SAGRADA EUCARISTÍA DE LA ULTIMA CENA DEL SEÑOR, EN EL CERESO.

Centro de Readaptación Social, Carretera a Chichimequillas Kilómetro 8.5, San José el Alto, Santiago de Querétaro, Qro.


Fue la mañana del jueves 18 de abril del presente año, cuando Mons. Faustino Armendáriz Jimenez, Obispo de la Diócesis de Querétaro, visitó el CERESO,  (Centro de readaptación social)ubicado en San José el alto, Qro. donde presidió la Sagrada Eucaristía con motivo del «Jueves Santo» y lavo los pies a los apóstoles representados por un grupo de internos  y les compartió el siguiente mensaje: «Hoy celebramos con gran alegría el día en el que Jesús instituyó la Eucaristía, el Sacerdocio Ministerial y nos deja el mandamiento del amor, con el signo del lavatorio de los pies. Estamos llamados a lavarnos los pies en el servicio de todos los días, y con humildad reconocer a Cristo en cada uno de nuestros hermanos».
Los asistentes mostraron un rostro lleno de devoción y agradecimiento a Dios, en el momento en cual se dispusieron a Adorarle en la Sagrada Hostía,  confortados  por la visita de Mons. Faustino por el gesto de lavarle los pies a ejemplo de Jesús, a los internos que representaron a los apóstoles, pero también por su visita a todos los que están en este Centro de readaptación, donde el dolor y la soledad se hacen notar, pero también con la esperanza de un nuevo renacer por medio de la gracia de Dios, para poder reintegrarse a la sociedad.  

Dentro de esta celebración en el momento de la Homilía Mons.  Faustino les compartió diciendo: “Muy queridos hermanos, hoy nos reunimos para celebrar, ya el tiempo Pascual en esta Santa Misa, de la Cena del Señor, hoy le damos gracias a Dios por haber dejado este signo de su amor, en su Eucaristía;  pero también un día como hoy instituyo el Sacramento del Sacerdocio, la invitación es a orar por los sacerdotes, ayudarles a impulsar esta iglesia, con nuestra oración, de su tarea como pastores, ser vínculos de unidad; ayudarles a afrontar incluso situaciones que intenta destruirlos, pero también ayudarles a ser fieles al Señor, pidámosles por cada uno de ustedes, por sus familias por que con generosidad y deseos de construir colaboran en este centro, consagradas, consagrados, laicos, que quieren lo mejor para ustedes, y que lo hacen en el nombre de Dios, y en gracia de Dios”.

Dentro de la celebración en el Homilía  Mons. Faustino les compartió lo siguiente: “Gracias por su bienvenida y la entrada a este centro, y al coro que nos ha interpretado este hermoso canto que nos evoca lo que todos en el mundo quisiéramos y que es la Paz, y la justicia. Hoy Jesús nos da la lección para lograrlo; lo que viene a compartir en este día es el amor, es decir a El mismo, porque Dios es amor, nos dice el apóstol San Juan, la única manera de tener este regalo es precisamente abriendo nuestro corazón a Dios y Dios si  quiere quedarse con nosotros;  aquí lo que tendríamos que preguntarnos es: -y ¿yo que tengo en el corazón?, -a veces se nota de manera muy evidente lo que tenemos en el corazón, -quien tiene amarguras va a reflejar amarguras, quien tiene resentimientos y odios va a reflejar eso; o sea todo eso no se puede ocultar, pero cuando se tiene amor también se nota en el rostro y no me refiero solamente al rostro físico, si no al rostro que se va construyendo con cada una de nuestras acciones y de nuestras palabras.

Porque, primariamente dice la biblia, de lo que está lleno el corazón habla la boca y de lo que está lleno el corazón también hablamos con nuestros actos, el Señor quiere transformarnos, por eso crea un ambiente de fraternidad, crea un ambiente tan familiar como era la celebración de la Pascua, Jesús quiso decirle a los demás: hoy el cordero soy yo, hoy el alimento soy yo,  por eso el Apóstol Pablo en uno de sus escritos más antiguos pone este momento tan importante, pone las palabras de Jesús en su escrito, salida de sus labios “tomen y coman esto es mi cuerpo, tomen y beban esta es mi sangre”, año 51 año 56 de nuestra era cristiana y desde aquel tiempo sigue resonante estas palabras de Jesús, en las cuales se refleja ese infinito amor que nos tiene Dios, “Tanto amo Dios al mundo que entrego a su hijo Jesucristo para que todo aquel que crea, se salve por él”.

El Señor lo que quiere erradicar es, todo aquello malo que hay en el corazón de las personas y quiere llenarse y por eso senos da a comer y se nos da a beber, y no esporádicamente sino todos los días, quizás ahora es complicado que lo tengan todos los días, pero cuanto tengan esta oportunidad de estar haciendo memoria realizando aquel momento donde Jesús se nos regala, y nuestra disponibilidad sin duda es muy personal,  de tal manera que tu quieras el señor llega a ti y te transforma.

