Homilía en la Solemnidad de San José, Esposo de la Santísima Virgen María y en Acción de Gracias por el Papa Francisco

Parroquia de San José, San José Iturbide, Gto., 19 de Marzo de 2013
Año de la Fe – Año de la Pastoral Social – Año Jubilar Diocesano

 

escudo_armendarizQueridos hermanos y hermanas: saludo con especial afecto, a mis hermanos sacerdotes, al Sr. Cura. Pbro. Mario Sánchez, a los padres vicarios, y a los sacerdotes que nos acompañan.

Con gran alegría celebramos hoy a San José, y en esta fiesta quiero invitarlos a mirar más allá de la imagen y sobre todo contemplar el ejemplo de vida que los santos para nosotros son, su acción, su conducta, sus virtudes.

Por eso hoy al celebrar a San José quisiera destacar en el marco del “Año de la Fe”, su testimonio de fe. El Papa Benedicto nos ha invitado a celebrarlo con el deseo de profundizar, vivir una experiencia de encuentro con Cristo cada vez mayor, con el deseo de que nuestra fe no sea una fe débil, sino y una fe sólida y como es un regalo de Dios, la necesidad de pedirla pero al mismo tiempo de abrir el corazón para acoger este don, este de nuestra parte con una apertura total y también trabando en una vida espiritual, personal y comunitaria, sobre todo sustentada, alimenta con la palabra de Dios, con la Eucaristía, con la devoción a María Santísima.

Sin duda el ser humano, a veces duda, como lo hizo el mismo José cuando él no entendía, no entendía los plantes de Dios, él tenía un plan, sin embargo ahora Dios se lo cambia totalmente. Ahora Dios le dice a través del ángel que va a ser el custodio de su Hijo, del Hijo de Dios. Creo que es legítimo en algún momento dado sentir la incertidumbre, sin embargo es válido y sobre todo meritorio llegar en un momento a reconocer que no estamos solos, que el guía mi vida es Cristo, que el que orienta mis pasos es el Señor que me lleva de la mano y va conduciendo y todos hasta el más preparado que haya profundizado mucho en la doctrina de la Iglesia, necesita de esa conjunción de su vida con el Señor.

El que camina solo se pierde se desvía, encuentra otros caminos que ciertamente son su voluntad y no la voluntad de Dios, por eso sin duda en la vida de san José la oración y el estar abierto al dialogo con Dios fue fundamental, por eso escucha a Dios.

El que vaga en su oración, el que deja la oración no tiene la capacidad para escuchar lo que Dios le pide, porque se llena de tantas cosas y tantos ruidos que no le da el tiempo, ni el silencio necesario para escuchar a Dios y estarle diciendo como José, si Señor hágase tu voluntad. La Virgen María tampoco improvisó su sí, sino que era una mujer de permanente oración.

Hoy al celebrar el inicio del pontificado de su santidad el Papa, recordamos al Cardenal que entro con sus planes, el Cardenal argentino que entró con sus planes al conclave y según él con plena seguridad por su edad 76 años, que él no tenía ninguna posibilidad de ser elegido. Y ciertamente continuaba sus planes a corto y a largo plazo, sin duda la conducción de una Arquidiócesis, de una Diócesis genera una actividad permanente y también necesita avizorar de manera prospectiva los planes para conducirla y para prestar un servicio, y sin duda el Cardenal tenía los suyos, sin embargo Dios le cambio esos planes.

Y ciertamente admiramos y nos edifica el que quizás a una edad en la cual muchas personas se han retirado de un trabajo por las limitaciones que se tienen, él diga que si, como lo digo su santidad Benedicto XVI, ahora el Papa Francisco nos edifica también, con su disponibilidad total, sin decir estoy cansado, sin decir quizás no pueda, sino simplemente decirle Señor estoy en tus manos.

Hoy los ejemplos de vida creo que se pueden multiplicar, pero centremos nuestra mirada en San José, de tal manera que cada uno de nosotros tengamos la posibilidad de meditar en sus propios planes, cuál es mi plan, si es el mío o mi plan es el plan de Dios, si mi vida como me este yendo en este momento es el plan de Dios.

Yo los invito a que un momento de oración le digamos al Señor que queremos estar en sus manos. Pongamos en sus manos también a todos aquellos que viven con nosotros, que conviven germanamente, incluso aquellos que han abandonado los caminos del Señor, pidamos unos por nosotros para que el Señor nos de la sabiduría, la luz necesaria y el espíritu de oración permanente para estar abiertos a lo que Dios nos pide.

Y en su momento aunque nos cueste sacrificio, aunque nos cueste decirle que sí, los invito a que en el silencio de nuestro corazón, le digamos al Señor que queremos seguir sus pasos, aunque sea necesario cambiar de rumbo, aunque sea necesario dejar todo eso que traemos como lastre en nuestra vida, aunque sea necesario quizás experimentar el dolor porque tenemos que arrancar eso que no es de Dios, que traemos ahí en lo profundo de nuestro corazón.

Que el Señor nos ayude a cada uno de nosotros, la Santísima Virgen María y San José, intercedan por las familias de esta comunidad, intercedan para que cada uno tengamos la valentía de decirle, sí, quiero hacer tu voluntad. En un momento de oración se lo decimos al Señor.

† Faustino Armendáriz Jiménez
Obispo de Querétaro