HOMILÍA EN LA MISA DE LA SOLEMNE VIGILIA PASCUAL, «LA PASCUA ES LA FIESTA DE LA NUEVA CREACIÓN».

 LA PASCUA

ES LA FIESTA DE LA NUEVA CREACIÓN.

Para ponerle fundamento a la esperanza en tiempos difíciles

Homilía en la misa de la Solemne Vigilia Pascual, en la Santa Iglesia Catedral de Querétaro, Qro., a 3 de abril de 2021. Año Jubilar de san José y de la Familia .

Hermanas y hermanos en nuestra fe católica.

  1. Comenzamos las fiestas de Pascua con un impresionante mundo de signos y palabras, que vienen a dar colorido e identidad a la Nueva Creación causada por el crucificado que ha resucitado. La cincuentena pascual, que incluye una semana de domingos y una semana de semanas, simboliza también el camino que todos recorremos en la vida. Sobre esto les comparto tres sencillas reflexiones.

 

  1. Primera reflexión: El Cirio. La luz para ir a Galilea al encuentro y el seguimiento con el resucitado.

Hemos iniciado ésta hermosa celebración, encendiendo el fuego nuevo, escuchando el relato de “La primera creación” y hemos terminado la liturgia de la palabra escuchando el evangelio que narra La Nueva creación.

La primera y la Nueva creación comienzan con la luz. “Al principio todo era caos, todo era confusión y no había nada sobre la tierra. Entonces Dios dijo: Que haya luz, y hubo luz” (Cfr. Gn. 1, 1-4). Éste fue el primer día de la semana de la primera creación. En el evangelio que narra el comienzo de la Nueva creación, el sol de justicia es Jesucristo, el hombre nuevo que sale del sepulcro como luz del mundo y vencedor de las tinieblas y la muerte. Por eso hemos empezado bendiciendo el fuego nuevo, encendiendo el cirio pascual y luego los cirios de todos los fieles cristianos, porque en Cristo resucitado se ha encendido nuestra propia existencia.

 

  1. Lo que caracteriza la Pascua es lo nuevo. Por eso precisamente, ante la situación que estamos viviendo, llena de epidemias y pandemias en donde todo parece caos y confusión, ¿no les parece que es urgente demostrar que somos los nuevos habitantes de esta nueva creación? ¿No les parece que lo que el mundo está esperando de nosotros los cristianos, es que le reflejemos constantemente ese hombre nuevo al cual aspira la humanidad entera? ¿No les parece que estos sueños enarbolan la esperanza de miles de hombres y mujeres en tiempos de tanto sufrimiento? Dentro de unos momentos vamos a renunciar a Satanás, y vamos a renovar las promesas bautismales, éste será el momento para actualizar que la luz está en nosotros y que estamos llamados a ser luz para los demás.

El cirio que recibimos el día que nacimos del agua y el Espíritu por el sacramento del bautismo, es la luz para ir a Galilea al encuentro y luego al seguimiento, con el resucitado.

 

  1. Segunda reflexión: Galilea, el lugar donde está la esperanza de que otro mundo es posible con Jesucristo a la cabeza.

El lugar donde se experimenta la resurrección no es el sepulcro sino Galilea. El sepulcro está vacío, no sirve como lugar de encuentro; nada de Jesús ha quedado en él, para encontrarnos con Él hay que salir. No podemos quedarnos parados, Galilea es el lugar donde Jesús luchó por el Reino. Allá nos precede, y va delante de nosotros, allá nos espera para darnos el saludo de la paz y acompañamos en el camino que Él recorrió primero. Todo dependerá de nuestra movilización a ese lugar de encuentro y a ese punto de partida. Allí comienza el plan para resucitar.

Al resucitado no se le encuentra en el pasado concluido sino en el futuro inédito; no en la contemplación de un muerto sino en el seguimiento y en el camino de la vida.

Galilea es el lugar donde Jesús inició el camino que lo llevó a la muerte y la resurrección, por esto, éste es el camino de todos los que toman la decisión de ser sus discípulos. Galilea es la región pobre y gentil que habita en las tinieblas. Es el lugar donde están los enfermos, los heridos y quienes los cuidan. Ahí es donde hay que ir si uno quiere ver al resucitado.

Tanto ayer como hoy no todos los lugares son aptos para encontrarse con Jesús. No lo olvidemos hermanas y hermanos, Galilea es el lugar donde está la esperanza de que otro mundo es posible con Jesucristo a la cabeza.

 

  1. Tercera reflexión: La fiesta. La Alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús.

Por eso celebrar la Pascua, es entender la vida de manera diferente, es descubrir que el resucitado está allí en medio de nosotros sosteniendo siempre todo lo bueno, lo bello, y lo limpio que florece en nosotros. Es estar plenamente convencidos de que la vida, aunque la corten, brota por todos lados. Por eso, celebrar la Pascua es creer que ningún ser humano vive olvidado, que ninguna queja cae en el vacío, que ningún grito deja de ser escuchado. Las fiestas pascuales son las fiestas de todos los que nos sabemos mortales, pero que hemos descubierto en Jesús resucitado la esperanza de una vida nueva y plena.

Que la Virgen, nuestra Señora, en cuyo corazón silencioso y pobre nació la Iglesia, haga que esta noche nazca de nuevo la Iglesia en nosotros, una Iglesia pascual, y que la irradiemos generosamente a la humanidad. Que así sea.

 

+ Fidencio López Plaza

X Obispo de Querétaro