ORDENACIÓN SACERDOTAL PBRO. JUAN MIGUEL HERNÁNDEZ MUÑOZ.

Col. Hércules, Qro. 30 de julio de 2021. 

Con muchas alegría y gozo se celebró la Santa Misa de Ordenación Sacerdotal del Diácono Juan Miguel Hernández Muñoz, en el Seminario Conciliar de Querétaro, la cual fue presidida por Mons. Fidencio López Plaza, X Obispo de la Diócesis de Querétaro, el día 30 de junio del 2021, a las 11:00 a.m.

En la homilía el Señor Obispo, mencionó: “Hoy en nuestros pequeños programas pastorales es necesario reconocer que somos Ungidos, es decir cristianos y por eso también necesitado siempre, necesitado del auxilio del Espíritu Santo que me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, Jesús se siente enviado a cuatro grupos, a cuatro sectores sociales los pobres que casi siempre y en todas las culturas y sociedades son la mayoría, los cautivos, los ciegos y los oprimidos, son los que más lleva dentro de su corazón y los que más le preocupan. Por eso padre Juan Miguel, comenzar tu ministerio pastoral y todos nosotros delante de la palabra de Dios podemos preguntarnos ¿Qué ha sido de la gran preocupación de Jesús?”

Así inició mensaje en la homilía Mons. Fidencio: “Hermanos sacerdotes diáconos y seminaristas, de manera especial saludo a los hermanos que vienen de la diócesis de Tehuacán y de Celaya hermanas y hermanos de vida consagrada familiares amigos e invitados del diácono Juan Miguel Hernández Muñoz reciban todo un saludo fraterno.

El texto del Evangelio que nuestro hermano diácono Juan Miguel ha elegido para ponerle marcó a este acontecimiento de su ordenación sacerdotal, Jesús revela el plan de Dios sumisión e identidad como Mesías, así se presenta “el Espíritu del señor está sobre mí, porque me ha ungido, para llevar la buena nueva a los pobres, me ha enviado para anunciar la libertad a los cautivos, y la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del señor”.

 “Jesús se ha propuesto que desde el comienzo sus discípulos sepan el programa que han de tener ante sus ojos y es que lo quiere pedir, por eso es Jesús mismo quién selecciona el pasaje del Profeta Isaías y se lee  a la gente de su pueblo,  para que puedan entender mejor el espíritu que lo anima, las preocupaciones que lleva dentro de su corazón y la tarea a la que te quieres dedicar en cuerpo y alma, es muy oportuno tener siempre en la mira este pasaje evangélico durante la formación inicial en el seminario y todavía más oportuno en el tiempo de la formación permanente”.

 “Muchos dolores de cabeza en la vida cristiana y en el mío, en el ministerio sacerdotal surge cuando olvidamos lo que  este evangelio indica, el rumbo y el programa del ministerio pastoral de Jesucristo nuestro Señor y también es pastoral, nunca deberíamos olvidar que el Espíritu del señor está sobre nosotros”, y nos ha enviado para evangelizar a los hombres, yo recuerdo que elegí también este texto para mí ordenación sacerdotal, y cuando me siento perdido es porque olvido el referente  de todos sus seguidores, el Espíritu del Señor está sobre mí, él me ha ungido, Jesús se siente ungido por el Espíritu de Dios, por eso sus seguidores le llaman Cristo, es decir ungido y por eso se llaman ellos mismos cristianos”.

Para Lucas es una contradicción llamarse cristianos y división de espíritu, ya los seguidores de Jesús eran reconocidos como los del camino, sin embargo, el nombre de cristianos no es menos que un prometedor ungido, es lo mismo que Cristo y los ungidos, todo urgidos para evangelizar a la manera de Jesús, llevar adelante el proyecto de liberar como Jesús, sólo es posible con la fuerza del Espíritu Santo y para llevar adelante.

Hoy en nuestros pequeños programas pastorales es necesario reconocer que somos Ungidos, es decir cristianos y por eso también necesitado siempre, necesitado del auxilio del Espíritu Santo que me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, Jesús se siente enviado a cuatro grupos, a cuatro sectores sociales los pobres que casi siempre y en todas las culturas y sociedades son la mayoría, los cautivos, los ciegos y los oprimidos, son los que más lleva dentro de su corazón y los que más le preocupan. Por eso padre Juan Miguel, comenzar tu ministerio pastoral y todos nosotros delante de la palabra de Dios podemos preguntarnos ¿Qué ha sido de la gran preocupación de Jesús?

Y aquí no hay escapatoria, la iglesia es de los que sufren o deja de ser iglesia de Jesús, si no son ellos quienes nos preocupan ¿De qué nos estamos preocupando?, habría que revisar ¿Cuáles son nuestras intenciones y nuestras preocupaciones que tenemos el día de la ordenación? y mantenerlas limpias durante todo el camino que Dios nos concede, es así como vamos a hacer sacerdotes feliz y bienaventurados, a Dios le preocupa el sufrimiento de la gente.

Por eso su espíritu le empuja a Jesús a dejar su pueblo, para dar la buena nueva a los pobres, esta es su gran tarea, poner esperanza en los que sufren, si lo que hacemos y decimos los cristianos no es captado como buena noticia por los que sufren, deberíamos preguntarnos ¿Qué evangelizamos? y modificar a que nos estamos dedicando, cuando cuestionaban al nuncio decía  con un ratito que se puede hacer felices a los que sufren, vale la pena, es el mensaje con el que Jesús nos indica y hemos de hacer hermanos sacerdotes, hermanos todos los seguidores de Jesús.

Los desprovistos de lo necesario para vivir, los cautivos, ciegos y oprimidos, son concreciones de la condición de la pobreza, en todos ellos en todos esos casos estamos ante una enorme oportunidad para ser mensajeros de la alegría y de la paz.

La historia es nueva cuando se tiene esta actitud de modo ordinario, pues es el eje de toda la vida y la inspiración de todos los seguidores de Jesús, es por eso entre otras cosas mi querido diácono Miguel, que consideró que has hecho una elección  hermosa de la palabra de Dios, para iniciar esta nueva etapa de tu vida, ahora como sacerdote ministerial, pues el programa pastoral de Jesús y el programa pastoral de sus seguidores, está en este hermoso evangelio  que has escogido para inspirar el camino que hoy inicias.

Que nuestro querido padre señor San José y que nuestra querida madre en su advocación de los Dolores de Soriano, nos enseñen a caminar hacia los pobres para llevarles buenas noticias, que Dios así nos lo concedan. Concluyo.

Al terminar Mons. Fidencio les dio la bendición y el Pbro. Miguel dirigió un mensaje a la asamblea reunida, y agradeció a todos su formadores y sacerdotes que le acompañaron a lo largo de su proceso de formación.