HOMILIA EN LA CII ASAMBLEA DE LA CEM, Carlos Aguiar Retes, Arzobispo de Tlalnepantla. Martes 8 de noviembre 2016.

Homilía AE CEM CII

Martes 8 de noviembre 2016 

Sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer

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Esto es lo que se espera de un administrador, de un servidor fiel y prudente. Podríamos agregar que incluso es la definición que ofrece el evangelista, de un buen discípulo de Jesucristo.

Al hablar de un administrador es normal reconocer que se trata de un oficio encomendado, del que hay que dar cuentas de lo intentado y de lo realizado.

Si nosotros aceptamos ser administradores en la encomienda de ser pastores, es porque reconocemos que lo hacemos en nombre del Señor Jesús. Por ello, podemos preguntarnos sobre las condiciones de una buena administración pastoral.

En primer lugar, estamos aquí reunidos porque reconocemos que somos pastores en comunión, pertenecientes al Colegio Apostólico, que preside el Obispo de Roma, como Sucesor de Pedro. Así explicitamos dos vertientes de nuestro Ministerio, comunión con nuestros hermanos Obispos, y comunión con y bajo la autoridad del Papa Francisco.

Ahora bien, el Papa Francisco en su reciente visita a México nos presentó la necesidad de ser Pastores cercanos, y para ello aprender a mirar a nuestro pueblo con la mirada materna de María de Guadalupe para motivarlo, alentarlo, consolarlo y acompañarlo. En Morelia nos alertó para superar la tentación de la resignación ante la creciente explosión del mal en nuestra sociedad.

Por ello, creo providencial y oportuno, el tema central de nuestra Asamblea Episcopal de diseñar un proyecto hacia el año 2031, mirando a María de Guadalupe, y replanteando nuestra misión en orden a promover la transformación de la cultura para edificar el Reino de Dios en nuestra Patria.

La fraternidad episcopal es una base sólida de comunión, que sin duda nos permitirá poner en común nuestra visión de la realidad, nuestra experiencia en el afrontarla, sostenidos en una espiritualidad de la comunión que nos lleve a practicar la sinodalidad, es decir, el caminar juntos como hermanos y miembros del Pueblo Santo de Dios.

Soy, de los que considero que la Iglesia en México tiene todavía la posibilidad histórica de renovarse y transitar de una comunidad católica sostenida principalmente por las devociones familiares y la piedad popular a ser una comunidad de comunidades, integradas por fieles que a la luz de la Palabra de Dios se reconozcan y caminen con la conciencia vocacional de ser discípulos de Jesucristo, y con el ánimo y la pasión de entregarse generosamente a la misión, que nos convierta en una Iglesia que va por los suyos, testimoniando la misericordia del Padre y encontrando al hermano distante y alejado para acompañarlo en su regreso a la casa, que es la iglesia.

Así podremos ofrecer un testimonio de comunión, como el de la Iglesia primitiva, que atraiga a conocer a Cristo y nuestro estilo de vida fraterno, y facilite la transmisión de la fe a las nuevas generaciones.

Por ello, los invito a poner toda nuestra creatividad y nuestras capacidades en la elaboración del Proyecto global de la CEM 2017 – 2031.

El Papa Francisco constantemente  nos ha recordado que nuestro poder es el servicio. Hagámoslo realidad en esta Asamblea, pidiendo el auxilio divino y ofreciendo nuestra disponibilidad en esta Eucaristía.

 

 

+Carlos Aguiar Retes

Arzobispo de Tlalnepantla