María enseña al pie de la cruz – Parroquia de Los siete dolores de María Santísima

(CODIPACSQRO) La comunidad parroquial de Los Siete Dolores de María Santísima, El Capulín, San José Iturbide, Gto., celebró con gozo su fiesta patronal en honor de la Santísima Vir­gen María en su advocación de los Dolores; una verdadera fiesta de Dios, en la cual motivados por la presencia del señor obispo Don Faustino Armendáriz Jimé­nez, un grupo de 503 niños de las diferentes comu­nidades de la parroquia, acompañados de sus papás y padrinos, recibieron la efusión del Espíritu Santo, mediante el Sacramento de la Confirmación.

El señor obispo en la homilía, inspi­rado en la lectura del Evangelio de Lucas (2, 33-35), invitó a los fieles a reflexionar sobre la verdadera devoción a la Santísima Virgen María y cómo María nos enseña a contemplar en la escena de la cruz, el camino para conocer la ver­dad, una verdad que es capaz de fundamentar la existencia del hombre; ade­más, con una conciencia clara de la fe de nuestro pueblo el señor obispo, invitó a cada uno de los padres de familia y a los padrinos, a orar por sus hijos, con el fin de que aprendan a distinguir la verdad, sobre todo en los ambientes donde el relativismo impe­ra, incluso con el pretexto del consenso común.

La celebración Eucarística se llevó a cabo en un clima muy agradable, animada por la música y los cantos del coro parroquial que dirige el padre Benjamín Vega. Especialmente, causó gran alegría y emoción entre los fieles, volver a entonar el canto del himno, que se compuso para la coronación de la Santísima Virgen María, hace ya seis años.

Casi al término de la celebración el monseñor Faustino saludó a cada uno de los sacerdotes asistentes: el P. Enrique Ugalde (Párroco), P. Gonzalo Vega Ro­bles, P. Grego­rio Hernández, P. Alejandro Gutiérrez, P. Benjamín Vega, P. Julián Reséndiz, P. Víctor Ferro, P. Mauro Her­nández, P. Israel Arvizu Espino e invitó a los niños para que pensaran en la posi­bilidad de entrar al seminario, pues a muchos de ellos les vio en la cara, la llamada vocacional.

Con alegría impartió la bendición a la comunidad y después de finalizar la santa Misa, convivió con el consejo y con algunos miembros de la comunidad.

Pbro. Israel Arvizu Espino
Publicado en el periódico «Diócesis de Querétaro» del 28 de septiembre de 2014