SEMINARIO DE CIERRE DE CICLO, ANSPAC, (Asosiación Nacional Pro-Superación Personal, A.C.)

Av. Corregidora, #72, Co. Centro, en Santiago de Querétaro. Qro. 26 de  Mayo de 2017.

 

El día 26 de Mayo de 2017, en la capilla de las instalaciones de la Casa de Pastoral  Diocesana, ubicada en la Av. Corregidora, #72, Co. Centro, en Santiago de Querétaro. Qro. Se llevó a cabo la Celebración Eucarística, con motivo de Acción de Gracias, por la clausura del ciclo 2016- 2017 de seminarios de Formación por parte de las Socias de ANSPAC (Asación Nacional Pro-Superación Personal, A.C.) la Santa Misa fue presidiada por El Pbro. Mauricio Ruiz Reséndiz, Asesor espiritual de ANSPAC,

A este Seminario de Clausura de ciclo,  asistieron todas las socias de esta institución,  misma que se dedica  a   impartir  temas de desarrollo humano, y moral, y ayudan a la integración de la persona, colaboran en obediencia al Sr. Obispo, y conforme al Catecismo de la Iglesia. En su homilía, el Padre Mauricio, les compartió:

“Dice un autor, “Cuando comprendí   que el día que me muera, no me llevaría nada, sino lo que viví,  comencé a  vivir lo que quería llevarme”, bien,  si alguien se quiere llevar el gusto de  la Eucaristía,  si alguien se  quiere llevar el amor y reconocer desde la fe en Dios, si alguien se quiere llevar la gran sensación de crear amistad, si alguien se quiere llevar el gusto de poder amar, si alguien se quiere llevar  el gusto de servir en el nombre del Señor,  si alguien se  quiere llevar la emoción de tener una familia,  si alguien se quiere llevar la experiencia y la sensación de caminar descalzo en el césped, si alguien se quiere llevar la sensación de contemplar una noche estrellada, si alguien se quiere llevar el gusto de cuidar su propia corporeidad, cuidando su alimentación, y ejercitándose, y así  sucesivamente.  Por eso,  “cuando comprendas que el día que te mueras,    nada te llevaras sino lo que viviste,  comienza a vivir  aquello que quieras llevarte”.

Bien con mucho gusto,  celebro esta  Eucaristía,  y lo primero que quisiera decirles es ¿Qué has ido aprendiendo de la fe? ¿Cuál es tu relación con el espíritu Santo?, ¿que nos lleva a pasar de lo accidental, a lo esencial?, ¿que nos lleva a pasar de las cosas secundarias, de las cosas periféricas,  a las cosas importantes, y fundamentales?, lo digo porque se avecinan fiestas litúrgicas,  como la Asención y como Pentecostés.

Por eso  el tono de la liturgia es esta: “se entristecerá, pero después se alegrarán”, la oración colecta del día de ayer era muy hermosa, -solo que a veces no le ponemos atención-, y no nos quedamos con nada, y quiero hilar  esto con el evangelio.  Decía “Te damos gracias Señor porque nos haces participes de la redención, concédenos  vivir perpetuamente llenos de gozo de tu resurrección”, -fíjense lo hermoso que es-. “Agradecer  al Señor que nos participa de su redención”.

Y ahora le  pedimos que “nos permita vivir perpetuamente llenos de gozo en su resurrección”,   porque el evangelio insiste en la alegría y lo digo  porque si mi relación con el Espíritu Santo es buena  efectivamente esa  alegría se va haciendo cada día más fuerte.

Pero sin duda, se requerirá ir aprendiendo  en la vida que es lo  esencial  y que es lo fundamental, y tendrá que ver  con convencernos que la fe es una invitación, es una provocación a vivir llenos  de luz, es cierto  que humanamente hablando tenemos que  aprender  a vivir con alegría, porque hay muchas cosas que nos la pueden borrar,  y si tú te mirases en un espejo puede ser que no pases la prueba, y si yo me  mirase en  un espejo puede ser que llenándome de sinceridad  puedo  exclamar “Dios mío que estoy haciendo de mí, que estoy haciendo de mi vida,  de mi persona”  y entonces esa hermosura natural  ya no está, y esa belleza de tu personalidad ya no está, ya no  esa emoción, ni ese entusiasmo  ya no está esa paz, eso que nos gusta, y tenemos que preguntarnos ¿Por qué no está?. ¿Qué he dejado de hacer, que me está faltando? ¿Qué me está robando la alegría y gozo de mi Señor? ¿Que?

