VII Encuentro Diocesano de Laicos

(CODIPACSQRO) El domingo 22 de junio, en el auditorio Josefa Ortiz de Domínguez, la Dimensión Diocesana de Laicos, coordinada por el Pbro. Mauricio Ruiz Reséndiz, celebró el VII Encuentro Diocesano, con el tema “La Eucaristía: Fuente de Comunión y de Misión”, en el contexto del Año de la Pastoral Litúrgica que marca el Plan Diocesano de Pastoral.

Monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, Obispo de Querétaro, presidió esta actividad pastoral de la Comisión Diocesana para Familia, Juventud, Laicos y Vida, en la celebración de la Santa Misa.

Más de dos mil fieles laicos, que participaron activamente, atentos escucharon las cuatro ponencias y concluyeron con la santa Misa y el mensaje de Mons. Faustino Armendáriz Jiménez que en la homilía valoró los esfuerzos y trabajos de todos los laicos, que viniendo desde sus comunidades parroquiales, aprovechan la formación y se dan tiempo para la reflexión de “Aquella realidad” que en el bautismo el Señor les ha confiado. Les invitó a cultivar el deseo de que la Eucaristía influya cada vez más profundamente en la vida cotidiana, convirtiéndonos en testigos visibles en el propio ambiente de trabajo y en toda la sociedad.

Meditó con la asamblea la palabra de Dios escuchada, donde la liturgia retoma una parte del “discurso apostólico” de Jesús con la intención de fortalecer la confianza en Dios y animar a sus discípulos a no desfallecer ante las adversidades. “Jesús dijo a sus apóstoles: No teman a los hombres”. Jesús es consciente que ninguna tribulación puede impedir el anuncio, pues Dios mismo es su garante y enseña con esto que los cristianos debemos iluminar a todos los hombres, recordando que el anuncio y las acciones de los enviados deben remitir a Dios.

Advirtió que la misión al principio no es fácil y puede provocar miedo en los que son enviados, sin embargo, hay la seguridad que Dios mismo está con nosotros en virtud del Bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios se ha convertido en discípulo misionero. Esta convicción se convierte en un llamado dirigido a cada cristiano, para que nadie postergue su compromiso con la evangelización, pues si uno de verdad ha hecho una experiencia del amor de Dios que lo salva, no necesita mucho tiempo de preparación para salir a anunciarlo, no puede esperar que le den muchos cursos o largas instrucciones. Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús; ya no decimos que somos «discípulos» y «misioneros», sino que somos siempre «discípulos misioneros».

Con tono cercano dijo Monseñor Faustino: “Hoy queridos laicos, les invito a hacer suyas estas palabras de Jesús. No tengan miedo de anunciar a Jesús en su familia. No tengan miedo de educar a sus hijos en los valores humanos y cristianos. No tengan miedo de evangelizar la cultura. No tengan miedo de evangelizar el mundo de la política. No tengan miedo de salir de si mismos para ser de verdad misioneros en la vida ordinaria. Repito: ‘No tengan miedo’. No tengan miedo de defender la vida, de luchar para que el bien común y la justicia sean un bien para muchos. No tengan miedo de promover una economía sólida y sustentable. No tengan miedo de ser en la vida ordinaria, “Sal de la tierra y luz del mundo”. No tengan miedo de tocar y entrar en aquellas realidades donde Dios y su mensaje son incómodos. no tengan miedo de anunciar a las jóvenes generaciones que el amor de Dios es para ellos y que si lo aceptan en su corazón tendrán la vida. No tengan miedo porque deben tener la certeza que el Espíritu de la verdad dará testimonio de Aquel que les envía”.

Para concluir recordó la exhortación del Papa Francisco a los laicos: “No tengan reparo en destacar el inestimable aporte de la fe a “la ciudad de los hombres para contribuir a su vida común”, la tarea de los fieles laicos es insustituible. Su apreciada colaboración intraeclesial es para transformar el mundo según Cristo. La misión de la Iglesia no puede prescindir de laicos, que, sacando fuerzas de la Palabra de Dios, de los sacramentos y de la oración, vivan la fe en el corazón de la familia, de la escuela, de la empresa, del movimiento popular, del sindicato, del partido y aun del gobierno, dando testimonio de la alegría del Evangelio.

Los temas que se desarrollaron a lo largo del día fueron:

  • Nuestra altísima vocación como butizados: Sr. Jesús Ruiz Burgos.
  • Llamados a vivir en comunión: Pbro. Mauricio Ruiz Reséndiz.
  • Centralidad de la Eucaristía como fuente y culmen de nuestra vocación: Pbro. Israel Arvizu Espino.
  • Misión y servicio: Consagren a Dios el mundo entero: Pbro. Rodrigo López Cepeda.
  • Hora Santa por la unidad de la unidad y la misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo: dirigida por Fr. José Luis Arellano Arellano, o.f.m.
Jorge A. Rangel Sánchez