Misa Solemne de Consagración a los Sagrados Corazones

Para la consagración de un grupo de fieles o la parroquia, el celebrante es el párroco o el sacerdote que éste tenga a bien delegar. Cuando se trate de la consagración de una ciudad, estado, arquidiócesis, un servidor público, etc., el celebrante deberá ser el Obispo correspondiente. Es importante que todos los presentes estén bien informados de lo que van a hacer y abran su corazón al deseo profundo de volver a la Casa del Padre y se difunda esta intención de santificación en cada parroquia y comunidad.

  1. Se iniciará la celebración con aspersión de agua bendita como signo de purificación.
  2. Las lecturas han de estar relacionadas con los comienzos de la Consagración/Alianza (principalmente en el libro del Éxodo con Moisés) de ser posible. En caso de ser Domingo, se tomarán las lecturas del día.
  3. La homilía deberá hacer una fuerte referencia a un cambio personal a través de la consagración; que debemos darle a Dios todo lo que somos, todo lo que tenemos y así crear o aceptar esta nueva alianza que consistirá en seguir la vida y las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo. Deberá referir también que los efectos de la consagración son muy profundos cuando se hacen con la clara intención de cambiar para ser verdaderamente hijo de Dios, cada día y en todos aspectos.
  4. Se hará la renovación de las promesas bautismales.
  5. Después de la liturgia de la Eucaristía, el celebrante reitera la importancia de la naturaleza de la consagración e invita a todas las personas a leer en voz alta cada palabra de las fórmulas de consagración, como una oración hecha con confianza desde el corazón y entendiendo la seriedad de dicho compromiso. Los invita también a renovar y vivir dicha consagración todos los días (oraciones matutinas) a partir de ese día y una vez al año en un servicio similar en la Iglesia.
  6. Primero, se realizará la Consagración al Sagrado Corazón de Jesús y después al Doloroso e Inmaculado Corazón de María. Las fórmulas de consagración se declararán antes de la bendición final, no terminada la misa.

 

MISA SOLEMNE DE CONSAGRACIÓN LA DIÓCESIS DE QUERÉTARO AL
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y AL DOLOROSO E INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

1. Inicio

Procesión Solemne

Bendición del Agua (Cfr. 917-921, Misal Romano) y Aspersión como signo de purificación.

Antífona de entrada: Sal 85, 1-3

Acto Penitencial

2. Oración colecta

3. Liturgia de la Palabra

Primera Lectura: Josué 24, 1-2a. 15-17. 18b
Serviremos al Señor, porque Él es nuestro Dios.

Salmo Responsorial: Salmo 33
R/. Haz la prueba y verás que bueno es el Señor.

Segunda Lectura: Efesios 5, 21-32
Éste es un gran misterio y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

Aclamación: Cfr. Juan 6, 63. 68.
R/. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. R/.

Proclamación del Santo Evangelio: Juan 6, 55. 60-69
Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

(Se omite el Credo)

Renovación de las Promesa Bautismales (Cfr. 165-167, Misal Romano)

Renuncia a Satanás.
Profesión de Fe.

Plegaria Universal

Oración de los fieles

Celebrante: Padre Eterno, escucha estas intenciones con que tu pueblo clama hacia Ti. Inúndanos de Tu bondad y concédenos tu gracia y misericordia. Después de cada petición diremos: Escucha Padre nuestra oración.

1. Lector: Por Nuestra Santa Madre Iglesia, para que Sus Obispos y Sacerdotes, sean reflejo de tu perfecta caridad y nos conviden a vivir en Tu Divina Voluntad. De un modo especial, te suplicamos por el Santo Padre y nuestro Obispo Faustino para que siempre
cuenten con tu consuelo y fortaleza. Todos: Escucha Padre nuestra oración.

