XI Aniversario de Consagración Episcopal de Monseñor Faustino Armendáriz Jiménez

IMG_0167(CODIPACSQROEl noveno obispo de Querétaro, Mons. Faustino Armendáriz Jiménez celebró la Eucaristía de acción de gracias por el onceavo aniversario de su Consagración Episcopal, acompañado por una representación del presbiterio queretano y fieles de las parroquias y movimientos laicales.

Mons. Faustino fue nombrado obispo por San Juan Pablo II el 4 de enero de 2004, fue de los últimos elegidos por él. La ordenación episcopal la recibió de manos del hoy señor Cardenal José Francisco Robles Ortega, el 23 de febrero de 2005 y presidió la Iglesia particular de Matamoros en el estado de Tamaulipas, donde por casi 6 años, ejerció su servicio pastoral. Posteriormente el 20 de abril de 2011, el Papa Benedicto XVI le nombró  Obispo de Querétaro, donde fue recibido el 11 de junio de 2011, con el lema: “Bendito el que viene en el nombre del Señor”.

Durante la Eucaristía, el señor obispo manifestó que su vida episcopal de 11 años es de una continua experiencia de la misericordia de Dios y tiene la certeza de que Dios le ha sostenido en su gobierno, magisterio y santificación, en su proceso de asemejar su ser de acuerdo al corazón de Jesús.

Agradeció a los sacerdotes, sus primeros colaboradores y a los laicos que incorporados en sus parroquias, decanatos y a la misma diócesis, conforman la familia de los hijos de Dios.

Partiendo de la Palabra de Dios invitó a la asamblea a detenerse y preguntarse sobre la personal rectitud de las intenciones, destacando que estamos en tiempo de hacer el bien y evitar el mal.

Ante la reciente visita del Papa Francisco y en el Año de la Misericordia, afirmó que «la misericordia purifica, impulsa a amar, lleva a la coherencia porque nuestra fe se traduce en gestos concretos hechos obras, y es de hacer que de decir en compromiso con los más pobres».

Invitó a dejarse purificar, a amar la verdad y con compromiso renovado seguir la tarea evangelizadora, puntualizando: “Caminemos juntos y sigan rezando por mí y por el servicio que doy cada día, pidan para que mi corazón sea puro y generoso”. “Encomendémonos a la Virgen de Soriano, que lo único que nos pide es hacer lo que su Hijo Jesús nos manda”.

Monseñor Florencio Ochoa Olvera, obispo emérito de Cuernava, acompañó al pastor diocesano en esta acción de gracias.

Jorge A. Rangel Sánchez