CONFIRMACIONES. Parroquia San José, Fuentezuelas.

Fuentezuelas, Tequisquiapan, Qro. 04 de Mayo de 2016.

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El Excmo. Sr. Obispo Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, visitó como pastor diocesano la comunidad parroquial de San José, ubicada en Fuentezuelas, municipio de Tequisquiapan, Qro. Presidió la Sagrada Eucaristía en la que recibieron el sacramento de la confirmación, un grupo de 5o niños y dos adultos que, habiendo recibido la catequesis necesaria estaban dispuestos.

El párroco de esta comunidad, el Pbro. Lucio Antonio Cervantes Ortíz presentó ante el Señor Obispo a los confirmandos, dando testimonio del proceso catequético que habían recibido de acuerdo a su edad; solicitando así, la imposición de manos y la unción con el Santo Crisma.

En la homilía Monseñor Faustino, hizo mención sobre quién es el ministro propio del sacramento de la confirmación, resaltando la importancia de ser participes de la Gracia de Dios al recibir al Espíritu Santo.

El ministro propio para administrar el sacramento de la confirmación es el Obispo, pero si la realidad lo requiere, el Señor Obispo puede delegar a algún sacerdote para que asista y administre este sacramento. En el rito de la confirmación  existe un momento en el cual se imponen las manos en el confirmando, con la finalidad de que reciba al Espíritu Santo. 

El Espíritu Santo ya lo hemos recibido el día de nuestro bautismo, pero el día de hoy se confirma en plenitud, la Gracia; pues se renueva aquel momento en el cual los apóstoles reunidos el día de <pentecostes> recibieron al Espíritu Santo, que los fortaleció para  que, abriendo las puertas de su encierro salieran a comunicar la salvación recibida. 

Los apóstoles estaban encerrados, porque tenían miedo a correr la misma suerte de su maestro, pero al recibir al Espíritu Santo, se ven animados e impulsados a abrir las puertas, y  una vez dejando su encierro, salir a anunciar que Cristo ha resucitado. 

El Espíritu Santo comunica el amor de Dios, y nos lo da para que lo compartamos a los demás. El signo claro del amor divino es la Cruz; por eso a quien se confirma en la fe, se le signa en la frente con la cruz, y se le unge con el Santo Crisma, para que como consagrado de testimonio del amor de Dios.

El Señor Obispo invitó a quienes recibieron el segundo de los sacramentos, a estar muy atentos para defender la fe, pues debemos todos como cristianos ser valientes para salir de nuestro encierro y dar testimonio de Dios como lo hicieron los apóstoles.

«El católico debe ser un misionero que defienda su fe; por eso al recibir el día de hoy al Espíritu Santo, debemos estar dispuesto todos  a dejarnos animar por su fuerza, a vencer el miedo que muchas veces nos caracteriza, y tomar la decisión de anunciarlo».

Al final de la homilía, felicitó a los papás y padrinos por el interés que muestran en la educación cristiana de sus hijos y ahijados, invitándolos a no defraudar a aquellos que Dios les ha encomendado, procurando  que caminen siempre por el sendero de la verdad.