FIESTA PATRONAL: Parroquia Nuestra Señora del Rosario, del Rayo.

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Col. Cimatario,  Santiago de Querétaro, Qro 9 de Octubre de 2016.

 La tarde del día 9 de octubre de 2016, El Excmo. Sr. Obispo Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, visitó la comunidad parroquial de  Nuestra Señora  Del Rosario, Del Rayo, ubicada en la Col. Cimatario,  para presidir la Sagrada Eucaristía, de Acción de Gracias, en honor a Nuestra Señora  Del Rosario; durante la celebración, un grupo de 21 confirmandos, compuesto por   jóvenes y adolescentes, quienes después de haber recibido una adecuada  preparación, fueron presentados, al Sr. Obispo,  por   el Pbro.  Salvador Rincón Frías, Sr. Cura de esta comunidad, para recibir, de manos de   Mons.  Faustino, el Sacramento de la Confirmación. Al inicio de la celebración, nuestro Pastor Diocesano, externó:

“Al  Celebrar esta fiesta del Santo Rosario, nos congregamos con fe, renovando nuestra consagración a María y renovando nuestra  consagración a Dios. Hoy, le pedimos al Señor por todas la familias de esta comunidad, sabiendo que todas  tenemos necesidad de su  presencia, dejémoslo entrar a la familia, que él, vaya conduciendo la vida de la familia. Oremos también,  por todos  los enfermos que tenemos en nuestros hogares y que conocemos, para que el Señor les de la salud». Ya en la homilía Mons. Faustino, expresó:

Saludo al  Sr. Cura de esta comunidad Parroquial, al Padre Carlos,  y a cada uno de los catequistas, que tanto hacen por nuestros niños, por nuestros adolescente y jóvenes, al compartir su fe, al compartir su tiempo y organizar una tarea,  que Dios la  agradece y, sin duda que bendice. Por eso, gracias y, no se les olviden a los papás agradecerles, a ellas y ellos, de tal manera, que ellos se sientan  animados a seguir adelante.

Saludo a esta comunidad que tiene como  su Patrona Nuestra Señora la Virgen María del Santo Rosario, en este día  que celebran su fiesta, es una oportunidad para renovar  el compromiso en la oración,  que ella, en sus manos, nos muestran  el Santo Rosario. Ojala nosotros siempre traigamos en nuestra bolsa, esta arma poderosa de  salvación, de purificación. Que nos ayuda a ahuyentar, todo aquello,  que de maldad pueda poner el enemigo en nuestro corazón.  Por eso, siéntanse privilegiados por el honor de tener a Nuestra Señora del Rosario, como quien va orientando la vida de las familias,  la vida de los niños,  la vida de los Agentes de Pastoral.

 Hoy al invocar la presencia del Espíritu Santo sobre estos adolescentes y jóvenes  que van a ser Confirmados, le decimos a Dios, que les de ese Espíritu de más plenitud  que ya recibieron en su Bautismo y que todos hemos recibido en su momento y, que  al recibirlo, Dios  pone en nuestras manos una gran responsabilidad; ser testigos de su amor en la realidad donde estamos viviendo, y eso, nos ayuda a pensar ¿que  hemos hecho?  El Espíritu Santo ¡lo tenemos! la fuerza de  Dios está en nosotros, la posibilidad de vivir en gracia,  permanentemente que nos la da el Señor. Porque,  podemos estar reconciliándonos constantemente con El y nosotros después de tanto que nos da el Señor  como se los da a  estos jóvenes el día de hoy, el máximo regalo  del Espíritu Santo ¿Qué le damos a Dios? ¿Qué  tan agradecidos somos con Dios? y nos  invita a pensar esta actitud  de gratitud, 

El evangelio que hemos escuchado y también, en la Primea Lectura,  nosotros podemos contemplar como hace maravillas Dios,  en la vida del hombre y, no hay  ninguna diferencia, en los tiempos de Naamán, el Cirio. Que ante el profeta Eliseo, pide la salud para su cuerpo que está sufriendo por la lepra, aquel hombre de Dios, invoca  al Señor y le pide que obedezca aquello que  le dice y sin duda el milagro de la sanación se realizara, y así sucede, Naamán aquel   general  Asirio con tanto poder, con tanta  riqueza  quiere su sanación total,  y al final el Señor lo sana.

