251 ANIVERSARIO DE ERECCIÓN DE LA PARROQUIA DE SAN PEDRO EL MARQUÉS, (LA CAÑADA) QUERÉTARO.

26 de diciembre…. Pero de 1769, 251 años de la Erección de la Parroquia de San Pedro
El Marqués, (La Cañada), Querétaro.
Pbro. Francisco F. Gavidia Arteaga.
La Cabecera Municipal, La Cañada se localiza a 7 kms., de la capital del estado de Querétaro, Ndamaxei es una voz de origen Otomí, que significa Lugar en el que se juega pelota, o El mayor juego de pelota, nombre original de esta comunidad. La Cañada le fue dado por sus antiguos pobladores dada su situación geográfica y su similitud con el juego de pelota. La Cañada es históricamente el lugar donde nace Querétaro y esto da origen al nombre de la ciudad y de todo el estado. La actual población de El Marques originalmente estuvo habitada por chichimecas, quienes lo habían denominado con el nombre de Tlachco (juego de pelota). Se afirma que este lugar fue sede de la ciudad de Querétaro.
Cuando los españoles se apoderaron del territorio de Jilotepec, Conin emigró junto con sus hermanos, 30 amigos y sus familiares de origen Otomí, hacia una cueva ubicada en Tlachco, actualmente La Cañada, fortaleciendo así su amistad con los Chichimecas a quienes conociera por sus previas relaciones comerciales.
En 1529 Hernán Pérez de Bocanegra, aliado con los indígenas de Acámbaro, llegó a «Andamaxei», con la pretensión de unificarse con los naturales del lugar y así conquistar la región. Los Indígenas de Acámbaro cuando observaron las características geográficas del lugar, lo llamaron «Querenda» y después «Queréndaro», expresión purépecha que significa «Lugar de Peñas». Con el tiempo el vocablo se transformó en Querétaro. En 1580 Los españoles llamaron a esta región «La Cañada de Agua Caliente». En 1615 Se le conoce únicamente como La Cañada.
Esta población subsistió por su perseverancia para desarrollar su economía, mediante las labores del campo y la venta de alimentos a los mineros que pasaban por esta población,
hacia los actuales estados de Guanajuato, San Luis Potosí y Zacatecas.
Don Hernán Pérez de Bocanegra se hizo amigo de un indígena de raza Otomí, “CONIN”, que significa “RUIDO” que hacía viajes a la Cañada en donde comerciaba en forma amistosa con los pobladores chichimecas, entregándoles Sal y Granos, recibiendo a cambio pieles de animales. Lo convenció para que se convirtiera al cristianismo y para que se sometiera a los españoles pacíficamente.
Más tarde Don Hernán partió a la provincia de Michoacán con la finalidad de traer a un religioso Franciscano, que se encargara de bautizar a Conín y a los indígenas convertidos al cristianismo. Mientras tanto el lego Don Juan Sánchez de Alaniz y Conín prosiguieron la tarea de catequizar a los pobladores de la región de la Cañada y los lugares circunvecinos. Cuando Don Hernández Pérez de Bocanegra regresó de Michoacán, trajo consigo al religioso Fray Alonso Rangel y procedieron a bautizar a Conín, imponiéndole el nombre español de FERNANDO DE TAPIA.
En abril de 1531 el religioso franciscano Fray Francisco Rangel, celebró una misa en la Cañada, siendo esta la primer misa en este territorio de Querétaro.
Este lugar está señalado por una cruz de cantera que tiene labrados los símbolos de la pasión, y que se encuentra en el huerto del lado norte de la capilla actual de Nuestra Señora de Guadalupe en La Cañada. En el cerro del bautisterio, también llamado de las cruces, en la Cañada, se efectuaron los primeros bautizos del territorio de los indígenas adoctrinados y convertidos al cristianismo.
