OCTAVO DÍA DE NOVENA DE NAVIDAD 2020.

𝗡𝗢𝗩𝗘𝗡𝗔 𝗗𝗘 𝗡𝗔𝗩𝗜𝗗𝗔𝗗
𝗢𝗰𝘁𝗮𝘃𝗼 𝗱𝗶́𝗮
«𝗖𝗼𝗻 𝗝𝗲𝘀𝘂́𝘀 𝘆 𝗠𝗮𝗿𝗶́𝗮 𝗮𝗽𝗿𝗲𝗻𝗱𝗲𝗺𝗼𝘀 𝗮 𝗼𝗿𝗮𝗿»
𝗢𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘁𝗼𝗱𝗼𝘀 𝗹𝗼𝘀 𝗱𝗶́𝗮𝘀
Padre de infinita caridad, que tanto nos amas, y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de María Virgen y nacido en un pesebre para darnos salvación, hoy venimos como tus hijos a adorarte. En nombre de todos mis hermanos y hermanas, te doy gracias por tan grande beneficio; te ofrecemos nuestras vidas para que sean instrumentos de la paz que tu amado Hijo trajo al mundo. Mi Santo Dios, te pido que tengas compasión del mundo y que derrames tu misericordia sobre él en abundancia. Que esta navidad sea un motivo para que reflexionemos sobre los caminos que elegimos, por las conductas que adoptamos y por lo que olvidamos. Te pido, en el nombre del pequeño Niño Dios, una señal de esperanza para este mundo. Te suplicamos que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y desprendimiento, para que Jesús recién nacido encuentre en nosotros su cuna y viva eternamente entre nosotros.
Amén.
𝗢𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗮 𝗹𝗮 𝗩𝗶𝗿𝗴𝗲𝗻 𝗠𝗮𝗿𝗶́𝗮
Virgen María, tú que tienes tantas cualidades, sobre todo la humildad, te ganaste el privilegio que Dios te escogiera como la mamá del Niño Jesús. Te pido que me ayudes a preparar mi alma y la de todos los que hacemos esta novena para que el Niño Dios nazca en nuestro corazón. ¡Oh, dulce María! enséñanos a ser como tú, con recogimiento y ternura que hizo que Dios se fijara en ti para que podamos verlo y adorarlo por toda la eternidad.
Amén.
𝗢𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗮 𝗦𝗮𝗻 𝗝𝗼𝘀𝗲́
Santísimo José, esposo de María y padre de Jesús, damos gracias a Dios por haberte escogido para tan alta responsabilidad, por haberte adornado con los dones para tan exigente misión. Te rogamos, por el amor que tuviste a tu divino Hijo, que nos llenes del fervoroso deseo de verle y recibirle con amor. Bendice a los padres y a las madres de familia que deben guiar a sus hijos e hijas por el camino de la santidad.
Amén.
𝗢𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗮𝗹 𝗻𝗶𝗻̃𝗼 𝗝𝗲𝘀𝘂́𝘀
Señor Jesús, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, de tu presencia amorosa en nuestras familias y comunidades. Navidad es la certeza de que el Dios del cielo habita en nuestra tierra, que tu Padre es nuestro Padre y tú, Divino Niño, eres nuestro hermano. Que este día de la Novena junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir como hermanos. Oh Divino niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estás tú y allí también es Navidad.
Amén.
𝗢𝗰𝘁𝗮𝘃𝗼 𝗱𝗶́𝗮 (Lc 1,46-56)
María dijo entonces: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque se fijó en su esclava. Desde ahora todas las generaciones me dirán feliz. El Poderoso ha hecho grandes cosas por mí: ¡Santo es su Nombre! Muestra su misericordia siglo tras siglo a los que viven en su presencia. Dio un golpe con su poder: deshizo a los soberbios y sus planes. Derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos, y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su siervo, se acordó de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y sus descendientes para siempre. María se quedó unos tres meses con Isabel, y después volvió a su casa.
𝗚𝗼𝘇𝗼𝘀
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado,
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven, no tardes tanto!
¡Oh, Dios que con tanta sabiduría, te convertiste en un pequeño Niño!
¡Oh, planta sagrada de José que presentas al cielo tu fragante flor!
¡Divino Niño, ven a enseñarnos a ser prudentes como los sabios!