 Y a él lo único que se le ocurre es retribuirle a Dios,  a través de  Eliseo, con su riqueza, con su dinero,  porque no logra entender que los dones de Dios son gratuitos, porque no logra entender que lo único que tiene que hacer es reconocer a Dios,  como su Señor;  y, al  final, sin duda, la catequesis del profeta Eliseo  le ayuda,  porque pide tierra para llevar a su país, y poder hacerle  el altar al único Dios, al único Dios  que lo ha sanado.  Sin duda Naamán en ese ambiente  politeísta adoraba  a muchos dioses, pero ahora que ha tenido su experiencia de encuentro con Dios  sabe quién es su señor.

Hermanos, nuestra vida está llena de experiencia y de oportunidades para  encontrarnos con Dios, después de todo lo que Dios ha hecho por ti; como darnos los sacramentos, nosotros como le retribuimos a Dios.  ¡Qué bueno que con una manda!, ¡qué bueno que encendiéndole una vela! Si es un detalle.

Sin embargo, lo que más quiere Dios, es Nuestro corazón. -De verdad- ¿de corazón le damos gracias? Y, darle gracias no significa de labios para afuera, sino decirle, “Señor guía mi vida”.

Creo que sin duda, en el Evangelio, Jesús pasa por el camino  y los leprosos sin acercarse a nadie le gritan desde lejos, y Jesús los escucha y Jesús los sana, sin tantas complicaciones “vayan y preséntense en el  templo y quedaran sanos”, es todo lo que tienen que hacer, ir al templo.

 Hoy nos envía Jesús, vayan al sagrario, vayan y  póstrense allí, allí estoy yo, permanentemente. Aquellos leprosos, experimentaron la sanación en el camino, en el camino obedeciendo, teniendo fe, en el camino creyéndole a Jesús.

Hermanos, cada uno de nosotros, tenemos seguramente de que ser sanados, tenemos muchas lepras, las lepras de nuestra historia, y las lepras de nuestro presente ¿qué es lo que tiene que sanar Jesús? Y, sin duda, el Señor, en el camino de la vida, como a  aquellos diez leprosos, puede sanarnos si nosotros  queremos, si nosotros le obedecemos; porque al final,  la fe es obedecerle a él, la fe es hacer su voluntad, como María.

La sanación se dará,  pero, creo que el Señor también les pide, cuando les dice: “¿Qué no eran diez leprosos y solo uno ha regresado?» Seamos de esos nueve, que se acercan al Señor y hagámoslo permanentemente; porque  el Señor  permanentemente derrama su vida, su salud en nuestra vida, en nuestros corazones. ¿Cómo  se puede percibir que realmente somos agradecidos? –Con nuestra propia vivencia y experiencia de nuestra vida cristiana-, es muy fácil ser católico de nombre, pero, no lo es tanto, cuando nos comprometemos con el Señor.

 Hoy, más que  nunca, Dios necesita de su Iglesia y, Dios necesita de ti, para  defender la familia, para defender la vida, para defender con coherencia en la fe el matrimonio; Dios  necesita de ti, para defender, de todas esas cosas, que sin duda el pecado nos arrastra a desviarnos del camino de la vida cristiana. Y. especialmente, necesita de ustedes padres de familia, que ha puesto en sus manos la gran  responsabilidad de orientar el destino de sus hijos, con su ayuda.

Que seamos agradecidos con el Señor y que tengamos la valentía de  detenernos en el camino para devolvernos a agradecer. Dios nos quiere sanos, una iglesia que cada vez crezca en ese dinamismo para comunicar a otros esta  buena noticia, la noticia que se ha proclamado en el Evangelio.

Le pido a Dios que esta comunidad de nuestra Señora del Rosario, sea un modelo en el amor a María, sea un modelo en la oración del Santo Rosario, y desde allí, sean también, aquellos que promuevan la misión de Jesús, el hijo de  Dios; aquellos, que como discípulos misioneros, tengan la  valentía de salir, gracias a los y las catequistas y a todos los agentes  de pastoral que han entendido esta orientación misionera de nuestra  Diócesis de Querétaro, así lo queremos seguir impulsando, así lo queremos seguir alentando, para que sea una Diócesis misionera.

Que el Señor nos ayude y que Santísima Virgen María, sea para nosotros la inspiración y, el  Santo Rosario nuestra arma, el arma de las  familias para seguir adelante». Que, Así Sea.

Al término de la celebración Mons. Faustino,  felicitó a los confirmandos e  impartió la bendición  sobre todos los presentes.