«Mientras, con la Puerta Santa, se cierra un “símbolo” de Cristo, queda más que nunca abierto el corazón de Cristo. Él sigue diciendo a la humanidad necesitada de esperanza y de sentido: “Vengan a mí todos los que están fatigados y sobrecargados, y yo les daré descanso” (Mt 11,28).
+Mario De Gasperín Gasperín
Obispo Emérito de Querétaro y
Administrador Diocesano de Querétaro