2. Lector: Para que todos los cristianos, en medio de una sociedad plural y llena de propuestas diversas, seamos capaces de vivir nuestra fe en Dios y en Jesucristo con firmeza y convicción para colaborar en la construcción de una sociedad justa y de paz. Todos: Escucha Padre nuestra oración.

3. Lector: Te pedimos por todos los que están en los medios de comunicación, especialmente por aquellos que crean y deciden lo que nosotros y nuestros hijos vemos, escuchamos y leemos, para que su corazón viva una continua conversión hacia la verdad y se abstengan de promover todo aquello que daña la dignidad de la persona o la corrompe. Todos: Escucha Padre nuestra oración.

4. Lector: Te pedimos Señor por todos los que tienen autoridad sobre otros, desde la más simple autoridad hasta la de aquellos que tienen en sus manos el destino de los demás a través del gobierno y la política. Cuídalos e ilumínalos para que esta autoridad que Tú les confieres, sea siempre encaminada al bien común. Todos: Escucha Padre nuestra oración.

5. Lector: Pedimos por todos los que se encuentran en el medio de las finanzas y el comercio. Concédeles, Señor, templanza y sabiduría para no ver en estos medios un fin, para que sepan ser sensibles y generosos con las necesidades de los demás y que
jamás vayan a vender sus almas por ambición de poder. Todos: Escucha Padre nuestra oración.

6. Lector: Oramos por todas las familias, especialmente por aquellas heridas por la injusticia o la confusión del mundo, por el divorcio, el aborto, o la falta de perdón. Concédenos a todos la gracia necesaria para salir adelante y que nuestros jóvenes y niños puedan vivir con esperanza bajo la protección de la Sagrada Familia. Líbralos de la herencia de nuestro pecado y de todo apego a las cosas de este mundo. Todos: Escucha Padre nuestra oración.

7. Lector: Por esta diócesis de Querétaro que hoy se consagra a Ti y te entrega todos sus bienes. Bendícela Padre Eterno y derrama Tu gracia y misericordia para alcanzar la conversión y la paz. Te pedimos especialmente por nuestros hermanos indígenas, por todos los marginados, y por la unidad fraterna en el mundo entero. Todos: Escucha Padre nuestra oración.

Celebrante: Padre recibe nuestra plegaria y concédenos vivir siempre ante la certera presencia del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María.

4. Liturgia Eucarítica

Monición: Jesucristo, en unos momentos Tu Corazón Sagrado se hará presente entre nosotros en la Hostia y estaremos al pie de la Cruz. Permítenos consolarte entregándonos por completo a Tu Sacratísimo Corazón y acompañar a Nuestra Madre Santísima en su profundo dolor.

Oración sobre las Ofrendas

(En este momento deberíamos hacer conciencia de que todos podemos consagrarnos como hostias vivas y pertenecer también al vino de la Vid, uniéndonos a la ofrenda del Cordero de manos del Sacerdote para Dios Padre. Ésta sería la mejor alianza.)
Dios nuestro, que por medio de un sacrificio único, el de Cristo en la Cruz, nos has adoptado como hijos tuyos, concede siempre a tu iglesia los dones de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del tiempo ordinario.

Antífona de la Comunión: Juan 6, 54
El que come mi carne y bebe mi sangre, dice el Señor, tiene ya vida eterna y yo lo
resucitaré en el último día.

Oración después de la Comunión: Completa, Señor, en nosotros la obra redentora de tu amor y danos la fortaleza y generosidad necesarias para que podamos cumplir en todo tu Santa voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

*Se les invita a que todos juntos en la confianza de Hijos de Dios, hagamos esta Consagración entregando todo lo que somos y tenemos a Dios Nuestro Padre:

