CONSAGRACIÓN PERPETUA, INSTITUTO DE CATEQUISTAS DE MARÍA SANTÍSIMA.

Santa Iglesia Catedral de Querétaro, 02 de julio de 2022.
«Heme aquí Seño, pues me has llamado».
Al medio día de este sábado, en la Santa Iglesia Catedral de Querétaro, las hermanas Celina, María, María del Carmen y Margarita pertenecientes a la Congregación de Catequistas de María Santísima de la Orden de San Benito Abad, realizaron su Consagración Perpetua. La celebración eucarística fue presidida por el Pbro. Manuel González y concelebrada por Mons. Sacramento Arias y el Pbro. Abel Pedraza.
«Estoy desposada con el hijo del Padre eterno, nacido de la virgen María y salvador de todo el mundo».
En la homilía el Pbro. Manuel mencionó que «el día de hoy el pueblo de Dios se alegra por estás hermanas y por esta celebración solemne enmarcada en la celebración del centenario de las Catequistas de María Santísima. «El señor nos llama, pero también nos desafía, por qué la entrega debe hacerse con un corazón dispuesto a renunciar a los atractivos mundanos, para entregarse sin reserva». Entregar la vida al Señor es un Don».
El Pbro. Manuel continúo motivando a las hermanas «El Señor las sostendrá y las cuidará cómo las niñas de sus ojos… provienen de nuestras familias, Dios las ha llamado para unirlas estrechamente con Él. Que su Consagración las estimule para trabajar con ardor en la edificación del Reino. Para infundir en el mundo el olor de Cristo».
Además, invitó a los fieles a «considerar el bien que estas hermanas pueden realizar y las bendiciones que ellas con sus oraciones y sacrificios traerán a la sociedad, a su familia y a la iglesia. Que cómo la virgen María resplandezcan por su fidelidad hasta la muerte, conserven la firmeza de su esperanza y que en el trato con todos se manifieste la maternidad de la iglesia», concluyó.
Posteriormente las hermanas se postraron ante el altar para que el pueblo de Dios elevará sus oraciones por ellas. Después firmaron en el altar su petición, posteriormente se les entrego el velo y el anillo, la Cruz cómo signo de redención y protección contra el mal, y por último la corona, figura de la gloria que Dios tiene preparada para quien lo busca de todo corazón, posteriormente la misa siguió como de costumbre.
Antes de concluir los padres de las hermanas consagradas les brindaron su bendición y la Superiora General agradeció a los padres, por haber donado a una hija al servicio de la Iglesia en entrega generosa y perpetua.
📷 Juan José Arredondo