INSIGNIAS EPISCOPALES » EL ANILLO EPISCOPAL»

𝗜𝗡𝗦𝗜𝗚𝗡𝗜𝗔𝗦 𝗘𝗣𝗜𝗦𝗖𝗢𝗣𝗔𝗟𝗘𝗦  «𝑬𝑳 𝑨𝑵𝑰𝑳𝑳𝑶 𝑬𝑷𝑰𝑺𝑪𝑶𝑷𝑨𝑳»


El anillo episcopal es el aro metálico que portan los obispos. Es un signo de su dignidad. Este simbolismo ya aparece en la parábola del Hijo Pródigo, en donde el padre manda traer un anillo para su hijo que ha vuelto. También simboliza la finalidad a su matrimonio espiritual, lo que queda patente en las palabras que les dicen en el momento en el que se les impone durante su consagración episcopal: “Recibe este anillo, signo de fidelidad, y permanece fiel a la Iglesia, esposa santa de Dios”.

A los obispos se les pone el anillo el día en que son consagrados, y deben usarlo dentro y fuera de las celebraciones litúrgicas en el dedo anular de la mano derecha, porque es la mano con la que bendicen. La única excepción es el Viernes Santo, en que no debe portarse en señal de luto por la muerte del Esposo, Cristo.

El anillo se fabrica de algún metal precioso. Antiguamente era común que se le incrustase una piedra preciosa, con lo que se representaba que el obispo es una piedra incluida una gran construcción que es la Iglesia. Cuando los fieles besaban esa piedra, querían simbolizar que besaban una pedazo de esa construcción cuya piedra angular es Cristo.

Al ponérselo para celebrar, el obispo puede decir: “Cordis et córporis mei, Dómine, dígitos virtúte decóra, et septifórmis Spíritus sanctificatióne circúmda.”, lo que se puede traducir como: “Adorna con la virtud, Señor, los dedos de mi cuerpo y de mi corazón, y coloca sobre ellos la santificación de tu Espíritu septiforme.

Liturgia Papal
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