FIESTA PATRONAL,  NTRA. SRA. DEL REFUGIO, TIERRA BLANCA, GTO.

Tierra Blanca, Gto. 4 de Julio de 2018.

Del 04 de julio de 2018,  se llevaron a cabo los preparativos para la  festividad en honor a la Virgen de la Refugio, en la Comunidad del Refugio, ubicada en Tierra Blanca, Gto.    Y perteneciente a  la Parroquia de Santo Tomas Apóstol, del Decanato de Nuestra Sra. De los Remedios, en la Sierra de Gto.,  esta celebración   también fue  con motivo del 482 Aniversario de la fundación del Municipio de Tierra Blanca,  Gto. Mons. Faustino Armendáriz Jiménez,  IX Obispo de Querétaro, presidió la Solemne celebración Eucarística, concelebraron  esta Santa Misa, el Pbro. José Hernández Pérez,  Pbro. José Luis López Gutiérrez,  Pbro. Francisco Javier Ávila Benítez y el Sr. Cura, Pbro.  Leodegario Sergio  Ramírez González. En su homilía Mons. Faustino, expresó:

 “Saludo a  las Autoridades Civiles, a todos los Agentes de Pastoral, Miembros de Comité, Mayordomías. Los Agentes de Pastoral que tanto impulsan la vida espiritual y también de evangelización de esta comunidad y de todas aquellas comunidades que pertenecen a esta parroquia.

Sin duda participar siempre en esta procesión y en esta celebración es motivo de fortalecimiento de nuestra fe para todos nosotros. Por qué,  en ello encontramos no solamente una tradición, una historia;  sino encontramos,  a quien es el centro, que es Dios, que es Jesucristo; pero también,  una oportunidad  para elevar un reconocimiento,  a quien es modelo de nuestra vida; como creyentes que somos a la Santísima Virgen María.

Hoy en su advocación de Nuestra Señora del Refugio de Pecadores,  veo,  que sin duda,  algunas comunidades,  también tienen este patronazgo de Nuestra Señora del Refugio.  Y hoy es bueno considerar este título, porque nos ayuda a comprender porque ella nos ama tanto, cuando se habla de Nuestra Señora del Refugio de Pecadores,  todos entendemos lo que es precisamente el refugiarse en algo o en alguien. Un refugio es un lugar donde podemos custodiar nuestra integridad, nuestra vida. Un refugio es un lugar también donde podemos tener la seguridad de estar bien.

Y en María,  podemos también tener la seguridad de que cuando la tenemos a ella en nuestra vida, cuando tenemos una relación permanente e incluso íntima con la Virgen,  a través de las alabanzas hacia ella y siempre que alabamos a María,  esas alabanzas son para su Hijo; para Jesucristo, a través de ese dialogo podemos poco a poco ir familiarizándonos con ella.

Sé, que desde una fe sencilla,  sé que quien es más pobre, quien es más humilde tiene una especial relación;  porque expresa su necesidad de todos los días a la Santísima Virgen María, necesidad ¡sí! material, pero también necesidad espiritual;  por eso de pecadores, porque creo que todos nos sentimos incluidos en este refugio que es María, es decir, nos sentimos incluidos para que ella nos ayude a salir de nuestra situación,  que a veces no son las que concuerdan más con el pensamiento de Dios.  Y precisamente hoy escuchábamos en la primera lectura de un Profeta,  donde nos narra la diferencia enorme que hay entre la fe que se pueda tener y las obras de todo los días.

Es muy fácil decir ¡Señor!, ¡Señor! ya lo decía Jesús, sin embargo,  no lo es tanto, cumplirle a Dios y por eso el Profeta,  haciéndose la boca de Dios,  habla de que Dios no acepta las oraciones, los canticos, las danzas cuando: la persona es injusta, cuando la persona odia, cuando la persona tiene división para con los demás, cuando la persona no hace la voluntad de Dios. No es Dios,  el que se aleja de nosotros,  para el profeta;  por eso, el mismo claramente dice: “Hagan las cosas bien y vivirán mejor”.

