SOLEMNE CONCELEBRACIÓN EUCARÍSTICA CON MOTIVO DE LA TOMA DE POSESIÓN CANÓNICA DE S. E. R. MONS. VÍCTOR ALEJANDRO AGUILAR LEDESMA.

Estadio de Futbol Miguel Alemán Valdés Celaya, Gto. 12 de julio de 2021. 

El 12 de julio de 2021, Mons. Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Toma Posesión Canónica como V Obispo de la Diócesis de Celaya. Este es un acto con relevancia jurídica y litúrgica pues, a partir de ese día, empieza a ser el ordinario del lugar, y se menciona su nombre en las plegarias eucarísticas.

La Celebración eucarística se llevó a cabo en el Estadio de Futbol Miguel Alemán Valdés Av. Irrigación s/n Celaya, Gto. fue Presidida por el Nuncio Apostólico en México, S.E. Mons. Franco Coppola, y fue concelebrada por algunos Obispos, entre ellos Mons. Fidencio López Plaza, Obispo de Querétaro, S. E. R.  Benjamín Castillo Plascencia, administrador Diocesano y Obispo Emérito de Celaya, S. E. R. Enrique Díaz Díaz, Obispo de Irapuato, así como los sacerdotes del clero perteneciente a esta diócesis de Celaya.

En el momento de la Homilía Mons. Franco Coppola inició su alocución diciendo: “Que en este inicio de Ministerio Episcopal en esta diócesis, es un momento de revivir el llamado del señor para hacer realidad lo que expresó con una palabra tan breve, pero tan exacta, tan verdadera y cierta; es fruto de una vida de ministerio, “no es tanto que tome posesión él de la diócesis de Celaya, sino la diócesis de Celaya, toma posesión de monseñor Víctor”, como todos, en el momento que se nos confía una misión, no tomamos la misión nosotros, somos tomados por la gente a la cual somos enviados, y me da mucho gusto.

Que las palabras qué escogió para hablarnos hoy en el Evangelio, nos dice Jesús, lo que construyen los apóstoles, llamó a los que él quiso, no hay una serie de requisitos a cumplir para ser apóstoles, la libertad de la decisión del Señor, no es por ser licenciado, maestro, doctor o inteligente, y por ello yo puedo y tengo derecho a ser sacerdote, Obispo, no, es su voluntad, su decisión, su elección, los llamó y ellos lo siguieron.  Esta es la primera cosa, la primera característica, la primera acción el Señor, “me llama y yo tengo que seguirlo”.

Esa es la primera pregunta que hoy nos pone la palabra de Dios, ¿A quién sigo yo?, vivimos en un tiempo en el cual somos muy celosos de esta libertad, pero creo que como nunca en este tiempo somos muy esclavos, muy condicionados por lo que elegimos, por lo que vemos aquí, es un signo y es la una pregunta que el Señor pone a Monseñor Víctor, a mí y algunos sacerdotes y obispos o a un bautizado, ¿A quién sigo yo?, lo sigo él, o sigo al mundo, a la moda, a los poderosos, ¿A quién sigo yo?

Sería interesante si al final del día pudiéramos nosotros mismos decidir seguir a Jesús, ellos lo siguieron y constituyó a 12, para que se quedarán con él, y para que tuvieran poder de expulsar a los demonios. Son las tres misiones que Jesús pide a sus Apóstoles, “que se queden con él, sí necesitamos quedarnos con él, no se puede conocer a Jesús, no se puede querer lo no se puede hacerlo presente en nosotros, sino lo dejamos hacer presente no se puede si no nos quedamos con él, tenemos que quedarnos con él, en lenguaje religioso es el tiempo de la oración, si necesito algo, voy a pedirle al Señor, pero por otro lado muy importante también, sirve para quedarte con él, para mirarlo.

Y es la misma cosa, ustedes los laicos lo saben muy bien, los que son casados lo saben, qué tan importante es quedarse con la persona que quieren, es importante pasar tiempo con él, o con ella y no sólo acercarme a él o a ella cuando necesito algo, saber quedarte con él, con ella, esto es quedarte con el señor y es necesario, si no se hace se termina, de la misma manera como el matrimonio se termina si no nos quedamos con él.

El mundo tiene poder sobre nosotros, pero el Señor Jesús no sólo habló a los 12 para que se quedarán con él nuestra vocación, hermanos sacerdotes y obispos no es la vocación de los contemplativos, que tienen como vocación principal quedarse con él, a nosotros el Señor nos ha enviado a predicar, de tal manera que no se puede predicar hoy, como se predicaba el siglo pasado, no acepta maestros, no acepta predicadores, o si lo acepta, los acepta sólo porque son testigos, somos enviados a predicar, pero no sólo a repetir lo que hemos aprendido en las escuelas o universidades.

