DESDE LA CEM: NO A LA GUERRA NI A LA VIOLENCIA.

No a la guerra ni a la violencia


Ciudad de México, a 8 de enero del 2020.

Prot. Nº3/20

Al inicio del nuevo año 2020, saludamos a nuestros fieles, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor. 

Todos somos testigos de la delicada situación de incertidumbre y violencia que vivimos a nivel nacional e internacional, sobre todo en estos primeros días del 2020. Nuestra familia humana sigue cargando vestigios de la guerra y los conflictos entre las naciones.

Los obispos de México hacemos un llamado para detener la violencia provocada por la intolerancia de ideas y la lucha de intereses de unos contra otros. Como nos menciona el Papa Francisco en su mensaje para esta 53 Jornada Mundial de la Paz: “La guerra se nutre de la perversión de las relaciones, de las ambiciones hegemónicas, de los abusos de poder, del miedo al otro y la diferencia vista como un obstáculo”.

Como pastores no podemos permitir la decadencia de la esperanza ante la obscuridad de la guerra y los conflictos, debemos siempre pronunciarnos para que la humanidad y las naciones ejerzan su derecho al diálogo honesto y al noble ejercicio de la diplomacia, como los métodos que salvaguardan la integridad y la dignidad de individuos.

Hoy en día no podemos seguir aceptando, mucho menos promoviendo discursos políticos que polaricen a la humanidad o que inciten a la violencia. La guerra representa siempre una derrota para la humanidad.

La paz siempre será un horizonte alcanzable para todos, basándonos en el derecho internacional, la solidaridad entre los Pueblos, y en el respeto de cada semejante y de nuestra Casa Común. 

A nombre de la Iglesia en México afirmamos que no caminaremos bajo el sendero de la violencia y de la guerra, que la historia juzgará con vergüenza, a sabiendas de que un hermano levantó la mano contra su hermano.

Te imploramos Dios de la paz, que en tu infinita misericordia nos bendigas y vengas en nuestro auxilio. Que María, madre de todos los pueblos de la tierra, nos acompañe y nos sostenga en el duro camino de la reconciliación.

Los obispos de México.