HOMILÍA EN LA LX PEREGRINACIÓN DIOCESANA DE MUJERES DE QUERÉTARO AL TEPEYAC.

INBG, Ciudad de México, a 28 de julio de 2019.

Año Jubilar Mariano

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Muy estimados hermanos sacerdotes,

Queridas peregrinas,

Hermanos y hermanas todos en el Señor:

  1. Con alegría y con mucha esperanza hemos podido llegar en esta mañana a los pies de Nuestra Señora de Guadalupe, para poder contemplar su rostro amoroso y misericordioso. Lo hemos hecho tras un largo camino lleno de alegría, de júbilo y de entusiasmo, de oraciones y cantos; conscientes que la Señora del Cielo, desde aquí nos escucha y nos acoge benigna. Especialmente en este Año Jubilar Mariano en el cual, bajo la advocación de los Dolores de Soriano, nuestra Iglesia Diocesana, quiere refrendar su patrocinio y su reconocimiento como la “Señora y Abogada nuestra”.
  1. Durante estos días de peregrinar hemos podido de manera incesante, elevar nuestras súplicas y nuestros ruegos, ayudados especialmente del santo rosario, que como bien lo cantábamos en una de las alabanzas son como “las frescas flores de mil colores que hemos regados con lágrimas y con llanto”. Cada una de ustedes sabe muy bien aquello que su corazón trae y quiere decir a la Virgen María. No duden en que sus plegarias serán escuchadas y alcanzarán de Dios su gracia y su consuelo, pues como escuchamos en la palabra de Dios de este día, Dios escucha las suplicas de aquellos que le buscan con sincero corazón.
  1. Si bien es cierto que a lo largo de todo este camino hemos rezado muchísimas veces el Santo Rosario y por ende el Padre Nuestro, hoy la liturgia de la palabra nos ayuda a comprender el verdadero sentido y significado de esta oración, y con ella de la oración cristiana.
  1. En el Evangelio (Lc 11, 1-13) vemos a Jesús rezando solo, apartado; cuando termina, los discípulos le piden: «Señor, enséñanos a orar» (v. 1); y Él responde: «Cuando oren, digan: “Padre…”» (v. 2). Esta palabra es el «secreto» de la oración de Jesús, es la llave que él mismo nos da para que podamos entrar también en esa relación de diálogo confidencial con el Padre que le ha acompañado y sostenido toda su vida.
  1. Al apelativo «Padre» Jesús asocia dos peticiones: «sea santificado tu nombre, venga a nosotros tu reino» (v. 2). La oración de Jesús, y por lo tanto la oración cristiana, es antes que nada un dejar sitio a Dios, permitiendo que manifieste su santidad en nosotros y dejando avanzar su reino, a partir de la posibilidad de ejercer su señorío de amor en nuestra vida.
  1. Otras tres súplicas completan esta oración que Jesús nos enseña, el «Padre Nuestro». Son tres peticiones que expresan nuestras necesidades fundamentales: el pan, el perdón y la ayuda ante las tentaciones (cf. vv. 3-4). No se puede vivir sin pan, no se puede vivir sin perdón y no se puede vivir sin la ayuda de Dios ante las tentaciones. El pan que Jesús nos hace pedir es el necesario, no el superfluo; es el pan de los peregrinos, el justo, un pan que no se acumula y no se desperdicia, que no pesa en nuestra marcha. El perdón es, ante todo, aquello que nosotros mismos recibimos de Dios: sólo la conciencia de ser pecadores perdonados por la infinita misericordia divina, puede hacernos capaces de cumplir gestos concretos de reconciliación fraterna. Si una persona no se siente pecador perdonado, nunca podrá realizar un gesto de perdón o reconciliación. Se comienza desde el corazón, donde uno se siente pecador perdonado. La última petición, «no nos dejes caer en la tentación», expresa la conciencia de nuestra condición, siempre expuesta a las insidias del mal y de la corrupción. Todos sabemos qué es una tentación.
  1. La enseñanza de Jesús sobre la oración prosigue con dos parábolas, en las cuales toma como modelo la actitud de un amigo respecto a otro amigo y la de un padre hacia su hijo (cf. vv. 5-12). Ambas nos quieren enseñar a tener plena confianza en Dios, que es Padre. Él conoce mejor que nosotros mismos nuestras necesidades, pero quiere que se las presentemos con audacia y con insistencia, porque este es nuestro modo de participar en su obra de salvación. ¡La oración es el primer y principal «instrumento de trabajo» que tenemos en nuestras manos! Insistir a Dios no sirve para convencerle, sino para reforzar nuestra fe y nuestra paciencia, es decir, nuestra capacidad de luchar junto a Dios por cosas realmente importantes y necesarias. En la oración somos dos: Dios y yo luchando juntos por las cosas importantes.
  1. Queridas peregrinas, como nos hemos podido dar cuenta a lo largo del camino, la vida sin oración es muy triste, aburrida y hasta más cansada, afortunadamente el Señor nos ha dejado el Padre Nuestro como la “Fórmula” que nos ayuda a orar, para repetirla no de modo mecánico. Sin embargo, para llamar a Dios “Padre” hace falta ir creando en esa familiaridad con él y esto sólo se logra con la insistencia. La oración debe ser insistente. Y para esto nos ayuda el Espíritu Santo. Cuando recemos invoquemos al Espíritu Santo y él nos va a ayudar en nuestra oración. No lo olvidemos: el protagonista de toda oración cristiana es el Espíritu Santo. Nosotros no podríamos rezar nunca sin la fuerza del Espíritu Santo. Es él quien reza en nosotros y nos mueve a rezar bien. Podemos pedir al Espíritu Santo que nos enseñe a rezar, porque Él es el protagonista, el que hace la verdadera oración en nosotros. Él sopla en el corazón de cada uno de nosotros que somos discípulos de Jesús. El Espíritu nos hace capaces de orar como hijos de Dios, como realmente somos por el Bautismo. El Espíritu nos hace rezar en el «surco» que Jesús excavó.
  1. Siempre antes de orar digamos «¡Señor, dame el Espíritu Santo!». Debemos pedir que el Espíritu Santo venga a nosotros. Pero, ¿para qué sirve el Espíritu Santo? Sirve para vivir bien, para vivir con sabiduría y amor, cumpliendo la voluntad de Dios.
  1. La Santísima Virgen María, nos enseña con su existencia, totalmente animada por el Espíritu de Dios. Que Ella nos ayude a rezar al Padre unidos a Jesús, para no vivir de forma mundana, sino según el Evangelio, guiados por el Espíritu Santo. Amén.

+Faustino Armendáriz Jiménez

IX Obispo de Querétaro