La Evangelización se continúa en La Cañada a pesar de la conquista y difusión en otros lugares circunvecinos y de los núcleos de población esparcidos en la planicie de la actual ciudad de Querétaro. Como testimonio de la evangelización emprendida en la Cañada en los siglos posteriores, son las innumerables capillas construidas en los diferentes barrios, como la de San Andrés, la de Santiago (Nandó), San Miguel, El Señor de la Justicia, la de La Cruz Alta, la de La Cruz del Arenal, como capillas de oración, evangelización y velación.
El primer Templo católico levantado en la región, parece haber sido, la llamada iglesia Chiquita, de La Cañada. La Iglesia Chiquita de la Cañada se empezó a construir como resultado de los primeros contactos de Conín con Hernán Pérez de Bocanegra en el año de 1529, cuando para lograr la adoctrinación de los Indios trajo a Fray Alonso de Rangel y a Juan Sánchez de Alanís, mientras la Iglesia chiquita estuvo en construcción las actividades religiosas se realizaban en las Capillas Pozas. Es de suponerse que en un principio el culto de la iglesia Chiquita estuviera dedicado al Señor Santiago, puesto que en un principio aquí estuvo situado Santiago de Querétaro. Una vez que Querétaro queda situado en el lugar actual, la Iglesia Chiquita es dedicada al culto de Señor San Pedro y al pueblo se le da el nombre de San Pedro de la Cañada, conservando la Iglesia Chiquita como Curato, muy importante para el gobierno español. Con la colonización de la ciudad de Querétaro, La Cañada pasó a ser “una ayuda de doctrina” o ayuda de parroquia atendiendo a los núcleos más cercanos.
El Ilmo. Y Revmo. Sr. D. Fray José Lanciego y Eguilaz, (1712 – 1728), elaboró el proyecto para las ayudas de parroquia y propuso la creación de cinco. Estarían ubicadas en el pueblo de Huimilpan, seis leguas al sur de Querétaro; el valle de Buenavista, seis leguas al norte; el pueblo de San Pedro de la Cañada, a una legua de la ciudad; el barrio del Espíritu Santo, dentro de ésta, igual que la de la congregación de indios de la “Otra Banda”. La proposición se envió al rey el 8 de agosto de 1714, acompañada del plano Tipus Seu Descriptio Zivitatis Queretanesis para su mejor ejemplificación (Arvizu, 1984: 46).
La propuesta original incluyó las ayudas del valle de Amazcala y de El Pueblito, pero se excluyeron por considerar que podían administrarse desde San Pedro de la Cañada, la primera y la parroquia principal de Querétaro, la segunda; finalmente, se acordó que fuesen sólo cinco. El arzobispo consultó el asunto con el virrey, quien emitió su resolución afirmativa el 30 de junio de 1714; debió esperar un tiempo para aplicarlo y lo dejo pendiente para la visita pastoral que se preparaba al territorio de la diócesis (Mendoza, 2008: 48-49).
El 31 de enero de 1715, Lanciego y Eguilaz realizó la visita pastoral de su diócesis, en particular a la parroquia y doctrina franciscana de Querétaro, de la que era cura fray José Picazo, ministro de la Provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán. El Arzobispo hizo efectiva la real cédula del 5 de junio de 1712 durante su visita pastoral.
La actual sede que ocupa la Parroquia de San Pedro, cuya construcción data de mediados del siglo XVIII, es el fruto de un gran esfuerzo realizado por los habitantes del pueblo, junto con la iniciativa de los misioneros y de los señores curas que han estado a lo largo de su historia. Al hacer referencia a esta construcción religiosa, suele denominarse “templo grande”, mientras que al antiguo templo parroquial que lo fue hasta 1900, es comúnmente llamado “Iglesia Chiquita”.