Entre otras cosas, como cuando Pedro y los demás Apóstoles tuvieron que escoger el apóstol que tenía que tomar, a Judas le pidieron que fuera testigo de la vida de Jesús, desde su bautismo hasta su resurrección, tenemos que ser testigos no puedo presentar o hablar de Jesús si no lo he encontrado, si yo no hablo con él cada día, no puedo ayudar a los demás a cambiar su vida, si el señor no ha cambiado mi vida antes, no puedo ayudar a los demás a expulsar el mal, si yo no he experimentado en mi vida que el Señor me da la libertad, me cambia, pero concretamente debo de ser testigo, si no lo he tocado con mis manos.

Continuó diciendo: “Monseñor Víctor, nos regaló también en la primera lectura, en la cual nos dice: “En aquellos días, Moisés le dijo al señor, ¿Por qué tengo que cargar con todo este pueblo? ¿acaso yo lo he dado azul, para que yo tenga que cargarlo?, ¿Cómo una nodriza, a la criatura?, aquí hay mucho más, no se trata solamente de predicar el Señor, dijo a Moisés toma en brazos a este pueblo como la nodriza a la criatura y llévalo a la tierra que yo le daré a tus padres, no se trata de decir la homilía, y los que quieren venir que me sigan, no, cuál madre o padre de una familia, no se contentaría con darle una instrucción a sus hijos y luego los que quieran seguirlos bien y los que no también,  al contrario, entre más desobedientes, más tratan de ayudarlos, para abrirles el corazón.

Estos son sus hijos Monseñor Víctor, y nos recuerda a todo sacerdotes y obispos, que el Señor nos ha dado este encargo, nos ha dado un pueblo, al cuál mandar, o instruir y solamente no esto, sería muy fácil, nos ha dado un pueblo como hijos que hay que tomar en brazos, como la nodriza a su criatura y hemos de llevarlo a la tierra que el Señor dará a nuestros padres.

Tomarlo en brazos, eso significa que ustedes como laicos tienen derecho a qué el Obispo se quede cerca del Señor, porque si no está cerca del señor no podrá ser su Obispo, tienen derecho a que después de haber estado cerca del Señor, tienen derecho a que les liberen del mal, como el, como nosotros cada día, ninguno de nosotros tenemos aureola en la cabeza, eso significa que todavía estamos luchando como los demás, tienen derecho a que él,  con su lucha contra el mal nos ayude a nosotros a vencer el mal y más tienen derecho a que los tomé en brazos para llevarlos como Jesús El buen Pastor.

Como todos lo saben, su trato a la oveja que se había desviado fue, acogerla, pero no la regañó, no la golpeó, no la lastimo y al contrario se la cargo alrededor del cuello, le ahorro el camino.

Esta tiene que ser la actitud nuestra, y a eso tienen derecho, y puede ser que nos pase lo que le pasó a Moisés, no es fácil y le pregunta ¿Cómo lo voy a hacer? y el Señor, da la solución pondré a otras personas alrededor de ti, que puedan ayudarte.

Esto es algo nuevo en la Iglesia, a veces no nos hemos dado cuenta de esto tan importante, no podemos solos cargar con el peso necesitamos la ayuda, es la única manera, así como un papá se ayuda de la esposa o los padres, cuando los hijos no los escuchan piden ayuda a otro de sus hijos para que lo escuché.

Esto vale también para la iglesia no podemos solos, necesitamos la ayuda, necesitamos incluir, llamar, adentrarnos a vivir como familia de Dios, en un camino sinodal, por toda la iglesia y por todo el mundo para impulsarnos, y nos dice que la única manera de caminar como Iglesias es caminar todos juntos, no el que quiera que venga y me siga, no, todos juntos incluidos todos los que necesiten venir, todos.

Una de las celebraciones más importantes a las que será convocado monseñor Víctor, así como todos, el tercer domingo de octubre iniciará este camino sinodal, que llegará dentro de 3 años en Roma, tendremos que aprender a caminar todos juntos, que esta celebración sea la celebración en la cual agradeceremos al Señor porque nos ha dado un pastor, agradeceremos al Señor que nos ha dado una persona que nos hable en nombre de él, agradecemos al Señor porque nos ha dado un papá.

Esto me gustó mucho cuando llegué a México, a ustedes a los sacerdotes les dicen papá, y es verdad sólo que nosotros tenemos que aprender a hacerlo, a ser padre, así como le dice el Señor a Moisés a tomar el rebaño, que esta sea una acción de gracias al Señor y al mismo tiempo una oración para que ésta sea una verdadera familia de los hijos de Dios». Concluyo.

Al concluir Mons. Víctor agradeció la visita de los Obispos que le acompañaron y  dirigió un mensaje como nuevo pastor de esta parte del pueblo de Dios.