SANTA MISA XIII SEMANA TIEMPO ORDINARIO. Santa Iglesia Catedral.

Ciudad Episcopal, Santiago de Querétaro. 27 de Junio de 2016

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Al Pueblo de Dios que camina bajo la guía del Ministerio de nuestro Pastor Mons. Faustino Armendáriz Jiménez,  fue convocado el día domingo 26 de Junio del presente año, por la acción del Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Catedral de la ciudad episcopal de Santiago de Querétaro, para celebrar el misterio de nuestra salvación, proclamándose la Palabra, que alimenta e impulsa la formación cristiana y católica de cada uno de los fieles.

Teniendo como único objeto conmemorar los misterios de nuestra salvación se dio la ocasión para expresar, delante de Dios, la promesa celibataria de cinco candidatos del Seminario Conciliar de Querétaro al orden del diaconado. En virtud de ello, el Sr. Obispo citó a San José María Escrivá de Balaguer para subrayar la responsabilidad que se tiene como hijos de Dios; “una obra en salida, una obra que exprese la misión de la Iglesia de Jesucristo”.

“Fieles hasta el final de sus vidas” fue lo que señaló Mons. Faustino a los candidatos que deben hacerse a la identidad del mismo Cristo que fue fiel hasta el último momento de su obra redentora. «La fidelidad consiste en tener un corazón de Pastor que busque apacentar a las ovejas con la entrega de la misma vida».

<Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén> Lc 9, 51 62; «Esta es la decisión más importante de Jesús para hacer la voluntad del Padre. Ese viaje determinante que lo había de conducir al misterio de la Cruz fue, para sus discípulos, una señal inconfundible para seguirlo hasta el último momento con la entrega de su propia persona. Así, pues, para mostrar la firmeza que requiere una obra tan sublime como la justificación y santificación del pueblo, debe implicarse de modo radical el discernimiento del mismo Jesús y no el nuestro”.

Para terminar, citó Nuestro Pastor: “Quien se encuentra con Jesús rompe los paradigmas del camino que propone el mundo actual” el único camino es el encuentro con el Maestro y con la alegría de su Evangelio. —Animados, pues, a emprender el viaje en compañía de Jesús y de su Madre, María Santísima.

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