Mons. Fidencio López Plaza, X Obispo de la Diócesis de Querétaro, presidio la Celebración Eucaristía en honor de la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en el Templo de la Cruz, el día 14 de septiembre de 2022, la cual fue Concelebrada por los Frailes Franciscanos que resguardan este templo.
En el momento de la Homilía Mons. Fidencio, compartió diciendo: “Saludos a los hermanos Franciscanos que evangelizan y nos enseñan a rezar a Dios cantando y bailando, hermanos todos que desde este convento de la Santa cruz, mismo que reconocemos como un centro de oración y de irradiación misionera.
Gracias a mis hermanos que en este templo y año con año le dan rostro a nuestra iglesia católica en Querétaro.
En el libro de los números, nos narra como la serpiente de bronce que Moisés hizo de parte de Dios, sirvió para la salvación de todos los israelitas que eran mordidos por una serpiente, la cual miraban y sanaban.
Aquí encontramos hermanos una alusión a muerte en cruz de Jesús, un poder sanador y dador de vida. Jesús como sabemos es un nombre muy poderoso, el sana y la salva; por eso la salvación nos ha venidos por la cruz.
Y al mirla, sabemos que nos ha amado hasta el último extremo, porque Dios ha mando a cristo al mundo para que se salvara por él, y por eso los católicos celebramos a la santa cruz, cuando los cristianos exaltamos a santa cruz, exaltamos la solidaridad que Dios quiso tener con nosotros.
En los brazos extendido de Jesús, que ya no pueden bendecir a los niños, acaricias a los leprosos, ni bendecir a los enfermos; los cristianos contemplamos a Dios con sus brazos abiertos, para acoger, abrazar y sostener nuestras pobres vidas rotas por tanto sufrimiento.
Todos los días hermano, Dios nos ofrece su amor y su misericordia, todos los días Dios visita a sus hijos porque quiere que sean felices y que no vayan a caer en la corrupción, y en la maldad.
En ese rostro apagado por la muerte, en esos ojos que ya no miran con ternura a las prostitutas, en esa boca que ya no puede gritar su indignación por las injusticias, en esos labios que ya no perdonan a los pecadores; Dios nos está revelando su amor insondable por la humanidad su amor hasta el extremo.
Por eso buscar a Jesús, no es buscar cruces ni sufrimiento, sino vivir en solidaridad y entrega de manera permanente.
Hoy y siempre todos necesitamos de un Cirineo, que nos ayude a cargar la cruz de cada día, a la mera de Jesucristo nuestro Señor. A una vida vivida con el mismo amor que vivió Jesús, solo le espera la vida eterna.
Que Jesucristo el Señor de la salud, desde esa milagrosa, desde esa cruz que cura nos custodie y nos acompañe. Que así sea.
Al terminar Mons. Fidencio les dio la bendicion solemne y se entono el himno a la Santa cruz, para continuar con el programa en honor a la Santa Cruz.