Y eso, como palabra de Dios, nos da un elemento fundamental para que nosotros lo asúmanos en nuestra vida diaria ¡Hagan las cosas bien y vivirán!, vivirán seguros porque Dios caminara con ustedes; porque Dios camina con el justo, ¿Qué es lo que quiere Dios? Dios ¿quiere una fe aparente nada más? ¡No! Dice, el profeta.  Dios lo que quiere, es que surjan manantiales de justicia, esto significa que estemos bien con los demás, que seamos justos, que seamos prudentes, que tengamos mansedumbre con los demás y que de ninguna manera nosotros vivamos una relación soberbia, una relación violenta, una relación donde nuestra actitud, nuestro carácter,  nuestras adicciones puedan llegar a ofender al hermano.

El Señor, -dice el profeta- “prefiere la justicia, a mil celebraciones”, pero cuando nosotros practicamos la justicia, la hermandad, la fraternidad y lo celebramos, eso es lo que quiere Dios.

Cuando vengamos delante de Dios, delante de la Virgen tenemos que traer las manos llenas, por eso el Señor, siempre insistirá en que seamos  coherentes, es decir, que estén de acuerdo nuestra fe, nuestras expresiones de fe, con lo que hacemos en la vida de todos los días, y esto nos da una oportunidad para hacer un examen de conciencia.  

Una fiesta patronal siempre es una oportunidad de fraternizar, de convocarnos y unirnos como una familia. Siempre yo creo que tenemos que hacer la lucha para que una familia no viva de las apariencias, es decir, que haya una verdadera actitud de vivir bien.  -como dice, el Apóstol-  es decir, tiene nuestro comportamiento y conducta en relación primero, al interno de nuestra familia y en segundo lugar, en la relación con todos los demás.

Hoy creo, que la invitación de la Palabra de Dios, es hacer un esfuerzo, un esfuerzo por vivir según la voluntad de Dios;  en el salmo responsorial, cantábamos ese hermoso canto diciendo: ¡Dios salva, al que hace su voluntad!, ¡Dios salva, al que hace su voluntad! Y la voluntad de Dios es la unidad, como nos lo pedía el evangelio, siempre que hay divisiones, no es Dios ese que está ahí, con esa familia, en esa comunidad, siempre que hay actitudes adversas para con un hermano, no es Dios el que se hace presente, el maligno de mil maneras quisiera dividirnos. 

Por eso, Jesús siempre expulsa aquellos demonios, que pueda traer un endemoniado, pero no solamente, según el evangelio puede traer el maligno alguien que sea considerado un poseso del demonio, sino que, lo podemos traer cualquiera de nosotros, cuando nuestras actitudes, no son aquellas actitudes que nos orienten a la salvación que puedan agradar a Dios.

 Hoy pues digámosle al Señor, que como aquellos dos hombres llenos del maligno en su corazón y que los libero y  los echo en aquella piara de puercos;  así también, nosotros seamos liberados de cualquier cosa que nos atormente, de cualquier situación que nos haga vivir con amargura, de cualquier actitud que nos haga estar mal con nuestros hermanos.

Eso no quiere decir, que en un  instante vamos a resolver los problemas, necesitamos agarrarnos de Dios y encontraremos el camino y el proceso para ir sanando nuestro corazón, para irnos liberando, pero nunca olvidemos que Dios es el Médico, Dios es el que sana, Dios es el que sana.

 Que sea para esta comunidad, un consuelo tener en el centro de su comunidad a la  Santísima Virgen María, que es su refugio;  que ella los vaya conduciendo, poco a poco, hacia su hijo Jesús, ¡que tengo una contrariedad con un vecino!, ¡que ella me conduzca!, ¡que tengo una adicción! Qué me destruye y destruye a mi familia, ¡Que ella me conduzca!, ¡que soy envidioso!, ¡que soy soberbio! ¡Que ella, me conduzca hacia su hijo Jesucristo!.

Porque es posible, sobre todo cuando admiramos a alguien y vemos su conducta, nos damos cuenta de que es posible vivir de una manera diferente, y quién es diferente y modelo para nosotros es Cristo y la Santísima Virgen María.  

Pues que el Señor, les bendiga y  les felicito a todos, porque ustedes tienen en el centro de comunidad, a Nuestra Madre y a su Madre la Santísima, la  Virgen María,  quien intercede por todos nosotros y por nuestras familias”. Concluyó el Pastor Diocesano.

Fuente: Equipo de Comunicaciones Decanato Nuestra Señora de los Remedios