Comunidad Presa de Rayas, Amazcala, El Márquez, Qro. 23 de Abril de 2017.
El día 23 de Abril del presente año, se celebró el aniversario número 58 de la Coronación de la Virgen de Guadalupe, en la comunidad de Presa de Rayas perteneciente a la Parroquia de San Alfonso María Ligorio, ubicada en Domicilio Conocido Amazcala, El Márquez, Qro, en este marco de celebración 27 niños y jóvenes recibieron el Sacramento de la Confirmación, por manos del Monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, Obispo de la Diócesis de Querétaro, quien presidio la Sagrada Eucaristía y concelebro el Señor Cura, Pbro. Martín Felipe Reséndiz Salinas, y el Pbro. José Guadalupe Ponciano Olvera Pacheco, colaborador en esta comunidad.
Al inicio de la celebración el Sr. Obispo, les dijo: “Nos alegramos por este aniversario de la Coronación, de la Santísima Virgen María de Guadalupe, es expresión de fe de esta comunidad, de Presa de Rayas, y de esta Parroquia, en su 58 aniversario, pedimos también por quienes reciben hoy el regalo de Dios, el Don del Espíritu Santo, unamos nuestra oración y pidamos por todas nuestras familias especialmente por los enfermos, iniciemos reconociendo nuestros pecados y pidiendo perdón a Dios”.
Y en su Homilía Mons. Faustino, les compartió: “Les saludo a todos ustedes en esta comunidad de Presa de Rayas, a los hermanos sacerdotes, al Padre Martin Felipe Reséndiz Salinas, Párroco de la Comunidad a la que ustedes pertenecen y al Padre José Guadalupe colaborador de esta comunidad y de esta Parroquia.
Hoy hermanos agradecemos, a quienes como catequistas han ayudado a estos niños y jóvenes, a formarse para vivir la experiencia de recibir este sacramento de la Confirmación, de recibir al Espíritu Santo como un regalo de Dios.
Les toca a los papás y los padrinos, ayudar a estos niños a seguir adelante en su propósito de vivir la fe, la fe cristiana católica de tal manera, que se vaya fortaleciendo cada vez más, para que se comprometan, como muchos de ustedes en su comunidad, a colaborar e impulsar la evangelización y a ser misioneros.
Saludo especialmente, a los jóvenes que tanto hacen en las comunidades, impulsando especialmente la catequesis, de evangelización, y realizando una tarea que siempre es importante en una Parroquia.
Hace unos momentos, estábamos en un templo, en una comunidad que se llama el Rodeo, San Juan del Rio, dedicado a la Divina Misericordia, y hoy este, y otros templos, aquí en la Diócesis de Querétaro y en el mundo tienen su fiesta.
Porque el Papa San Juan Pablo II dedico, este día este segundo domingo de pascua, a la celebración de la Divina Misericordia; y sin duda ubicada en un lugar hermoso, en donde el Evangelio nos ayuda a entender que es la Misericordia de Dios y que es lo que quiere Dios para nosotros.
Todos sabemos que nuestro camino por esta tierra, es como la de un peregrino va de paso hasta llegar a una meta, y ¿cuál es la meta de todos nosotros? yo pienso que el Cielo, y lo que Dios quiere, es que estemos con él eternamente, y nosotros estamos para llevar en el nombre de Dios, a todos aquellos que quiera conducirse hacia Dios.
Y para eso el Señor nos ha dejado como ayudas en el camino y estas ayudas se llaman Sacramentos, y uno de estos Sacramentos es precisamente la Confirmación, y otro es el de la Eucaristía, otro es El Bautismo, otro es la Confesión, otro es el del Matrimonio, el del Sacerdocio y otro es la Unción de los Enfermos, pues Dios lo ha querido así, y podemos decir que no se salva el que no quiere; porque Dios hace la lucha y quiere que nosotros nos salvemos.
Y nos puso un camino, el camino que acabamos de recordar en Semana Santa, “aquel que quiera ser mi discípulo, que tome su cruz de cada día y me siga”, Jesús siguió este camino, murió, padeció pero resucito.
En la Vigilia Pascual encendimos en todas las iglesias ese Cirio, como signo de la presencia luminosa de Cristo en nuestras comunidades.
Hoy en el Evangelio, lo podemos apreciar, lo oportuno de la presencia de Dios, como Dios quiere estar en todo lo que hacemos, se los describió a todos los discípulos que tenían miedo a los Judíos, porque temían correr la misma suerte de Jesús, y de quedar crucificados con él, y entonces en ese momento de angustia Jesús se hace presente y les dice “la paz, este con ustedes”.
Y eso es lo que nos viene a decir Jesús, en esta Pascua y a lo largo de toda nuestra vida, “no teman yo estoy con ustedes”, yo me he quedado en los sacramentos con ustedes , me he quedado también en los Evangelios, de tal manera que, nos invita a leer la Palabra de Dios, la Biblia, en nuestras casas adoramos la palabra de Dios de tal manera que oremos cuando leemos la Palabra de Dios y nos ayude a orientar nuestra vida, porque allí encontramos las luces necesarias para hacerlo, personalmente y en familia.
Pero también, ha querido dejarnos a la madre de Dios, la Santísima Virgen María, que nos alienta; yo pienso que aquí en Presa de Rayas todas las familias rezan el Santo Rosario, porque ustedes le pusieron esa corona a la Santísima Virgen María hace 58 años y hoy se la quieren volver a poner.
Y uno de los compromisos al ponerle la corona a la Santísima Virgen María, será tu compromiso personal de rezar el Santo Rosario permanentemente, todos los días en familia, en el templo; pero estar agarrados de la Santísima Virgen María, que ella como mamá, nos puede llevar al cielo, hacia Cristo.
Pidámosle a Dios, por intercesión de la Santísima Virgen María, y que este momento en que invocamos la presencia del Espíritu Santo, para quienes van a ser Confirmados, sea un momento de gracias, para toda la comunidad.
En este momento, en el que invocamos la intercesión de Santísima Virgen María, sea un momento de bendición para todas las familias, aquí con ustedes. Decimos todos, Amén”.
Al término de la celebración, los presentes agradecieron la visita del Sr. Obispo a esta comunidad, brindándole un fuerte aplauso, y concluyeron con una convivencia fraterna.