HOMILÍA: EN MISA DE EXEQUIAS, PBRO. FÉLIX SOTO PÉREZ.

Parroquia San Pedro y San Pablo, Cadereyta, Qro.
Cadereyta de Montes, Querétaro, Qro. 8 de Septiembre de 2016.

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 La tarde del día 8 de septiembre de 2016, la comunidad parroquial y gran parte del presbiterio diocesano,  se dieron cita en el templo Parroquial,  San Pedro y San Pablo, Cadereyta, para celebrar las Exequias del Pbro. FÉLIX SOTO PÉREZ , Mons. Martín Lara Becerril, Vicario General de nuestra  Diócesis, presidio  la Eucaristía. En la homilía, Mons, Martín Lara expresó:

 Descansar del ahora, no es una cosa más que, completar la obra realizada; cuando el pueblo de Israel camino cuarenta años por el desierto, finalmente descanso. Descansar, es ponerle fin a una peregrinación y cuando un hombre muere decimos descanse en paz; descansar de toda la obra realizada, de todo lo que él ha hecho, y entonces al terminar la peregrinación terrena, se comienza el descanso eterno y ahora hay que contemplar la obra realizada, hay que disfrutar de las promesas, porque ya se ha trabajado, ya se ha terminado.

Hoy hermanos todos, nos hemos congregado, nos ha convocado Dios, para escuchar su palabra, y nosotros ahora, tenemos un fin principal, orar por el eterno descanso del Padre Félix, y nosotros hoy podemos decir: “Ahora el Padre ha terminado la obra que Dios le encargo”, “ ha terminado la obra y ahora descansa en paz, de toda la tarea que Dios le ha encomendado”. Así como el pueblo de Israel termino su camino por el desierto, él ha terminado de caminar y ahora entra a disfrutar de la tierra que Dios nos prometido es decir el Cielo.

La Palabra de Dios que hemos escuchado, es una palabra totalmente alentadora, la muerte es un paso, para estar cerca de Dios y para estar en la presencia de Dios. Y, en la presencia de Dios disfrutar de lo eterno. Es el objetivo, así lo ha dicho la primera lectura. Y dijo, la segunda lectura: “si nosotros creemos en Cristo que murió y resucito, todo aquel que crea en Cristo ha de morir para compartir una muerte semejante a la de Jesús”, pero hemos de resucitar al compartir la vida semejante a la de Jesús, por eso Jesús dijo: “Todo aquel que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida y vida eterna”.

Hermanos la muerte de una persona nos entristece, la muerte de un ser querido nos duele, pero, más allá de la muerte está la vida, la muerte no es la última palabra, la última palabra es: “Vive eternamente”.

Por eso, Dios nos convoca, para orar y pedir por el descanso eterno de nuestro hermano el Padre Félix; pero todos tenemos fija nuestra mirada en el cielo, todos tenemos puesta nuestra mente en la esperanza en el amor de Dios, y por eso la iglesia se llena de felicidad, y por eso ponemos flores, y por eso la comunidad se reúne en ese ambiente de fiesta, ¿Por qué? – Porque la muerte no es eterna- porque la muerte es el principio de la vida eterna. Y por eso, morir es compartir la muerte de Jesús, pero para resucitar a una vida eterna en del cielo.

Y por eso, se enciende en nosotros una chispa de esperanza, una chispa de verdad, y por eso, nosotros no celebramos la muerte sino celebramos la vida, y la entrada al cielo, por eso, no es un momento de tristeza, sino un motivo de esperanza, en la esperanza de la resurrección de Jesús. Es como nosotros celebramos la Eucaristía,
Ahora, nosotros celebramos en el Altar de la tierra, la Santa Misa y él ahora participara ya del Banquete eterno en el Cielo, disfrutando esta misma Acción de Gracias.

Cuando un Sacerdote se ordena, decimos: “Es sacerdote para la eternidad” ¿En la tierra, cuanto tiempo vamos a ejercer el sacerdocio? – Algunos años. Pero el ejercicio del Sacerdocio de Jesús es eterno y ahora el Padre Félix, él, ahora ya ha iniciado el ejercicio Sacerdotal en Cielo junto con Jesús, en la gloria del Padre, por eso hoy, nosotros podemos decir, que, el Padre Félix descansa en paz. Es decir, que ahora goza de la tierra prometida. Ahora,  el goza descansando, después de haber trabajado a semejanza de Dios nuestro Padre, en la obra redentora.

Que el Señor, reciba nuestra oración y, que si por la debilidad humana fallo, lo perdone, y digamos a Jesús, Sacerdote Eterno, Buen Pastor de las ovejas: “Ponemos en tus manos la vida del Padre Félix”, y, que como Buen Pastor, salga a recibirlo y que el Señor lo premie por toda la obra que realizo en favor su pueblo, lo ponemos en su altar, como ofrenda agradable a Dios.

Por eso, hermanos todos, que su Palabra nos llene de consuelo y de esperanza; que el Señor le conceda el descanso eterno, por toda la obra que a realizado con los jóvenes y niños; que no solo les ayudo a sobrevivir, sino a tener una veda más digna, que el Señor premie todos sus esfuerzos.

Que, Así Sea.