Mamás agradecen el don de la vida que se gesta en sus vientres

IMG_6872(CODIPACSQRO) “Saludo con afecto a cada una de ustedes queridas madres, por unirse a esta Jornada de Oración y ponerse en las manos de Dios, quien les participa de su obra, haciendo de cada una de ustedes co-creadoras de la humanidad”, así se dirigió el señor Obispo Faustino Armendáriz Jiménez a las mujeres embarazadas que asistieron a la Jornada de Oración por las madres en gestación, que se celebró en la Santa Iglesia Catedral de esta ciudad episcopal, el 14 de diciembre de este 2013.

Esta Eucaristía se realizó con el objetivo de agradecer a Dios el don de la vida en gestación en el vientre de las madres.

En la homilía, el obispo habló de los preparativos que los padres realizan para recibir a los nuevos miembros de la familia, y dijo que así como se prepara todo para recibir a los pequeños, es fundamental preparase para la llegada de Jesús.

“Considero que cada una de ustedes entiende muy bien la necesidad de preparar la llegada de su nuevo hijo; de hecho lo hacen cuidando los más finos detalles. De la misma manera es necesario que preparemos el camino del Señor, haciendo rectos sus senderos (cf. Lc 17, 10-20). Yo quisiera invitarles a que así como le preparan lo necesario a sus hijos para que cuando nazcan estén bien, le preparen a Jesús un lugar en su corazón, y de esta manera ustedes y sus hijos conocerán el amor y el amor les hará plenos”, afirmó monseñor.

También les recordó que la santísima Virgen María es el modelo a seguir para saber esperar, ya que es modelo de mujer, madre y educadora; y a través de las palabras del Papa Francisco, en la exhortación apostólica que escribió recientemente –Evangelli Gaudium-, les indicó:

“En este camino de preparación María nos enseña cómo hemos de prepararnos para este acontecimiento. «Ella es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura. Ella es la esclavita del Padre que se estremece en la alabanza. Ella es la amiga siempre atenta para que no falte el vino en nuestras vidas. Ella es la del corazón abierto por la espada, que comprende todas las penas. Como madre de todos, es signo de esperanza para los pueblos que sufren dolores de parto hasta que brote la justicia. Ella es la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con su cariño materno. Como una verdadera madre, ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama incesantemente la cercanía del amor de Dios» (Exhort Apost. Evangelli gaudium, 286).

En esta celebración acompañaron al obispo el padre Jaime Gutiérrez Jiménez, presidente de la Comisión Diocesana para la Pastoral de la Familia, Juventud, Laicos y Vida, y el padre Javier Coellar Ríos, responsable de la Dimensión Vida de esta comisión.

Karina Vianney González