FIESTA PATRONAL, PARROQUIA SAN JUAN PABLO II,  Cerro Gordo, SJR. Qro.

Cerró Gordo San Juan del Río, Qro. 22 de  Octubre de 2016.

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 La tarde del 22 de Octubre de 2016,  la comunidad  parroquial  de San Juan Pablo II, ubicada en Cerro Gordo, SJR. Recibió la visita de  Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, Obispo de  nuestra Diócesis de Querétaro, quien con motivo de la fiesta patronal de la Parroquia, Presidió la Sagrada Eucaristía en la cual   48 niños, 38 niñas y 10 adolescentes y adultos recibieron el Sacramento de la Confirmación,  el Sr. Cura, el  Pbro. Jorge Valencia García, Concelebro la Santa Misa y presento  al Sr. Obispo a   este grupo de hermanos nuestros , quienes después de haber sido preparados con las catequesis adecuadas, recibieron el don del Espíritu Santo, de manos de  nuestro Pastor Diocesano. Mons. Faustino,  inició  la celebración diciendo:

 “Saludo a esta Comunidad de San Juan Pablo II, de resiente testimonio del Papa Juan Pablo y nos seguimos alegrando  de haberlo visto a través de los medios de comunicación a través quizás de un encuentro con él, en alguna de las múltiples ocasiones  que estuvo aquí en nuestra patria, y siempre el buen sabor de boca que dejaba, su mensaje nos invitaba a la reflexión y a ser  mejores, en síntesis, lo que quería él era transmitir la Palabra de Dios   y que nosotros pudiésemos reaccionar para poder realmente  vivir una vida cristiana digna de lo que es un hijo de Dios.

 Y de manera permanente, él acudía sin duda a la Palabra de Dios para orientarnos,   y en cuantas  ocasiones nos dijo: “No tengan miedo, de abrir las  puertas a Cristo”, ábranle las puertas de su corazón, ábrele las  puertas de su hogar, y ciertamente  la fe que él nos compartía, es fruto  de lo que él aprendió en su casa,  con sus papás, porque  al final de cuentas los hijos son lo que son los papás, y si es una familia unida, integrada lógicamente se fortalece mucho más  ese testimonio.

Por eso en nuestro tiempo, en donde la familia es tan atacada tenemos que defenderla, el papá, la mamá, los hijos; y también luchar para que  siempre estén los dos juntos,  en un tiempo en el cual quizás el divorcio ya es cosa de  todos los días, se entiende que cuando se  unió una pareja lo hizo por amor y este amor es el que defendía el papa Juan Pablo II;   por eso se ha  llamado “el Papa de las familias”,  porque siempre impulso la comunión,  la  unidad, la unión  de pareja,  de tal manera que,  se evitara con la educación de los papás, que hubiera incluso  mamás solas con sus hijos.

Hoy más que nunca es importante,  pues esta tarea de los papás de educar a los hijos, con su testimonio  y un buen ejemplo, que siempre implicara sacrificio,  porque el ser cada día mejor  es una lucha  sobre todo contra nosotros mismos.

 En estos días en que hemos tenido la oportunidad de visitar el  pueblo donde nació el Papa Juan Pablo II, miramos la religiosidad de ese pueblo y en general de todo un país,  donde a todas horas hay personas  en el templo, delante del sagrario, con una  devoción que testimonia ese amor a Jesús Eucaristía,  no necesita ser domingo para que los templos estén sino llenos por lo menos con  un número importante de gente, no necesita haber un acto importante  eucarístico para que los jóvenes  increíblemente estén delante del Sagrario haciendo una visita al Santísimo  y en esos origines  y en ese sustrato religioso nació este Santo,   San  Juan Pablo II.

Nuestro país, es calificado como un país religioso, un país católico, pero siempre será bueno que revisemos  ¿qué tan católicos somos? y ser católico no se califica por las  veces que vas a Misa, sino por el amor que le tienes a Dios y a la iglesia y se traduce en las obras de todos los días, de la vida cotidiana.

Hermanos,  todos podemos recorrer esta camino de la santidad, y creo que siempre habrá una oportunidad, para hacerla,  para vivirla, y la clave está  en la familia; por eso, pidamos a Dios  por intercesión de San Juan Pablo II,   por nuestras familias, para que cada  vez sean más unidas, para que cada vez se ore más en las familias,  que no tengamos vergüenza de orar juntos, un Padre Nuestro, un Ave María al anochecer, al levantarnos, que no tengamos vergüenza de bendecir los alimentos antes de tomarlos, que nos acordemos de Dios  en familia.

Que el Papa de las familias siga bendiciendo esta comunidad y que aceptemos  el reto de  que hoy nos presenta la Palabra de Dios, aquel hortelano quiere cortar de tajo la higuera porque no da frutos, ¿se lo merecía? –Probablemente sí-, sin embargo se pide una prorroga,  déjala a ver si el año que entra da frutos.

Hermanos, Dios nos da una oportunidad siempre,  no dejemos que pasen  tantas cuaresmas donde  hacemos propósitos, tantos días donde  queremos ser mejores, y  que tanto son los  frutos que damos, Dios nos ha dado muchas oportunidades. Si Dios en este momento te recogiera  y nos dijera hasta aquí vas a vivir ¿Qué traerías en tus manos? Para presentarle a nivel personal y a nivel familiar.

Que el Señor nos dé una nueva oportunidad siempre y que nosotros también  tengamos la valentía de aprovecharla. Y que a lo largo del caminar de esta comunidad en su formación, en la realización de la misión, en el impulso de la aprobación de las vocaciones sacerdotales  y religiosas como muy bien lo hacen, en la  atención  a los enfermos, en la preparación para celebrar la vida litúrgica en la formación de  las familias de los jóvenes, de los niños, pidamos siempre la intercesión  de San Juan Pablo II, que tanto amo a los jóvenes y a las familias, para que nuestro pueblo de México y nuestra comunidad  crezca en su religiosidad, crezca en su amor a Dios, crezca en su amor a la Eucaristía.

San Juan Pablo II siga bendiciendo y de manera especial bendiga estos niños y jóvenes que hoy al invocar la presencia del Espíritu Santo lo reciben en su corazón para ser  mejores cristianos. Que la Santísima Virgen María, que está atenta a nuestras necesidades, nos socorra como buena Madre,  nos ayude a guiarnos por el  camino del bien a todos. Cada uno haga su examen de conciencia y pídale en oración desde el fondo de su corazón, que es lo que más necesita y sin duda la Virgen te socorrerá”. Que, Así Sea.

Al término de la celebración,  Mons. Faustino,  impartió la bendición sobre toda  la asamblea, encomendó a todos bajo la intercesión de San Juan Pablo II,  la  Protección amorosa y maternal de la Siempre Virgen María, y  agradeció las muestras de cariño recibidas  por parte de la comunidad  en esta visita.