PALABRA DOMINICAL: ES EL AMOR LO QUE NOS HACE GOZAR Y SER TESTIGOS DE LO INVISIBLE

DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCION

Lc. 20, 1 – 9

 PASCUA DE RESURRECCIONLas tradiciones del sepulcro vacio y de las apariciones son las formas más antiguas de expresar la fe en la resurrección. Esta narración lo hace a través del sepulcro vacio. En la ausencia se descubre la presencia de Jesús.

Aparecen en escena tres protagonistas: María Magdalena, Simón Pedro y el otro discípulo, o sea el discípulo amado que suele interpretarse con San Juan: ellos tres han estado muy estrechamente unidos a Jesús en diversas circunstancias.

En primer lugar aparece María Magdalena, quien se presenta en el sepulcro el domingo por la mañana muy temprano, antes de que saliera el sol. Y alguna de sus actitudes son la prontitud, la sensibilidad y el dolor. Pedro y el otro discípulo van corriendo juntos, y al llegar ante la tumba se le cede el lugar a Pedro respetando su autoridad; es el que comprueba pero no cree, en cambio el otro discípulo ve y cree. Es como si el amor y la intimidad del discípulo amado abrieran los ojos de la fe, más que la autoridad y el poder. Es el amor lo que nos hace gozar y ser testigos de lo increíble, de lo invisible.

Esto es importante subrayarlo, ya que María y Pedro comprueban que no está donde pensaban encontrarlo muerto; y no logran sospechar siquiera la intervención divina. Tampoco el testimonio de la Escritura, por sí solo, es capaz de abrirles el sentido de lo ocurrido. El discípulo que se sabía amado, en cambio,  logra creer con solo ver. Sutilmente el evangelista propone el amor como condición para saber sobre la resurrección de Jesús. Es significativa la diversidad de experiencias que llevo a los tres discípulos a la misma fe pascual: ante el sepulcro vacio ninguno repite la misma reacción, cada uno ha de inventar su respuesta personal e iniciar un camino de fe único que, aun encontrando la comprensión y el apoyo del otro deberá recorrer solo.

Es evidente que el evangelista San Juan privilegia, como más rápida y certera la vía del amor. Donde los demás solo contemplan huellas de muerte, quien se siente amado puede presentir que vive quien le ama. Solo quien siente el amor que su Señor le tiene, podrá presentir su presencia incluso en una tumba vacía y ante sudarios doblados.

Es importante saber mucho de Dios y profundizar la doctrina, sin embargo es vital vivir la experiencia del encuentro amoroso de Dios, quien fortalece la fe en los momentos más críticos de nuestra vida, aun cuando loa desesperanza nos desborda. ¡Celebramos la resurrección de Jesús porque creemos que está vivo y presente entre nosotros!