266 ANIVERSARIO DE SECULARIZACIÓN Y ERECCION DE LA PARROQUIA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO, CADEREYTA DE MONTES, QRO.

24 de diciembre…. Pero de 1754, 266 años de la Secularización y Erección de la Parroquia de San Pedro y San Pablo. Cadereyta de Montes, Qro.
Pbro. Francisco F. Gavidia Arteaga.
El Municipio de Cadereyta de Montes se localiza a 71 kilómetros de la capital queretana, provincia de singular belleza ubicado al oriente de esta entidad. Se le dio a esta denominación de Cadereyta en memoria del Virrey Don López Diez de Armendáriz, Marqués de Cadereyta en el año de 1642 y hasta el año de 1904 se le agrega el apellido del ilustre coterráneo Lic. Ezequiel Montes y quedó establecido como Cadereyta de Montes.
Antecedentes prehispánicos
En el período Preclásico, aparecen al sur de Cadereyta los primeros grupos humanos de cultura mesoamericana con influencia Olmeca. Pero fue al final del Clásico y principios del Post-Clásico (800 a 900 años d.C.) cuando se registró la mayor actividad minera que coincidió con la construcción de los dos centros urbanos más importantes del estado de Querétaro: el de Toluquilla en San Joaquín y Cadereyta de Montes respectivamente.
Antecedentes coloniales
A la llegada de los españoles, los grupos (bandas o microtribus) de Chichimecas sufrieron la invasión de sus tierras, las cuales defendieron aún con sus vidas. En la frontera del Valle de Amaya, los conquistadores descubrieron un hermoso lugar que bautizaron con el nombre de San Nicolás de Tolentino.
Ante la presencia de los españoles en su territorio, los indios chichimecos continuamente se pusieron en guerra oponiéndose a la ocupación de tierras y minas en el valle de Maya y en las minas de Maconí, Extremadura y San Juan Tétla, lo que motivó intensas campañas de pacificación emprendidas por militares y religiosos misioneros Franciscanos provenientes de Tecozautla y Huichapan.
En octubre de 1639 el Virrey Lope Diez de Armendáriz Marqués de Cadereyta, comisionó al Capitán Alonso de Tovar Guzmán para pacificar a los indios chichimecos del Cerro Gordo que se habían sublevado, así el 29 de junio de 1640, en el Valle de San Nicolás de Tolentino, tomó posesión en nombre de su majestad, el capitán Alonso de Tovar y Guzmán y el ministro de la doctrina de los indios chichimecas del Cerro Gordo, misionero franciscano Fray Pablo Betancourt. Después de haber realizado la misa, tomaron posesión en nombre de la sagrada religión de nuestro padre San Francisco, para hacer un convento y administrar los oficios divinos así se fundó una población de españoles nombrada «Villa de Cadereyta» en su honor. El 16 de febrero de 1641 el Virrey Marqués de Villena confirmó la fundación, quedando desde entonces con este nombre.
El asentamiento se trazó como pueblo de españoles, de acuerdo a la «Real Provisión de Poblaciones de Fernando II» que señalaba las indicaciones para las dimensiones y orientaciones de la plaza, solares, calles y edificios públicos. Los hermanos de Tovar y Guzmán, hijos del fundador de Huichapan (descubridor y fundador del Real de Escanela y de la Misión de Maconí en 1635), hicieron ofrecimiento para inducir a la paz a los indios chichimecas rebeldes de la Sierra Gorda.
Este fue uno de los acontecimientos en la historia de Querétaro que proporcionó más poder al Virreinato sobre los indómitos jonaces, pames y chichimecas que habitaban el agreste territorio de la Sierra Gorda. Dicha Villa recibió el nombre de Cadereyta en honor al Virrey Don Lope Diez de Armendáriz, Marqués de Cadereyta, XVI Virrey de la Nueva España.
