Editorial: 150 Años del Seminario Diocesano

La semana recién pasada, se llevó a cabo en las instalaciones del Seminario Diocesano el “Curso de Actualización Teológica” para sacerdotes, al cual están siempre invitados todos los presbíteros de la diócesis, diocesanos y religiosos. El tema de reflexión estuvo enmarcado en el contexto del año jubilar del Seminario Diocesano: el próximo año estará celebrando 150 años de su existencia.

El Seminario de Querétaro surge por voluntad del Papa Pío IX, quien en la Bula “Deo optimo maximo” de erección de la Diócesis, ordenaba también su creación. Dicha Bula fue expedida el 18 de marzo de 1863, misma que fue ejecutada casi un año después (7 de febrero) y tardaría uno más para que se creara el Seminario (2 de marzo); de modo específico afirmaba dicho texto: “ya sea el Colegio que bajo la invocación de San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier existe en dicha ciudad de Querétaro, fundado y gobernado sabiamente en otro tiempo por los religiosos de la Compañía de Jesús, o cualquiera otro edificio al mismo propósito se adquiera y sea instituido por Seminario Eclesiástico”.

Desde entonces numerosos e insignes queretanos pasaron por sus instalaciones, estudiando latín y otras lenguas, filosofía y teología, principalmente, como raíces de un notable humanismo, arte y piedad religiosa. Generadores todos estos elementos de una cultura que sigue siendo atractiva para muchos hermanos que siguen llegando de diversas partes de nuestra patria.

El curso versó sobre el cuidado del Arte Sacro que como patrimonio de la Iglesia católica y sociedad queretana ha ido configurado nuestra iglesia, aun desde antes que Querétaro fuera diócesis; también se habló sobre la historia de nuestro Seminario y las personas que han sido protagonistas: cerca de 100 años anduvo de una instalación a otra, conoció también el exilio y desde hace casi 50 años ocupa las instalaciones actuales. Ha contribuido también a formar sacerdotes de otras diócesis y congregaciones religiosas, tanto de varones como femeninas.

En este contexto, el Obispo Diocesano, Don Faustino Armendáriz Jiménez ordenó diáconos a cuatro jóvenes seminaristas el jueves 11 de septiembre.

Demos gracias a Dios por tantos regalos con que nos ha bendecido a lo largo de 150 años de vida de nuestro Seminario y también a todas las personas que lo han hecho posible con su generosidad y entrega sin límites. ¿Qué sacerdotes queremos y cómo lo vamos a lograr? Ama y cuida tu Seminario Diocesano.

Publicado en el periódico «Diócesis de Querétaro» del 14 de septiembre de 2014