DESDE LA CEM: ¿Nos eligió en Cristo antes de crear el mundo?

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Efesios 1, 1-10: “Nos eligió en Cristo antes de crear el mundo”

Salmo 97: “El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad”

San Lucas 11, 47-54: “Les pedirán cuentas de la sangre de los profetas, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías”

¿Cómo vivir en el conflicto? Las tensiones que provoca una vida en medio de situaciones difíciles e injustas nos produce una terrible ansiedad. Hay quien llega a la angustia, mientras otros optan por la indiferencia ante las situaciones más desordenadas.

Hoy Jesús nos muestra cómo vive Él ante el conflicto y cuál debería ser nuestra actitud. A pesar de que está en la casa de un fariseo manifiesta abiertamente su posición frente a sus actitudes. Podrá amar y buscar al pecador, pero también se siente con la plena libertad para denunciar públicamente aquello que está mal.

No disimula en ningún momento su desaprobación por la forma de actuar: hacen sepulcros a los profetas pero siguen ignorando sus mensajes. Tienen sabiduría pero se la guardan para sí mismos e impiden que se haga accesible a las demás personas. Sí, Jesús vive en medio de situaciones injustas pero no participa de ellas y busca los medios para poder superarlas. La indiferencia o la apatía, es decir el pecado de omisión, también debe ser tenido muy en cuenta. Muchos podremos decir que nosotros no estamos obrando mal, pero no hemos hecho lo que tendríamos que hacer para evitar que el mal se propague.

El Papa Francisco insiste en esta responsabilidad de todos frente a las grandes o pequeñas injusticias. El silencio, la queja escondida, la crítica estéril, no llevan a solucionar problemas. Tendremos que participar activamente para superar lo que está mal. Pero atención: Jesús en ningún momento utiliza ni provoca la violencia como solución a los conflictos. La violencia genera más violencia.

Ante las situaciones difíciles que vivimos debemos apostar por ir construyendo desde lo pequeño, desde nuestro entorno, desde nuestras relaciones, un mundo más justo y equitativo, un mundo más veraz y fraterno. No nos desalentemos, el Señor Jesús actúa con nosotros, camina con nosotros y nos manifestará el camino que nos lleva a la construcción de su Reino.