Cadereyta fue la ciudad que multiplicaba las pacificaciones y conquistas que desde la ciudad de México lanzaban los españoles. Fue el centro que fungió como enlace y apoyo inmediato a la conflictiva sierra. Así, pues, la Villa de Cadereyta se desarrolló incorporando a la población indígena que habitaba ese vasto territorio al proceso económico y sociocultural que trajo consigo la colonización.
Aumentaron tanto las familias de indios y sus ganados, que el Alcalde Mayor Don Jerónimo de Urrutia y el reverendo padre misionero Fray Felipe Martínez, de la Doctrina de San Francisco del Convento de Cadereyta y ayuda de Parroquia de Huichapan, hicieron una solicitud al Excelentísimo Señor Virrey Don Gaspar de Sandoval, Conde de Gálvez, pidiendo que amparara a los indios en la posesión de los terrenos, tanto por tenerlos más reducidos según las cédulas reales, como por ser muy útiles para la labranza de las tierras y los servicios.
La historia religiosa de la Villa de Cadereyta puede dividirse en dos etapas: la franciscana y la diocesana. La primera empieza con la fundación de la villa, el 29 de junio de 1640 y concluye con la entrega de la doctrina al clero secular del Arzobispado de México el 24 de diciembre de 1754. Desde esta fecha hasta el presente la parroquia ha estado administrada por clérigos diocesanos del Arzobispado y del Obispado de Querétaro a partir de 1864, en que empieza su existencia jurídica.
Período Franciscano (1640-1754) 114 años
Son los tiempos difíciles de organización de una comunidad cristiana en la villa y su jurisdicción que se esfuerza por integrar a los chichimecas y a los ya cristianos mestizos y criollos.
El apoyo a los misioneros franciscanos de diversas instituciones, como provincias y colegios apostólicos, la conversión y la catequesis a los indígenas jonaces y pames, reducidas en la cabecera y en puestos misioneros de los alrededores y el fomento espiritual en los ya cristianizados, fueron las principales tareas de los franciscanos de la provincia del Santo Evangelio residentes en el convento de San Pedro y San Pablo de la Villa de Cadereyta.
Con la fundación de la villa de Cadereyta el 29 de junio de 1640, en esta misma fecha, se fundaba el convento y posterior doctrina de San Pedro y San Pablo en el centro de la misma villa de españoles, puesta bajo la administración de religiosos franciscanos de la Provincia del Santo Evangelio de México y sujeta al curato de doctrina del pueblo de San Mateo Huichapan, del mismo modo que el convento de Tecozautla. El archivo parroquial tiene como libro más antiguo uno de bautizos y casamientos que se inicia nominalmente desde 1644.
Los religiosos franciscanos de la Provincia del Santo Evangelio de México fundaron el Convento y Doctrina de San Pedro y San Pablo para la atención espiritual de la población española, mestiza e indígena Otomí, y para la evangelización de los indígenas Chichimecos Jonaces del Cerro Gordo que habitaban en los parajes del Rincón, La Nopalera, El Palmar, Las Aguas, Maconí y San Juan Tétla.
Este convento de Cadereyta serviría para evangelizar más de cerca a los indios chichimecos jonaces del Cerro Gordo, término con el que en ese tiempo se denominaba a la Sierra Gorda, yendo los franciscanos a catequizados hasta los parajes donde ordinariamente tenían sus viviendas entre cuevas y barrancas.
En 1653 la villa de Cadereyta fue elevada a la categoría de cabecera de una Alcaldía mayor, con jurisdicción sobre el valle de Maya y toda la Sierra Gorda al agregarle la jurisdicción que tenían las minas de Escanela.
Con ese suceso, el convento franciscano de la villa de Cadereyta se ubicaba como la última fundación de los confines de la Provincia franciscana de México, destinado especialmente para la evangelización de la Sierra Gorda desde esta villa de españoles colonos que además servía para defensa de las haciendas,
La intensa actividad evangelizadora de las distintas órdenes religiosas en toda la región, fomentó la formación de numerosos centros de población y a la vez hizo que para fines del siglo XVIII (1789), la ciudad estuviera en condiciones de ser considerada como la más importante en el acceso a la Sierra Gorda.
