dios, seré capaz de fungir como Párroco en esta comunidad, muchas gracias a mi familia, a mí familia de hermanos sacerdotes, gracias a mis amigos, y a la comunidad parroquial que hoy nos recibe. Cuando estaba preparando, hace un tiempo, cuando me estaba preparando para regresar a México, fui a San Giovanni Rotondo, donde se venera el cuerpo del padre Pio, le suplicaba por escrito a Dios, por intercesión del Padre Pío, que me enseñara a amar a las personas que me iban a encomendar al regreso aquí a la Diócesis de Querétaro, y cuando llegue nunca imagine, yo imaginaba muchos panoramas, muchos horizontes, me imaginaba en un lugar y en otro y cuando he llegado me encargaron trabajar en la Pastoral de la Salud, en un asilo, en un hospital y en un periódico, así que cuando la gente me preguntaba, ¿qué haces? pues trabajo en un asilo, en un hospital, en un periódico y vendo buñuelos en la noche, así que ahora le agregamos también una parroquia.

Y estoy muy agradecido con Dios, porque pienso que el trabajo en la parroquia exige un sacerdote a tiempo completo, estoy muy agradecido con Dios y agradecido con mi Señor Obispo por este nombramiento; cuando venía recordaba que me han preguntado, si estaba nervioso y nervioso por la celebración realmente no, pero sí lleno de miedo, de temores, estoy realmente espantado y luego se me ofrecía la salida a San Luis Potosí y luego la salida a México y yo pensaba salir corriendo, por la responsabilidad que implica el fungir y estar al frente y caminar con una parroquia y con todos los parroquianos, pensaba que esto supera cualquier posibilidad, cualquier esfuerzo y cualquier capacidad que uno pudiera tener, ninguno de nosotros, sacerdotes podría decir que puede dirigir todo perfectamente, sin errores, sin limitaciones, sin tentaciones y pecados y pensando que Gedeón, en la primera lectura, sin Dios no podría haber hecho ninguna cosa, pero con Dios logró hacer todo lo que Dios le encomendaba;  entonces pienso que con la ayuda de Dios podré continuar el trabajo que hace muchos empezamos.

Hace 28 años, nos entrevistamos con el señor Campos para pedirle un terreno, para construir una capilla, hace 28 años, cuando trabajaba con el padre Juan Manuel en la parroquia Pentecostés. Con la ayuda de Dios podremos entonces continuar el trabajo de tantas personas en este lugar que fue posible el terreno; después lo canjeamos, después empezaron a construir y ahora junto con los párrocos, con el padre Martínez y después con el padre Filiberto y después con el padre Alcántara, que de Dios goce, y ahora con el padre Carlo Magno, en esta última etapa, se trata de continuar todo el trabajo que estaban realizando; así que llegó a esta comunidad lleno de temores, de mis propios miedos e incapacidades, pero también pienso que es un ejército de gente que está orando  por mí, para que con la gracia de Dios, pueda junto con ustedes, hacer la obra de salvación aquí en esta parroquia. Muchas gracias”.

Al finalizar los fieles que asistieron a esta celebración, le brindaron un aplauso muy caluroso y emotivo a su nuevo pastor.