Consagración al Sagrado Corazón de Jesús
Por Santa María Margarita Alacoque

Yo ______ me entrego y consagro al Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, mi persona y mi vida, mis acciones, mis dolores y sufrimientos, para que no deseé hacer uso de ninguna parte de mi ser que no sea para honrar, amar y glorificar al Sagrado Corazón. Este es mi propósito inamovible, principalmente, ser completamente de Él y hacer todas las cosas por amor a Él, al mismo tiempo renunciando con todo mi corazón a todo lo que no le sea agradable. Por lo tanto, te tomo Sagrado Corazón, como el único objeto de mi amor, el guardián de mi vida, mi seguridad de salvación, el remedio de mi debilidad e inconstancia, la expiación por todas las faltas de mi vida y mi refugio seguro a la hora de la muerte. Sé entonces, ¡oh, Corazón de Bondad!, mi justificación ante Dios Padre, y aleja de mí los golpes de su justa ira. ¡Oh, Corazón de amor!, pongo toda mi confianza en Ti, ya que temo a todo por mi propia maldad y fragilidad, pero tengo esperanza de todas las cosas por tu bondad y generosidad. Aparta de mí todo lo que pueda disgustarte o que resista a Tu santa voluntad. Permite que Tu amor puro imprima Tu imagen profundamente en mi corazón para que nunca pueda olvidarte o separarme de Ti. Que yo obtenga de tu amada bondad la gracia de tener mi nombre escrito en Tu Corazón, porque en Ti deseo poner toda mi felicidad y gloria, viviendo y muriendo como Tu esclavo. Amén.

Consagración al Doloroso e Inmaculado Corazón de María
Por San Luis-Marie Grignion de Montfort

Yo _____ me consagro a tu Doloroso e Inmaculado Corazón, Hija amadísima del Padre Eterno. Dios te salve María, la Madre más admirable del Hijo. Dios te salve María, la más fiel esposa del Espíritu Santo. Dios te salve María, la Madre más querida, Señora más amorosa, ¡Reina más poderosa! Dios te salve María, mi alegría, mi gloria, mi corazón y mi alma. Tú eres toda mía por la misericordia de Dios, pero yo soy todo tuyo en justicia. Sin embargo, no te pertenezco lo suficiente y por eso, una vez más, como
un esclavo que siempre le pertenece a su amo, me entrego completamente a Ti, sin reservar nada para mí, o para otros. Si Tú todavía ves algo en mí que no se te haya entregado, por favor, tómalo ahora. Conviértete en la dueña completa de todas mis capacidades. Destruye en mí todo lo que no sea agradable a Dios. Erradícalo y hazlo nada. Implanta en mí todo lo que consideres bueno; mejóralo y haz que crezca en mí. Que la luz de tu fe disipe la oscuridad de mi mente. Que tu profunda humildad tome el lugar de mi orgullo. Que tu contemplación celestial ponga fin a las distracciones de mi imaginación errante. Que tu visión continua de Dios llene mi memoria con Su presencia. Que el ardiente amor de tu Corazón inflame la frialdad del mío. Que tus virtudes tomen el lugar de mis pecados. Que tus méritos sean mi adorno y compenses mi falta de mérito ante Dios. Finalmente, mi queridísima Madre, concédeme, si es posible, que no tenga ningún otro espíritu que el tuyo para conocer a Jesús y su Divina Voluntad. Que no tenga otra alma que la tuya para alabar y glorificar al Señor. Que no tenga otro corazón más que el tuyo para amar a Dios pura y ardientemente como Tú lo amas. Amén, así sea, a todo lo que hiciste en la Tierra; Amén, así sea, a todo lo que están haciendo ahora en el Cielo; Amé, así sea, a todo lo que estás haciendo en mi alma. De esta manera, Tú y sólo Tú glorificarás a Jesús en mí durante toda mi vida y a través de la eternidad. Amén.

  • No te olvides de renovar tu consagración a Jesús y a María de una forma sencilla diariamente.

6. Bendición final

Se suplica invitar a los asistentes que así lo deseen a llenar uno de los formularios que la Misión proveerá para esta celebración a fin de tener registro de su consagración y poder dar seguimiento a la campaña nacional de oración.