Has sido llamado Lirio de los valles, bella flor de campo!
𝑫𝒖𝒍𝒄𝒆 𝑱𝒆𝒔𝒖́𝒔 𝒎𝒊́𝒐, 𝒎𝒊 𝑵𝒊𝒏̃𝒐 𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂𝒅𝒐…
𝑫𝒖𝒍𝒄𝒆 𝑱𝒆𝒔𝒖́𝒔 𝒎𝒊́𝒐, 𝒎𝒊 𝑵𝒊𝒏̃𝒐 𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂𝒅𝒐…
¡Oh, Niño Dios, que eres luz como el sol, que veamos tu luz en la oscuridad!
¡Tú que eres puro y transparente, santo de los santos, eres la imagen del Dios.
¡Niño tan precioso, dicha del cristiano, que disfrutemos la sonrisa de tus dulces labios!
Soberano, borra nuestras culpas, sálvanos a todos y en forma de niño, cuida a quienes necesitan de tu amor!
𝑫𝒖𝒍𝒄𝒆 𝑱𝒆𝒔𝒖́𝒔 𝒎𝒊́𝒐, 𝒎𝒊 𝑵𝒊𝒏̃𝒐 𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂𝒅𝒐…
𝑫𝒖𝒍𝒄𝒆 𝑱𝒆𝒔𝒖́𝒔 𝒎𝒊́𝒐, 𝒎𝒊 𝑵𝒊𝒏̃𝒐 𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂𝒅𝒐…
Ábranse los cielos y llueva de lo alto un rico rocío como riego santo!
¡Ven que ya María prepara sus brazos, esperando a su niño que ya va a llegar!
¡Ven hermoso Niño, ven Dios hecho hombre, brillan las estrellas y brotan en los campos amor! ¡Ven que ya José con muchas ganas de verte, se dispone a llenarse de tu amor.
𝑫𝒖𝒍𝒄𝒆 𝑱𝒆𝒔𝒖́𝒔 𝒎𝒊́𝒐, 𝒎𝒊 𝑵𝒊𝒏̃𝒐 𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂𝒅𝒐…
𝑫𝒖𝒍𝒄𝒆 𝑱𝒆𝒔𝒖́𝒔 𝒎𝒊́𝒐, 𝒎𝒊 𝑵𝒊𝒏̃𝒐 𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂𝒅𝒐…
¡Auxilia a los débiles, ayuda a los que sufren, consuela a los tristes y da esperanza a los que están perdidos! ¡Ven ante mis ojos, de ti enamorados, beso tus pies y tus manos! ¡Arrodillado en la tierra te ofrezco mis brazos!
¡Vida de mi vida, mi dueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano! ¡Te tiendo mis brazos y más que hablarte, me lleno de emoción!
𝑫𝒖𝒍𝒄𝒆 𝑱𝒆𝒔𝒖́𝒔 𝒎𝒊́𝒐, 𝒎𝒊 𝑵𝒊𝒏̃𝒐 𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂𝒅𝒐…
𝑫𝒖𝒍𝒄𝒆 𝑱𝒆𝒔𝒖́𝒔 𝒎𝒊́𝒐, 𝒎𝒊 𝑵𝒊𝒏̃𝒐 𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂𝒅𝒐…
¡Ven Salvador nuestro por quien suspiramos, ven a nuestras almas, ven, no tardes tanto!
𝗢𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗳𝗶𝗻𝗮𝗹
¡Oh, dulce Niño Dios! Te hiciste débil ante los dudosos resplandores de los que se creen poderosos. Bajaste de los cielos hasta tocar nuestra tierra. Eras riqueza y te hiciste pobreza, eras el centro del mundo. Y te hiciste fugitivo, perseguido, marginado. Te ofreciste como el Dios de los pobres, que siempre te dieron atención y vida. Para ellos, Señor, es tu Reino, tu trigo y tu cosecha. Danos, Oh dulcísimo Niño, un grande amor a Dios y una esperanza firme para la unión de las familias.
Amén.
𝐶𝑒𝑛𝑡𝑟𝑜 𝐵𝑖́𝑏𝑙𝑖𝑐𝑜 𝑉𝑒𝑟𝑏𝑜 𝐷𝑖𝑣𝑖𝑛