La construcción fue iniciada y planteada por el R. P. Fr. José Núñez de Ulloa, cura párroco de la doctrina de Santiago, al virrey de Nueva España, don Pedro de Castro y Figueroa y Salazar, quién planteó el proyecto de fabricar un nuevo templo, ya que el antiguo era insuficiente y reducido. Iniciando las obras de construcción en 1741, con características arquitectónicas propias del estilo neoclásico
Con la visita pastoral del Arzobispo de México, Dr. Don Manuel Rubio y Salinas, efectuada desde el 24 de noviembre de 1752 al 3 de febrero de 1753, al visitar la vicaría de San Pedro, impulsó a continuar con las obras del nuevo templo; junto con ello revisar las cofradías establecidas en la zona.
Además se puede considerar como dato importante el día en que los religiosos franciscanos entregaron a los clérigos seculares la administración de la «Ayuda de parroquia» el 16 del mes de noviembre de 1768”, entró como primer cura secular interior el Sr. Dr. D. Miguel de Zárate. El 26 de diciembre de 1769 fue la Erección de la Parroquia SAN PEDRO. La Cañada, Qro.
Algunos sacerdotes se distinguieron por su celo apostólico de evangelizar a los naturales y españoles, venidos a estas tierras bajo pretexto de engrandecer a la corona de los reyes, pero que eran explotadores voraces de la riqueza de los naturales, y algunos abnegados misioneros que realizaban obras materiales indispensables para el culto divino, como capillas, altares y cruces hermosas.
Durante siglo y medio los habitantes de La Cañada se esmeraron en dicha construcción del actual Templo parroquial. El párroco Pbro. Guadalupe Jaime, qué entre los años 1876 a 1884, avanzó notablemente las obras, dejando a su muerte las bóvedas cerradas, con la ayuda del arquitecto Francisco Amaya Avendaño, oriundo del lugar, que termino con éxito las bóvedas del templo grande en 1871-72.
Finalmente, el párroco Pbro. Rosalío García entre el periodo de 1884 a 1898 siguió la obra hasta concluirla, para ser consagrado el día 29 de junio de 1897, por el Obispo de Querétaro, don Rafael Sabas Camacho. El señor Pbro. Don Luis G. Villaseñor cambió el servicio total de la parroquia antigua al nuevo templo en 1900, arreglando la casa cural continua y colocó las campanas, la obra de este templo se puede afirmar, duró desde sus comienzos hasta su estreno sin los altares del cuerpo, aproximadamente 156 años, influyendo sin duda, la guerra de la independencia y las posteriores revoluciones del país y las leyes de reforma.
Las obras del curato parroquial, en la forma más sencilla, fueron llevadas a cabo, según algunos antiguos vecinos, por los señores presbíteros: J. Rosalío García y Jesús Frías, por los años de 1898, quienes invitaban a los feligreses a acarrear piedras y arena en carretas, burros y a la espalda, acompañados con música de viento de alegre jolgorio.
En 1941 La Cañada se convirtió en municipio, en 1949 El municipio de La Cañada, recibió la denominación de El Marqués, recibe este nombre en honor a Don Juan Antonio de Urrutia y Arana (Marqués de la Villa del Villar del Águila), considerado como el benefactor de Querétaro por la construcción del Acueducto en 1735.
Viendo que esta parroquia era muy extensa y la atención espiritual difícil y apremiante, el Excmo. Sr. Obispo D. Alfonso Toriz Cobian, conforme a la petición del Sr. Cura D. Miguel González, procedió a dividir la parroquia en dos vicarías: Chichimequillas y el Colorado, con sus correspondientes comunidades en el año de 1963, y posteriormente fueron elevadas a categoría de parroquias. Sin embargo, siendo aún muy extensa esta parroquia, el mismo Sr. Obispo determinó formar una nueva Vicaría parroquial en el año de 1968 con sede en Amazcala,
Finalmente el 30 de diciembre de 2012 Mons. Faustino Armendáriz Jiménez XI Obispo de Querétaro llevo a cabo la Erección de la Parroquia de Jesús, María y José, en Jesús María, El Marqués, Qro