Entonces  vale la pena, el darnos la oportunidad a la luz de esta oración colecta a la luz de la insistencia de  Jesús,  su tristeza se transformara en  alegría, y en ese sentido, la alegría, en la comunidad,  la alegría en  ASPAC, ¿con qué alegría nos ponemos al servicio de los demás?, ¿con que alegría acojo la formación que debo recibir? ¿Con que  alegría comparto lo que he recibido? ¿Con que alegría  recibo a los demás, con qué alegría vivió?  Entonces elige lo que quieres vivir, porque es lo que te vas a llevar.

Sin duda, me viene a la mente un  pensamiento que puede que les abone al seminario, que dice: “quien vive criticando, no tiene tiempo para amar”, quien vive molestándose con los demás, etc. A veces los grupos tienen mucho de esto, yo me he dado cuenta  que a veces los grupo no hacen lo que debían de hacer por estar desgastándose en cositas, y lo  tenemos que superar para hacer lo que debemos hacer.

El papa Francisco en la “Evangelii gaudium”, tal vez con dolor  reconocerá que en la iglesia hay muchas cosas que minan a la comunidad, hay  muchas cosas que debilitan a la comunidad,  y menciona algunas, como las envidias, las murmuraciones, los pleitos, los celos,  tengamos muchos cuidado, dice Jn. 17-21 en la oración sacerdotal de Jesús:  “Que todos  sean uno, como yo y tú somos unos”, es la oración sacerdotal de Jesús, por su puesto se dice fácil pero se necesitan muchas cosas para convencernos  de la importancia que tiene la comunidad.

Pero una unidad,  yo estoy seguro  que todo comienza en la misma persona, o sea, si yo estoy fraccionado,  si yo estoy dividido,  si un sí, es hoy y mañana no, y si con una mano doy amor y con la otra ofendo, cosas de ese tipo entonces seguramente la integridad de todos, de hecho mientras  si viva así, es cansado estarán de acurdo con migo, que es cansado cuando tu consientes  una,  dos o tres personalidades es muy cansado, en cambio si tienen una sola es divertido, es más muchas mujeres  dejarían de sufrir,  porque muchas que sufren, y sufren porque quieren, yo conozco mil mujeres por poner un ejemplo, y hasta ahora  me he encontrado con una que me ha convencido  en su manera de pensar, entonces  muchas cosas podrían cambiar si trabajas en unidad.

No permitan que nada ni nadie nos robe la alegría,  pero ¿la alegría de qué?:

1.- La alegría de vivir,  2.- La alegría de nuestro Señor 3.- La alegría de  pasar en el suelo, sirviendo con dirección al cielo.  O sea, la alegría de la Resurrección,  San Pablo en  carta a los Filipenses decía:   “Alégrense siempre en el Señor “, os lo  repito alégrense.”

Entonces pidámosle al Espíritu Santo, que nos mantenga en esta alegría, en el servicio  que sea el que trabaje, el que mantenga  la unidad, y ¿paraqué que queremos la unidad? – una sola cosa la alegría del testimonio,  y la gloria del Señor, eso es todo no hay más,   digan como lo quieran decir  se  trata de que la unidad sea un testimonio de la gloria  de Dios que hemos de santificar siempre y la santificación de los hombres, entonces si es importante la unidad en tu persona, en tu familia, en tu grupo, en tu comunidad,  en la iglesia, con ese fin de glorificar a Dios y Santificar a los hombres.

Al término de la celebración,  el Padre Mauricio, les dio la bendición, y las motivo para que sigan trabajando por la glorificación de  Dios, y la santificación de todos los hombres. Y así  se dio por terminado el seminario.