Lectio Divina: IV Domingo de Pascua del Ciclo C

1. Lectua del texto: Jn 10,27-30

(Se pide la luz del Espíritu Santo)

 

Señor Jesús,
a ti que has vencido a la muerte,
que la tumba no te ha retenido.
A ti que has dado tu vida
y la has recobrado en poder y gloria.
a ti que estás vivo,
que te apareciste
a las mujeres y las saludaste
diciendo: “…paz a ustedes…”
A ti que estás aquí junto a nosotros,
te pedimos que nos ayudes
a encontrarte presente en tu Palabra,
a descubrir el mensaje
que Tú tienes para nosotros en ella.
Danos Señor tu Espíritu Santo,
danos sabiduría
para penetrar en las Escrituras
y encontrarte en ellas.
Que así sea.           (P. Jesús Antonio Weisensee H.)

 

(Cada uno lee en su Sagrada Escritura)

 

buen_pastorEn aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno”. Palabra del Señor.

 

 

Repasar el texto leído

(Se pregunta a los participantes y responden leyendo los versículos en su Biblia)

  • ¿Qué hacen la ovejas de Jesús? v.27
  • ¿Qué da Jesús a sus ovejas y qué pasará con ellas? v.28
  • ¿Quién le ha dado las ovejas a Jesús? v.29a
  • ¿Quién puede arrebatar las ovejas de la mano del Padre? v.29b
  • ¿Qué dice Jesús de su relación con el Padre? v.30

 

Explicación del texto

En este texto, Jesús se pone en contraste con los falsos pastores de Israel (cf. Ez 34,1-16), representados por los fariseos que rechazan, en vez de salvar, al hombre que recibió la vista en el capítulo anterior. Jesús les recuerda que si bien es cierto que en el rebaño existen toda clase de hombres, el pastor, que es el verdadero dueño del rebaño, ha de distinguirse de los que no tienen ningún interés legítimo en las ovejas.

Jesús se llama así mismo el “buen pastor”, esto equivale a presentarse como el verdadero o perfecto pastor. En hebreo, “verdadero” caracteriza preeminentemente el ordenamiento divino, distinguiéndolo así, del engaño y la ilusión del ordenamiento del hombre pecador. El “verdadero pastor entrega la vida por sus ovejas”, el pastor israelita arriesgaba frecuentemente su vida para salvar a su rebaño. Jesús mismo entregará verdaderamente su vida, y de manera mucho más significativa, para salvar el rebaño de Dios. Esto es lo que le distingue de los fariseos, que podían compararse con auxiliares mercenarios, los cuales trabajaban únicamente por sus propios intereses y sin sentir preocupación personal por el rebaño.

Se demuestra que Jesús es el verdadero pastor también en que conoce las ovejas de Dios y ellas lo conocen a él. Este mutuo conocimiento, es una extensión del mutuo conocimiento entre el Padre y el Hijo. Jesús da la vida por las ovejas para asegurar esta existencia compartida entre el rebaño, el Pastor (el Hijo) y el Padre. Los pastos a que conduce  a su rebaño son la vida eterna. Es imposible que Jesús pierda las ovejas que le ha confiado el Padre, pues la omnipotencia de Dios es la garantía de este don. Padre e Hijo son uno en pensamiento, voluntad y acción, lo cual no significa simplemente que están de acuerdo, sino que son “uno”.

 

2. Meditación del texto

(Cada participante puede compartir su reflexión personal)

El mensaje que nos ofrece el Evangelio de este día es que Jesús es el “buen pastor”, lo que significa que la promesa de Dios anunciada por el profeta Ezequiel, se cumple en él. El buen pastor es Dios encarnado: Yo mismo iré a buscar a mis ovejas y las reuniré (Ez 34,11); es él quien da su vida por las ovejas, para que éstas tengan la plenitud de la vida (Jn 10,10).

Jesús es el buen pastor porque le importan tanto las ovejas que es capaz de pone su vida. Esto significa que es capaz de arriesgar su propia vida, para defender a aquellos que están sometidos a un peligro mortal. Es “jugarse la vida” para liberar de la muerte a aquellos que están amenazados por ella.

La relación del pastor con las ovejas es como la relación del Padre con el Hijo. El conocimiento que hay entre el Padre y el Hijo se expresa en el amor y en la obediencia del Hijo al Padre, del mismo modo el conocimiento del pastor se manifiesta en el amor a las ovejas y la confianza que las ovejas tienen al pastor.

Por culpa de las acusaciones y calumnias judías muchos cristianos “habían sido arrebatados”, martirizados. Pero Jesús asegura que, más allá de la muerte, seguirán perteneciéndole, serán suyos…Nadie les arrebatará de su rebaño ni de las manos del Padre.

La clave es escuchar la Palabra de Dios, solamente de esta manera se puede reconocer al buen pastor en medio de tantas voces que hoy hablan y gritan buscando captar la atención de los hombres. De esta manera se asegura el conocimiento de Jesús y su seguimiento. Nadie va detrás de un desconocido, nadie ama a un desconocido. Jesús sale a nuestro encuentro en su Palabra y espera que lo sigamos.

El que cree en Hijo enviado por el Padre, tiene vida eterna, la misma vida del Hijo, nadie que se confíe en este Hijo perecerá, la muerte y el mal no tienen poder sobre él, porque está unido al Hijo, es una vida que vence la muerte, es la fuente de agua viva que brota para todo el que tiene sed y llega al Hijo.

El buen pastor asegura la vida de sus ovejas: su mano que es la misma del Padre, las defiende efectivamente de ladrones, salteadores y lobos. El poder del Padre y del Hijo en favor de sus ovejas es superior al de todos los ladrones y asaltantes, por eso caminamos confiados y nada tememos.

 

3. Compromiso personal y comunitario

(Cada participante puede proponer compromisos personales y comunitarios)

  • Dedicar un tiempo de nuestro día a la lectura orante de la Palabra de Dios.
  • Acudir a un centro de enseñanza religiosa, para conocer más la doctrina de la Iglesia y fortalecer la fe.
  • Vivir conforme a los valores del evangelio en las decisiones que tomo cada día en mi vida.
  • Colaborar en la misión llevando la Palabra de Dios a los alejados, a los enfermos y a los más pobres.
  • Pasar de una fe ocasional a un verdadero proceso de crecimiento espiritual.
  • Participar con atención en las celebraciones eucarísticas alimentándome de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo para consolidad y vivir mi fe.


4. Oración

(Se puede hacer alguna oración en voz alta donde participen quienes gusten dando gracias a Dios por la Palabra escuchada. Se puede recitar algún Salmo o alguna oración ya formulada)

 

Señor Jesús Resucitado,
a tus discípulos les costó creer en tu resurrección,
no creyeron en las personas que enviaste,
no creyeron que Tú estás vivo,
es por eso que los reprochaste,
los recriminaste por la dureza de su corazón.
Señor, hoy en día
Hay también mucha gente
que no cree, o no quiere creer
no buscan tenerte a ti como criterio
y centro de sus vidas.
Hay mucha gente
que no te tiene en cuenta en sus vidas.
Señor, a nosotros que sí creemos en ti,
a nosotros que sabemos que estás vivo,
que te tenemos como nuestro Dios y Señor,
danos la gracia de que nuestra vida,
nuestras actitudes, nuestra conducta,
nuestra forma de vivir,
sea el testimonio de tu presencia.
Señor, haz que los pastores de tu Iglesia
sean instrumentos tuyos,
para que muchos más puedan creer en ti.
Haz que su vida sea testimonio que haga ver
que Tú estás vivo y presente junto a nosotros.
Amén.