FIESTA DE LA SANTA CRUZ Y TOMA DE POSESIÓN DE OFICIOS.

 Templo de la Santa Cruz, Querétaro, Qro. 3 de mayo del 2021

Con especial devoción se vivió la celebración Eucarística en honor a la Santa Cruz y en la cual tomaron posesión de su nuevo oficio el  Pbro. Saúl Ragoitia Vega (Vicario Episcopal para la vida Consagrada), Pbro. Luis Salas Herrera (Asistente Diocesano de Renovación Carismática) Pbro. Miguel Zarazúa Vírula (Responsable Diocesano de los Ministros Extraordinarios de la Comunión).

Fue en punto 6 pm cuando Mons. Fidencio López Plaza, Obispo de la Diócesis de Querétaro, inició la Santa Misa participando como concelebrantes los Presbíteros antes mencionados, Fray Antonio Miranda Arroyo, Guardián del Templo de la Santa Cruz, así como Mons. Sacramento Arias Montoya, Vicario General, entre otros.

En la homilía, el Obispo Diocesano dijo: “Saludo a mis hermanos sacerdotes, a mis hermanas y hermanos de vida consagrada y a todos ustedes fieles laicos que presencialmente y  virtualmente nos acompañan en esta hermosa celebración, – la paz esté con todos ustedes,-y con tu espíritu, estamos en uno de los lugares qué más nos identifican como cristianos y como ciudadanos,  según la leyenda en medio  de aquella lucha ocurrida  el 25 de  julio1531,  aquí nuestros hermanos  chichimecas  al ver la aparición de la Santa Cruz y de Santiago apóstol en el cielo, intuyeron que esos signos celestiales les estaban indicando el camino que conduce a la paz verdadera y duradera, como símbolo de este acontecimiento y sustento de una larga tradición que sobrevive por más de tres siglos nos ha permanecido este hermoso templo y este hermoso convento de la Santa Cruz de los Milagros.

Aquí providencialmente se apareció por primera vez la vida consagrada, desde aquí se irradia la animación de la renovación carismática a toda la ciudad y a otras partes de la diócesis y desde aquí también surgen muchos ministerios, por eso es providencial que en este día, en este lugar y a estas horas, estemos también dando el nombramiento que ustedes ya han escuchado.

 Hemos llegado pues a este lugar para reconocernos   como cristianos, y para reconocernos también como diocesanos y en este momento le ratificó el nombramiento al Lic. Saúl Ragoitia Vega presbítero, como Vicario Episcopal para la Vida Consagrada, al Pbro. Lic.  Luis Salas Herrera, como Asistente Diocesano del Movimiento de Renovación Carismática Católica en el Espíritu Santo en la Diócesis de Querétaro y al Pbro. Lic. Miguel Zarazúa  Vírula, como Responsable  Diocesano de los Ministros Extraordinarios de la Comunión.  Desde ese lugar entendemos mejor el alcance de la responsabilidad y la tradición misionera  del servicio que Dios  les confía.

 Dios los envía, padres y Dios nos envía a todos como sus servidores para que nadie perezca, por eso ha querido compartir nuestra vida y nuestra muerte hasta el extremo el evangelio de San Juan. lo afirma en estas hermosas palabras: » tanto amó Dios al mundo qué le entregó a su hijo único, para que todo el que crea en él, no perezca, sino que tenga vida eterna»

 La Santa Cruz de los Milagros,  es el signo por el cual se nos revela el amor increíble de Dios, ya nada, ni nadie nos podrá separar de él, si Dios sufre la cruz no es porque ame  el sufrimiento, sino porque no quiere que ninguno de sus hijos sufra, si Dios muere en la cruz no es porque me los entienda, sino porque quiere y la busca para todos, sobre todo para los más olvidados y humillado, si Dios agoniza en la cruz, no es porque desprecia la vida, sino porque la ama tanto que sólo busca  que la disfrutemos todos, un día en la plenitud.

 Por eso la Santa Cruz, La cruz de Cristo la entienden todos los crucificados, los que han pasado por la cruz de la pandemia y ya no han logrado sobrevivir, los peones y los albañiles que han encontrado en ella en fortaleza en sus trabajos, los que sufren impotentes la humillación, el desprecio y la injusticia, o los que viven necesitados de amor, alegría y vida, ellos celebran hoy la exaltación del amor, no como una fiesta del dolor y muerte, sino como un misterio de amor y de vida.

 Por eso, los cristianos católicos exaltamos el amor de Dios, manifestado hasta el extremo en la Santa Cruz, no exaltamos el sufrimiento ni la muerte, exaltamos el amor la cercanía de Dios y la solidaridad con Dios que ha querido compartir nuestra vida y nuestra muerte hasta el fondo, nuestro sufrimiento exalta el amor de Dios que se solidariza en la victoria dolorosa, por los hombres y mujeres, no es la sangre la que en realidad purifica, sino el amor infinito de Dios, que nos acoge como sus hijos,  por eso, ser fiel al crucificado no es masoquismo al sufrimiento, si no saber acercarse a los que sufren, solidarizarse, tocarles, ayudarles hasta las últimas consecuencias.

Sin embargo padre Saúl, padre Luis, padre Miguel,  hermanos todos la esperanza que no defrauda es, la que alienta nuestros corazones a una vida justificada,  vivida con el mismo espíritu del amor, fraternidad y solidaridad con la que la vivió Jesús,  sólo esperan  la resurrección, quizá las cruces que nuestros antepasados ​​levantaron en estas tierras, las cruces que siempre encontramos en nuestros caminos y las cruces que se levantan en nuestros cerros y montañas apuntando al cielo, son y serán hoy y siempre una proclamación de la expresión del amor de Dios desde el púlpito sagrados de la Santa Cruz.

Que nuestra querida madre la Virgen María, que nuestro querido padre señor San José, que el buen pastor nos cuide nos acompañe. Que así sea”. Concluyó

Una vez terminada la celebración Eucarística, el Señor Obispo, encomendó al pueblo de Dios bajo la bendición de la Santa Cruz, se entonó la Regina Coeli, a la Santísima Virgen de El Pueblito, a la cual encomendamos a los sacerdotes que han asumido un nuevo servicio en la iglesia, para que haya abundantes frutos de santidad.