SANTO DEL DÍA: SAN NICOLÁS, PATRONO DE LOS NIÑOS.

Hoy es fiesta de San Nicolás, patrono de los niños.
“Sería un pecado no repartir mucho, siendo que Dios nos da tanto”. Estas palabras que nos invitan a la generosidad pertenecen a San Nicolás, patrono de los niños, los marineros y los viajeros; así como de países como Rusia, Grecia y Turquía. Su fiesta se celebra cada 6 de diciembre.
San Nicolás de Bari, San Nicolás de Mira, o simplemente San Nicolás, nació en Licia, antigua provincia del Imperio romano (hoy Turquía), alrededor del año 270. Sus padres eran cristianos y solían ayudar a enfermos y menesterosos. Lamentablemente, ambos cayeron enfermos durante una epidemia y murieron dejando a Nicolás en la orfandad, aunque protegido por cierta fortuna. Al descubrir el llamado de Dios a entrar en religión, Nicolás repartió sus bienes entre los pobres y pidió ser admitido en un monasterio. Años después sería ordenado sacerdote. Como tal, inició un viaje de peregrinación a Egipto y Palestina con el propósito de recorrer las tierras por donde pasó el Señor.
A su regreso, se estableció en la ciudad de Myra (Turquía), en momentos en los que se debatía intensamente la elección del nuevo obispo local. Los sacerdotes y diáconos de Myra, gracias a su buena reputación, se inclinaron por poner en el cargo al recientemente llegado Nicolás. Muy pronto las circunstancias se pondrían difíciles para él cuando se desató una nueva persecución contra los cristianos. Nicolás, que ya había mostrado gran diligencia por la salvación de las almas, terminaría apresado. El obispo permaneció en cautiverio hasta la reforma del emperador Constantino.
Gracias al Edicto de Milán, Nicolás pudo volver a la vida pública y retomar su misión pastoral. Lo hizo con gran celo y amor, enseñando y defendiendo la sana doctrina frente a las numerosas herejías que amenazaban a los cristianos. «Gracias a las enseñanzas de Nicolás, la metrópolis de Myra fue la única que no se contaminó con la herejía arriana la cual rechazó firmemente, como si fuese un veneno mortal», dijo de él San Metodio, arzobispo de Constantinopla. El arrianismo se había hecho muy popular y constituía un peligro para la enseñanza de las verdades elementales de la fe, puesto que partía de la negación de la divinidad de Jesucristo.