NOVENA EN HONOR DE NTRA. SRA. DE LOS DOLORES DE SORIANO.

NOVENA EN HONOR DE NTRA. SRA. DE LOS DOLORES DE SORIANO.
50 Aniversario como Patrona Celestial Principal de la Diócesis de Querétaro.
DÍA PRIMERO

ORACIÓN

Te saludo santa Madre de Dios, Virgen María, en tu devoción de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano. Sé, que Nuestro Señor Jesucristo te nombró Madre nuestra cuando esta clavado en la Cruz, pues dirigiéndose a ti y mostrándote a su discípulo amado pronunció estas palabras: “Mujer, ahí tienes a tu hijo” y en él estuvimos representados todos los seres humanos de los cuales eres madre espiritual.
Por lo tanto, hoy te saludo, santa Virgen María, como mi madre, y, lleno de confianza en tu maternal solicitud hacia mí, tomo en mis manos esta novena. Intercede para que el Espíritu Santo guíe mi oración, haciendo que mis palabras concuerden con la voluntad de Dios y así, puedas presentar mi humilde súplica ante tu divino Hijo Nuestro Señor Jesucristo para la salvación de mi alma y el remedio de mis necesidades físicas y espirituales. Amén.

MEDITACIÓN
«A JESÚS POR MARÍA».

Una sola es nuestra ocupación en esta tierra: esforzarnos cada día por amar más a Jesús, pero la experiencia nos enseña que nunca progresamos tanto en nuestro amor al hijo, como cuando llegamos a Él por la Madre; pues Él siempre está con ella y con ella mora. La oscuridad de los misterios de nuestro Salvador se torna en claridad cuando los miramos a la luz de María, porque esa luz es la que viene de su hijo, María es el camino más rápido para llegar a Jesús, porque Ella es puerta franca para entrar en su palacio.
Pero María es todo un mundo que no podemos abrazar en una sola mirada; mundo de gracia, cuyas regiones debemos ir recorriendo una por una con exquisita diligencia y describiéndolas puntualmente, para sacar de ellas riquezas espirituales de sabiduría y de amor, que nos permitan tener una unión cada vez más estrecha con su precioso Hijo, Nuestro señor Jesucristo.
¡Ruega por nosotros, Dolorosa Madre!
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Oración final:

Oh, santa Madre de Dios, al sumergirme en el océano de tus dolores y contemplar lo que has padecido junto a tu hijo por mi salvación y la salvación de mundo entero, el arrepentimiento de mis pecados invade mi corazón y surge, en mí, un firme propósito de enmienda y cambio de vida. Además, tengo la plena confianza de que Tú acoges, en tu corazón inmaculado y dolorido, mi humilde suplica que ahora te presento (hago mi petición por la que estoy haciendo esta novena) … Oh dolorosa Madre, entrégala a tu divino Hijo, Nuestro Señor Jesucristo; y así, asociándome contigo a su pasión, pueda yo merecer participar de su gloriosa resurrección, Amén.
¡Ruega por nosotros, Virgen Dolorosa!
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo Nuestro Señor. Amén.