Templo parroquial
La vida religiosa de Cadereyta alternaba entre períodos de tranquilidad y de agitación. El actual templo parroquial comenzó a construirse el 15 de diciembre de 1725 por los religiosos Franciscanos, y fue terminado el 8 de mayo de 1731, fecha esculpida en su fachada.
Los últimos franciscanos que entregaron la doctrina de S. Pedro y S. Pablo al clero secular fueron Fray Luis Antonio Verdejo y Fray Marcelino Vega. Esto ocurrió en la víspera de la navidad de 1754, después de 114 años de servicios ininterrumpidos.
Período clero secular (A partir de 1754) 266 años
Los presbíteros Joseph Antonio Rosales y Pedro Ibarrola, recibieron la doctrina franciscana a nombre del Arzobispado de México, fue erigida jurídicamente la Parroquia de San Pedro y San Pablo de Cadereyta, (Hasta entonces era auxiliar y estaba sujeta al curato de doctrina del pueblo de San Mateo Huichapan) dieron posesión a su primer Cura Beneficiado, el presbítero Lic. D. Mariano del Villar. Su primer bautizo lo realizó el 26 de ese mismo diciembre en la persona del indígena Pascual Martín. Así empezó la historia parroquial de Cadereyta.
La parroquia de Cadereyta comprendería definitivamente una extensa jurisdicción eclesiástica, desde la propia Villa, que era la cabecera, los pueblos de San Gaspar y Tetillas, la Congregación de Bernal, el Presidio de Vizarrón, las haciendas El Ciervo, del Rincón, de Aguas de don Alonso, los reales de minas de San Antonio, del Doctor, Maconí y San Cristóbal, con infinidad de ranchos en todos los alrededores que incluían el Cerro Gordo ya pacificado y con pocos sobrevivientes chichimecos, jonaces que estaban sometidos a los españoles en sus estancias y minas. Los franciscanos dejarían construida, desde sus cimientos, la iglesia parroquial con todos sus enseres para el culto divino, incluyendo el monumental retablo dorado y el claustro del convento con su cementerio, heredando todos los documentos del Archivo que databa desde el siglo XVII y las cofradías.
La preciosa imagen de Nuestra Señora del Sagrario
De todas las doctrinas y curatos que entregaron con toda humildad y obediencia, sólo les quedaba el consuelo de la donación que les hizo el señor Arzobispo a sus ruegos: la antigua imagen de María Santísima con título de Nuestra Señora del Sagrario, nombrada de la Macana, que habían traído desde la Catedral de Toledo en España, como protectora de las misiones vivas de la evangélica cofradía del Nuevo México en el siglo XVII, a la que conservaban en el convento de Tlalnepantla, el cual fue entregado al clero secular.
La imagen Santísima original de la cual dejaron una copia en Cadereyta para su culto y veneración fue recibida en el Convento Grande de San Francisco de la ciudad de México con especial júbilo, consuelo y alegría de los religiosos.
La preciosa imagen de Nuestra Señora del Sagrario de la Macana, que ocupa el centro de magnifico retablo dorado barroquísimo del templo parroquial, que legaron los padres franciscanos a Cadereyta, sería desde entonces un motivo de luz y esperanza para los feligreses en sus dichas y necesidades, tomándola como su intercesora y patrona a lado de los titulares de la Parroquia, San Pedro y San Pablo, pilares de la Iglesia Católica universal hasta el fin de los tiempos.
En 1861, siendo gobernador José Ma. Arteaga, se le dio la categoría de ciudad a Cadereyta. Las últimas décadas del siglo XIX fueron épocas porfirianas de paz, durante las cuales algunos lograron acreditarse como nuevos propietarios de las divididas haciendas.
El 11 de mayo de 1904 se agregó al nombre de Cadereyta el apellido “de Montes” en memoria del ilustre Lic. Ezequiel Montes, originario de este lugar, quedando con este nombre la ciudad y Distrito de Cadereyta de Montes.