Aquel grupo de 12 discípulos recibe palabras muy sinceras de Jesús ustedes están limpios,  pero no todos, ustedes están limpios el Señor quiere decir que todos tenemos la posibilidad de estar , si embargo los peros los ponemos nosotros, el pero no todos se refiere a la obstinación y a la terquedad, mi y tuya de no estar limpio y no estamos limpios cuando no esta Dios en el corazón, no estamos limpios cuando no esta su gracia, no estamos limpios cuando en lugar de construir destruimos, no estamos limpios cuando no queremos recibir el amor de Dios para compartirlo a los demás, creo que en toda comunidad y en todo grupo humano cuando ha entendido el amor de Dios lo proyecta con sus acciones, y lo ha entendido cuando en sus expresiones en cualquier actitud de agresión contra el hermano,  estar limpio es un proceso y un camino donde todos tenemos la posibilidad de realizar algo mejor.

Cuando se habla de transformación, no la podemos concebir sin la ayuda de Dios, cuando se habla de transformación se habla de libertad, hoy le pedimos a Dios que nos de esa transformación que pueda construir en nuestro mundo humano en el cual nosotros nos movemos y donde Dios nos hace andar. Seguramente cada uno de ustedes con su historia personal, llenos de esperanza no solamente sus dudas sino llenos de esperanzas, hermanos les invito a seguir   llenos de esperanza, porque Dios, quiere que recorras un camino mejor cada día, las circunstancias de tu vida en este momento, también son noticias que se alimentan con esperanza para tu veas con gratitud, veas hacia el pasado y si ha habido errores, sin embargo, gracias Señor por darme la oportunidad de caminar el presente pero sobre todo gracias Señor por ver el futuro con gran esperanza.

Hoy el Señor nos hace dos grandes regalos,  el Sacramento de la Eucaristía, es decir él mismo se da, pero quiero que nos fijemos el mismo momento de la ultimo cena el señor se postra ante sus discípulos es decir; no hay Eucaristía sin servicio, lo que el Señor quiso hacer con aquel signo de humildad es decir; si tú eres de los míos tienes que servir a los demás y servir hasta el extremo, especialmente con una actitud de humildad y no de protagonismo, en estos días recientes quizás tuvieron la oportunidad de ver a través de los medios de comunicación como el Papa, ante esos hombres de un país africano que habían optado por la guerra les suplicaba que optaran por la paz, el Papa pensó ¿que puedo hacer para que vean que mis palabras son sinceras realmente?, y lo que hizo fue postrarse aun a sus 84 años,  postrarse ante aquellos hombres que por un momento se resistían como Pedro y les beso los pies; esa es la tarea de Jesús, esa es la tarea de nosotros los seguidores de Jesús, eso es lo que nosotros tenemos que construir, sí, celebrar la Eucaristía y reconocer el amor de Dios, pero ¿Cómo podemos servir a esa sociedad? Que tanto necesita, de ese amor presente en el don de la Eucaristía.

El Señor también nos ha dado el regalo del sacerdocio, sacerdotes, es el hombre que Dios ha puesto en una comunidad para representarlo a él, al grado de que se puede decir es otro Cristo, si es un ser humano como todos nosotros que está sujeto a los errores, sin embargo, es un ser humano que tiene la recta intención de servir y la posibilidad de cambiar, como tu y como yo.

Que el Señor nos ayude a impulsarlos recemos por ellos sabiendo que sin sacerdote no hay Eucaristía sabiendo que sin sacerdote no podemos hacer memoria de la ultima cena, de Jesús lavar los pies no es solamente el signo de postrarse, para lavar y besar los pies a los apóstoles representados en estos jóvenes, lavar los pies va mucho mas allá es entregarse todos los días, con humildad y con actitud de servicio, pero también con una mente que refleje lo yo llevo en el corazón, como palabras que construyan y no que destruyan, lavar los pies significa servir al hermano, en los pequeños detalles de la vida, lavar los pies significa volver a empezar, este día pidamos por Querétaro, por nuestra Diócesis por todas aquellas familias que sufren, sin duda las de ustedes, las de ustedes que sufren por su separación, de un padre, de un esposo, las de ustedes que sufren y con ellos sufren ustedes, le pedimos a Dios que los llene de su amor,  y los fortalezca y que esta pasión de Jesús se una a la  pasión que ustedes viven todos los días, de tal manera para que el Señor los recompense un día con el don de la libertad, pedimos al Señor por cada uno de nosotros para que esta semana santa algo se transforme en nuestra vida.

Y decimos pedimos por Querétaro, para que tenga paz, para que tenga sed de dar, pidamos por la vida para que todos aquellos proyectos especialmente en contra de los niños por nacer en el vientre de su madre de alguna manera el Señor persuada aquellas mentes que con una actitud de destrucción quieren asesinar a los niños por nacer. Que el Señor nos ayude a todos y que esta semana santa en este tiempo pascual que iniciamos el día de hoy sea para nosotros, paso del pecado a la gracia, paso de la tiniebla a la luz, paso de la muerte del pecado a la vida que santísima virgen nos ayude y que la Eucaristía que se queda para ser adorada en esta capilla les ayude a fortalecer su esperanza, su amor y su fe».   

Al terminar la celebración los internos agradecieron al Señor Obispo su visita, y en su rostro reflejaban una paz interior, y llenos de esperanza, para continuar en el CERESO, hasta encontrar la libertad y regresan con sus familias que tanto sufren por ellos.