S. S. FRANCISCO: A ancianos y enfermos: “Dios no los abandona nunca”

El encuentro con los centros caritativos de la Iglesia católica: «las personas pobres y débiles son la «carne de Cristo» que interpela a los cristianos de cualquier confesión»

tnx-14392-ctr8kp4xeaanqtlANTONIO SPADARO
Fiesta con Papa Francisco y los Camilianos de Georgia

01/10/2016
ANDREA TORNIELLI
ENVIADO A TIFLIS

«Las personas pobres y débiles son la “carne de Cristo” que interpela a los cristianos de cualquier confesión». Papa Francisco visitó el centro de asistencia de los padre Camilianos, el poliambulatorio «Redentor hominis», en el barrio de Tema, en la periferia de Tiflis y construido gracias a la Caritas italiana. Se detuvo a saludar a los ancianos y enfermos que estaban en sillas de ruedas. Mientras acariciaba el rostro de uno de los enfermos, un sacerdote con barba y una vistosa cruz dorada en el pecho se echó improvisamente a los pies del Pontífice. Bergoglio pasó también a saludar a los niños que sostenían banderitas de Georgia.

Al tomar la palabra, en el pequeño palco cubierto de paño rojo que se encontraba fuera de la estructura, el Papa dijo: «Su actividad es un camino de colaboración fraterna entre los cristianos de este país y entre los fieles de los diferentes ritos. Este encontrarse en el signo de la caridad evangélica es testimonio de comunión y favorece el camino de la unidad». En efecto, las actividades caritativas y de asistencia tienen gran desarrollo en Georgia gracias a la iglesia católica, y un poco menos, también a la ortodoxa.

«Los animo a proseguir por este camino exigente y fecundo —dijo Francisco—, las personas pobres y débiles son la “carne de Cristo que interpela a los cristianos de cualquier confesión, espoleándolos a actuar sin intereses personales, sino únicamente siguiendo el impulso del Espíritu Santo».

Dirigiendo un saludo especial «a los ancianos, a los enfermos, a los que sufren y a los que reciben asistencia de las diferentes realidades caritativas», el Papa añadió: «Dios no los abandona nunca, siempre les está cerca, listo para escucharlos, para darles fuerza en los momentos de dificultad. Ustedes son los predilectos por Jesús, que quiso ensimismarse en las personas que sufren, sufriendo Él mismo en su pasión».

Al final del breve discurso papal, jóvenes en trajes tradicionales presentaron una coreografía, en la que también participaron, hacia el final, chicos en sillas de ruedas.